Con permiso
Nacionalistas y separatistas asfixian al Gobierno para invadir energía y regulación
CNE, CNMC y Banco de España son el objeto de deseo de PNV, Junts y Bildu, convencidos de que así extenderían su control sobre las instituciones más allá del Gobierno Sánchez. En La Moncloa intentan hacerle la envolvente a unos y otros para sacar adelante los Presupuestos y después decir aquello de «donde dije digo…»; el problema es que el truco es ya más que sabido
La Moncloa encarga a Cuerpo abrir hueco para Bildu o PNV en el Banco de España
![El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/13/CuerpoEscriva-RXQHP4upurFyAgaMvydVWIO-1200x840@diario_abc.jpg)
«París bien vale una misa», dijo en 1593 Enrique de Borbón, hugonote convencido donde los hubo y haya, pero que no hizo ascos ninguno por aquel entonces a mudar su fe por el catolicismo con tal de acceder al trono de Versalles. ... Hoy, alguno que ustedes y yo sabemos debe pensar algo similar. «El sillón de La Moncloa –logrado de aquella manera, y esto lo añado yo, claro– bien vale los más negros pactos y las no menos peligrosas alianzas». Desde luego, en esas ha estado, está y estará, Dios mediante, y amén, como misa en París.
Y es que el presidente del Gobierno desde hace meses, con el apoyo de nacionalistas e independentistas a su investidura, no pone límite alguno a la hora de ceder ante cualquier chantaje venido de cualquiera de ellos; todos esos que odian España pero quieren seguir chupando de la teta de esta hasta dejarla seca. Ni contigo ni sin ti. Pero si no me das lo que pido, no sigues en el sillón.
Así nos va. Y peor nos irá. El propio PP a principios de año, en boca de su líder, Alberto Núñez Feijóo, admitió que habían elaborado un dosier con hasta 30 cesiones de Pedro Sánchez a fuerzas secesionistas y demás que serían combatidas por el partido y sus barones, pero sin entrar en más detalles. Muchas de esas cesiones ya han sido concedidas. Todo un caleidoscopio de la infamia y la indignidad del sanchismo contra el que nos deberíamos conjurar todos los que no formamos parte del «club de la comedia de los chantajistas».
Excarcelación de terroristas, indultos, aministías, financiación a la carta, ley mordaza, inmigración, impuestos, sanidad... y apropiación de instituciones. Que no solo los socialistas en el poder quieren sillas para sí y para los suyos. Los apoyos de los socios cuestan, y sentarse en organismos e instituciones del Estado dan caché y poder.
Hoy, en primera línea de fuego la nueva Comisión Nacional de la Energía (CNE) llenita de sillas por cubrir; el regulador de un sector considerado entre las joyas de la corona como la perita en dulce; es el siguiente paso en el calvario del Gobierno con los nacionalistas. Secreto a voces es que PNV –y Bildu, pues también, ¿por qué no?– quieren crear una subdelegacion para dejar sin competencias a la propia Comisión y monitorizar la regulación de otro sector estratégico, que les vendría como anillo al dedo para 'cuidar' su relación con las energéticas patrias, como tachan ellos a Iberdrola y Repsol.
Buena idea sería, y esta sí, que para parar tanto despropósito en este nuevo regulador, Josep María Salas Prat, para muchos el «candidato natural», incluso pudiera presidir la CNE, y si no ocupar uno de los siete asientos. Actualmente es consejero de la Sala de Supervisión Regulatoria de la CNMC a propuesta de ERC y también el elegido de la formación para formar parte del comité de expertos sobre la reforma energética que reunió el exministro Álvaro Nadal con Rajoy. Saber, desde luego, sabe. Suenan también otros tres nombres para presidir la CNE: Mariano Bacigalupo, actual consejero de la CNMV y marido de Teresa Ribera –un nombramiento que sería muy escandaloso pero que visto lo visto nadie descarta–; Natalia Fabra, que es consejera independiente en Enagás; y la actual consejera de la CNMC María Jesús Martín.
Energía, telecos o finanzas son los pasos que el Gobierno ha de recorrer en su calvario de concesiones
El Gobierno además ofrecerá un puesto en la CNE a la formación catalana independentista Junts para evitar vetos posteriores en la renovación de los cinco consejeros de la CNMC, sillas que se cubrirán con el pacto de un candidato procedente de la 'cuota vasca', donde entraría en juego de nuevo un acuerdo con PNV o con Bildu.
Y de regulador a regulador, si estratégica es la energía no menos crítica resulta la intervención e invasión del Banco de España. Aposentado el exministro José Luis Escrivá y en marcha el plan para alargar su mandato hasta los ocho años porque él lo vale, el 'todo Madrid' se malicia estos días con una teoría que bien sería para un Oscar a este Gobierno 'drama queen'. Según esas voces, el numerito entre el gobernador Escrivá y el ministro Carlos Cuerpo no sería sino un combate trucado, algo así como una pelea de 'Wrestlemania', donde vuelan sillas de corchopán y se reparten chuflas de mentira, de esas que suenan pero ni rozan la cara.
La idea sería una detonación controlada urdida en el seno del propio Gobierno para que el efecto devastador en la opinión pública y publicada dejara sin efecto las promesas realizadas tiempo atrás a PNV y EH Bildu. «¿Pero cómo os voy a entregar ahora un sillón en el Banco de España si la prensa se ha enterado? Mirad que lo hemos intentado, porque Cuerpo es buen muchacho, pero Escrivá está ahora crecidito y no pasa por el aro…». Así, entre bomberos-pirómanos y truhanes de la palabra dada, unos le harían el tocomocho a nacionalistas y separatistas, y otro controlaría a su gusto el Banco de España, sin consejeros empotrados por terceros que monitoricen su gestión agarrando al Ejecutivo por sálvese la parte.
Ya digo que la teoría es retorcida y requiere un alto grado de interpretación, pero viniendo de los creadores de la 'bulomanía' y la máquina del fango una no pondría la mano en el fuego por nadie ni por nada. Cosas veredes.
Energía, telecomunicaciones o finanzas son los pasos que el Gobierno ha de recorrer en su 'calvario' de concesiones a sus socios con tal de sacar los Presupuestos y asegurarse una legislatura cada día más endeble. Eso sí, tanto unos como otros en el pecado llevan la penitencia. Fruslerías, pasiones veniales del alma progresista que erosionan la relación pero no la rompen. Todavía.
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