Magyar Vagon lanza la opa sobre el 100% de Talgo y desafía al Gobierno de Sánchez
El Ejecutivo tratará de frenar la operación ante las dudas sobre posibles lazos de los inversores húngaros con Rusia
La conexión entre Hungría y Putin alarma a la banca en la opa a Talgo
El BEI vigila la opa a Talgo y deberá dar su 'OK' como acreedor
![Talgo tiene pedidos en cartera por más de 4.000 millones de euros](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/03/07/tren-talgo-fabrica-RpSYA7HFtaJOSikb5CRFf2M-1200x840@diario_abc.jpg)
Magyar Vagon lanza, por fin, la opa para comprar el 100% de Talgo. Los húngaros ponen en marcha la operación después de haber recabado la aprobación de la banca acreedora de la compañía española, una condición 'sine qua non' para poder oficializar la oferta. ... Esto se trata de un claro desafío al Gobierno de Pedro Sánchez, que ha mostrado su rechazo rotundo a la operación.
«La contraprestación ofrecida por el oferente (Ganz-Mavag Europe Zrt.) a los titulares de las acciones de la sociedad afectada es de 5 euros por cada acción y se abonará íntegramente en efectivo. En consecuencia, el importe total máximo a desembolsar por el oferente asciende a 619.301.070 euros», indica el documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La oferta de los húngaros está condicionada a que la acepte, al menos, el 50% del capital social y a obtener todas las autorizaciones necesarias, entre las que se incluye la del Gobierno español. Asimismo, el consorcio magiar ha comunicado que no tiene intención de promover la exclusión de negociación de las acciones de Talgo en las Bolsas de Valores y que tiene previsto mantener la sede y actividades de Talgo en España, así como el empleo y su relación comercial con Renfe como socio estratégico.
La comunicación llega solo un día después de que el Gobierno haya amenazado a los húngaros con hacer «todo lo posible» para tumbar la opa, ya que sobre la misma planean dudas sobre posibles lazos de los inversores con la Rusia de Vladímir Putin. Algo que también ha sido objeto de análisis por parte de las entidades financieras acreedoras.
El consorcio húngaro lanza, así, un órdago al Gobierno español tras oficializar su oposición a la opa. La amenaza la exteriorizó el ministro de Transportes, Óscar Puente, al asegurar en conversaciones privadas durante un foro de Prensa Ibérica que el Gobierno buscará dar al traste con la operación, utilizando el escudo antiopas que le confiere al Ejecutivo la posibilidad de vetar casos en los que estén involucradas lo que se consideran empresas estratégicas, un término que el Gobierno está usando de manera flexible a su favor.
Desde La Moncloa, por su parte, rebajan un poco el tono respecto al ministro de Transportes al señalar que «el Gobierno analizará todos los detalles de la eventual operación sobre Talgo. Se trata de una empresa que opera en un sector estratégico que tiene un papel fundamental en la movilidad ferroviaria, y siempre vamos a defender los proyectos industriales estratégicos y los puestos de trabajo». Asimismo, recuerdan que pueden servirse en este caso del escudo antiopas, y añaden: «El Gobierno trabaja a su vez para garantizar la estabilidad futura de Talgo. Y eso supone estar vigilante ante esta operación y ante los posibles inversores».
Las conjeturas, en este caso, se centran en la composición accionarial del consorcio creado para llevar a cabo la operación, muy vinculado al Gobierno de Viktor Orbán, quien desde el estallido de la invasión rusa en Ucrania ha estado en el punto de mira por sus buenas relaciones con el Kremlin. El 55% del grupo oferente, Ganz-Mavag Europe Zrt, pertenece a una red de inversores entre cuyas cabezas más visibles está András Tombor, empresario afincado en Reino Unido, que mantiene fuertes vínculos con el Ejecutivo de su país. De hecho, llegó a ser asesor de Orbán durante su primer mandato entre 1998 y 2002. Detrás del 45% restante está el propio Estado magiar a través del fondo soberano Corvinus, un vehículo inversor al que también se le conecta con Rusia.
Por el momento, esa relación no ha podido ser detectada por la banca, lo que pone en aprietos al Gobierno si quiere tumbar la operación con el escudo antiopas. De fondo, no deja de estar el hecho de que el ofertante pertenece a un país de la Unión Europea y que una negativa a la compra podría poner muy en tensión las relaciones diplomáticas con un socio comunitario y comercial como es el país magiar al que exportamos el año pasado bienes por valor de 1.700 millones de euros y donde están establecidas más de medio centenar de empresas españolas de la talla de Inditex, Iberdrola y otra fabricante de trenes español como es CAF.
Según la Oficina de Información Diplomática que cuelga del Ministerio de Asuntos Exteriores, las relaciones bilaterales «son buenas, sin contenciosos, y se hallan ancladas en la común pertenencia a la UE y a la OTAN». De hecho, hace pocas semanas el ministro del ramo, José Manuel Albares, recibió en Madrid a su homólogo magiar Peter Szijjártó. Una reunión en la que Hungría defendió la importancia para las relaciones económicas entre ambos países que generaría la adquisición de Talgo.
El Gobierno de Pedro Sánchez define a Talgo como estratégica, pero también lo es para Hungría en sus planes de renacimiento industrial, antaño muy ligada también al tren. Para España, Talgo es clave por ser el fabricante de la mayoría de los trenes de alta velocidad de la operadora pública Renfe. También por su su sistema de rodadura desplazable que permite a los trenes adaptarse al tamaño de todo tipo de vías.
Esta tecnología interesa y mucho al consorcio húngaro, que quiere sacar tajada de la reconstrucción de Ucrania, país que aún conserva el ancho de vía ruso. Las locomotoras de Talgo dejarían en buena posición a Magyar Vagon respecto a otros competidores al ser de ancho variable y poder circular por esos raíles.
El consorcio húngaro
El consorcio Ganz-Mavag Europe Zrt es el oferente, pero detrás hay toda una compleja red de sociedades que termina por una parte en el Estado húngaro y, por otra, en el fondo de capital riesgo Solva II Magántőkealap, según han detallado. La parte estatal es la que abarca a Corvinus, mientras que el citado fondo es el dueño final de Magyar Vagon.
Asimismo, Solva II Magántőkealap está gestionada por la sociedad gestora Lead Ventures Alapkezelő Zrt, una sociedad húngara, tras la que está MOL Vagyonkezelö Kft. Esta última controlada por una empresa de petróleo y gas muy poderosa en todo el Este de Europa que lleva el mismo nombre, MOL. Asimismo, entre los accionistas de MOL están bancos como Unicredit, ING, y el húngaro OTP.
Aceptación de Talgo
«El consejo de administración de Talgo ha confirmado por unanimidad que la oferta es amistosa y que la contraprestación ofrecida es atractiva para los accionistas de Talgo, expresando una opinión preliminar favorable sobre dicho precio ofrecido», indica el documento de la opa.
Asimismo, la operación cuenta con el visto bueno previo del principal accionista de Talgo, el fondo Trilantic, que posee algo más del 40% del capital social. De esta manera, los húngaros solo necesitarían convencer a otro 10% de accionistas extra para que la oferta prospere. «Los consejeros dominicales representantes de Pegaso (Trilantic) han expresado al consejo de administración de Talgo la intención de Pegaso de aceptar la oferta con la totalidad de su participación en Talgo», indican en el documento los húngaros.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete