Evergrande ante el abismo: un tribunal de Hong Kong ordena su liquidación
La constructora, incapaz de afrontar su deuda, evidencia los riesgos estructurales que amenazan a una economía china debilitada
La mayor caída del IPC en quince años reafirma los problemas económicos de China
La detención de personal de Evergrande agrava la crisis inmobiliaria en China
![Oficina de Evergrande en Shangai](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/01/29/1441145477-U601209629322nBF-1200x840@abc.jpg)
Evergrande da un paso más hacia el precipicio, sin saber todavía qué arrastrará consigo en la caída. Un tribunal de Hong Kong ha ordenado a primera hora de hoy la liquidación de la constructora china. Esta, otrora una de las empresas más pujantes del ... gigante asiático, representa ahora los peligrosos desequilibrios de su economía en declive.
Evergrande ostenta una vergonzante distinción como la firma inmobiliaria más endeudada del mundo. En 2021 se declaró en quiebra ante obligaciones de un valor superior a 300.000 millones de euros, cantidad que si fuera un país se contaría entre los cuarenta más ricos del mundo. O lo que es lo mismo: Evergrande tiene en sus cuentas un agujero del tamaño de Colombia.
Desde entonces, la constructora ha tratado de presentar un plan de reestructuración de deuda que convenza a sus acreedores, sin suerte. Por eso la juez encargada del caso, Linda Chan, ha declarado hoy que «ya ha sido suficiente». «Creo que es apropiado que el tribunal dicte un auto de liquidación contra la empresa, y así lo ordeno», ha sentenciado.
En los instantes previos al veredicto la cotización de Evergrande caía hasta un 20%. Sin embargo, las autoridades bursátiles han reaccionado a la difusión del mismo congelando las acciones junto a las de sus dos filiales, China Evergrande New Energy Vehicle Group y Evergrande Property Services. Los títulos de la matriz han pasado de costar 24,35 dólares hongkoneses hace cinco años a 0,16 hoy, es decir, han perdido un 99,33% de su valor.
A qué precio
Avanza así un arduo proceso de resultado incierto, pues la mayoría de los bienes de Evergrande están en suelo chino, donde impera un sistema legal independiente y cuyas autoridades tratarán de controlar las consecuencias del derrumbe.
«La liquidación en Hong Kong llega porque se han agotado los plazos sin lograr una reestructuración de la deuda. La gran pregunta es si los acreedores van a tener acceso a los activos en China continental, allí también hay un par de casos abiertos contra Evergrande», apunta Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia del banco de inversión Natixis.
«Yo creo que no», aventura, «porque crearían más impagos en empresas a las que Evergrande debe dinero. Así que imagino que se limitará a Hong Kong, pensando que como estos acreedores llevan sin cobrar de 2021 no tendrá mayores consecuencias».
El Gobierno chino, que en años precedentes ha pretendido reducir la exposición del sector inmobiliario, afronta una disyuntiva complicada: dejar caer a Evergrande podría iniciar un peligroso efecto dominó –aunque a priori no un «momento Lehman Brothers», dado su férreo control de los mercados financieros–, pero rescatarla generaría un precedente que incentivaría aquellas prácticas de riesgo que las autoridades tratan de eliminar.
Crisis de honestidad
«No obstante, creo que esta solución sí tendrá consecuencias, en particular en términos de imagen», tercia García-Herrero. «Indicaría que, si una subsidiaria china no puede pagar, no está obligada a recurrir a los activos del continente. Piensa en la cantidad de empresas estatales chinas que levantan capital en Hong Kong cuyos activos no están allí, les costaría mucho más acceder a capital. Y eso sería un problema, porque el superávit comercial se reducirá en 2024, ya que todo el mundo está siendo más proteccionista con China. Esto provocaría salidas de capital e incluso pérdidas de reservas», alerta.
El derrumbe a cámara lenta de Evergrande evidencia la crisis de un sector, el inmobiliario, que representa casi un tercio del PIB chino. También, por tanto, el declive de toda una economía incapaz de rebotar tras la pandemia y sumida en una ralentización a causa de un modelo de desarrollo agotado tras décadas de crecimiento vertiginoso, el cual comienza a generar riesgos estructurales.
Durante años, la inversión en infraestructura resultó la estratagema predilecta para inflar una actividad económica cuyas cotas reales quedaban lejos de las establecidas por el Gobierno, las cuales tenían, en última instancia, dimensión propagandística. Las vicisitudes actuales constituyen, en cierto modo, una crisis honestidad de cuyo coste Evergrande presenta la primera factura.
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