Lagarde vuelve a apuntar a junio para la primera bajada de tipos, aunque no se compromete a una senda de ajuste más allá
La presidenta del BCE argumenta que, aunque el IPC cumple las expectativas «desde hace tiempo», las presiones inflacionistas internas «siguen siendo fuertes»
El BCE mantiene los tipos en el 4,5% y sugiere junio como inicio del ciclo de las bajadas
El BCE mantendrá una cartera estructural de bonos
![La presidenta del Banco central Europeo, Christine Lagarde](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/03/20/lagardediscurso-RxDgRJrPI8qqNyqd0R5GpcP-1200x840@diario_abc.jpg)
La reunión sobre política monetaria que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) tiene previsto celebrar en junio sigue ganando enteros como fecha clave para que la institución valore la posibilidad de revertir su actual postura con una primera bajada de los tipos de interés, aunque las presiones inflacionistas internas impedirán a la entidad comprometer una senda concreta de ajuste incluso después de acometer la primera rebaja del precio del dinero, informa EP.
En un discurso pronunciado este miércoles, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado que, a pesar de los avances significativos en los tres criterios del marco manejado por la institución (perspectivas de inflación, inflación subyacente y transmisión de la política monetaria), el BCE aún «no está suficientemente seguro» de que la eurozona se encuentre en una senda sostenible hacia el objetivo de inflación.
En este sentido, la francesa ha señalado que, si bien hace ya tiempo que las tasas de inflación observadas vienen situándose en niveles prácticamente acordes con las expectativas y las proyecciones apuntan a que la inflación volverá a situarse en el 2% a mediados de 2025, además de una mejora en su composición, con la expectativa de una tasa subyacente más baja a medio plazo, «al mismo tiempo, las presiones inflacionistas internas siguen siendo fuertes».
De tal modo, Lagarde ha advertido de que la tasa de variación de los precios de los servicios sigue siendo persistente y oscilando en torno al 4%, tras cobrar cierto impulso en febrero, lo que refleja fundamentalmente el sólido crecimiento de los salarios y las tensiones en el mercado de trabajo, que hasta ahora se ha mostrado resistente a la desaceleración de la economía, reduciendo de forma automática la productividad del trabajo e impulsando al alza los costes laborales unitarios.
En esta coyuntura, Lagarde considera difícil evaluar si las presiones sobre los precios reflejan simplemente el desfase de la evolución de los salarios y de los precios de los servicios, y el carácter procíclico de la productividad, o si apuntan a presiones inflacionistas aún persistentes.
«Aunque hemos logrado avances significativos en los tres criterios de nuestro marco, aún no estamos suficientemente seguros de que nos encontremos en una senda sostenible hacia nuestro objetivo de inflación», ha advertido.
De esta manera, la francesa ha indicado que, para tener la confianza necesaria para comenzar la reversión de la orientación restrictiva de la política monetaria, el Consejo de Gobierno necesita confirmar progresos en el proceso de desinflación a través de la evolución de los salarios, así como de los márgenes de beneficios y del crecimiento de la productividad.
Sin embargo, considerando los retrasos de la disponibilidad de estos datos, «no podemos esperar hasta tener toda la información pertinente, puesto que podría conllevar el riesgo de retrasar demasiado el ajuste de la política», por lo que Lagarde ha apuntado que «en los próximos meses» el BCE dispondrá de dos elementos importantes de evidencia que podrían mejorar su nivel de confianza en grado suficiente para introducir un primer cambio de la orientación de su política.
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