entrevista al presidnte del círculo de empresarios
Juan María Nin: «Nos preocupa el nivel de educación de las nuevas generaciones»
Las tres grandes prioridades para su mandato de tres años en el 'think tank' de los empresarios serán la calidad de la educación, la de la Justicia y la reforma de la administración pública
Juan María Nin Génova (Barcelona, 1953) es el nuevo presidente del Círculo de Empresarios, uno de los 'think tank' más antiguos e influyentes del empresariado español. Nin es abogado-economista por la Universidad de Deusto y máster en la London School of Economics. Ha sido ... fundamentalmente directivo en grandes entidades bancarias como el Santander, el Sabadell y la Caixa. También directivo y presidente de empresas, y profesor universitario. Estará al frente del Círculo por los próximos tres años.
— ¿Cuál es la impresión que tienen los empresarios del informe Draghi?
— Es una impresión todavía por decantar. Estamos todos analizando el porqué de ese informe y las propuestas. Mi impresión personal es que constituye un instrumento útil, un toque de atención que en este caso viene desde la administración comunitaria. No es un hecho aislado y se produce porque somos conscientes de que estamos en una situación complicada, pero el informe no tiene que ocultar lo más importante: que en Europa hemos sido capaces de construir una democracia liberal y esa democracia ahora está en peligro.
— ¿Por qué?
— Porque las mandíbulas de nuestros competidores se han abierto con fuerza. Hay una mandíbula claramente iliberal donde la eficacia en la toma de decisiones a corto, el ordeno y mando, y la supresión de la complejidad social y de la democracia es una gran tentación. Y en el otro lado, la otra mandíbula también se ha abierto claramente en términos de competición económica y de defensa. Estamos en medio y si no preservamos lo esencial, nuestro largo plazo como europeos estará muy comprometido. El informe Draghi es un instrumento para empezar a reaccionar.
— ¿No comparte la impresión de que el informe no le da preeminencia a la iniciativa privada y se apoya demasiado en lo público?
— No la comparto porque el informe Draghi es de la administración pública europea y, por lo tanto, responde a su naturaleza. Siempre que puedo tiendo a ponerme en el lugar de la otra parte. Ahora nos corresponde al sector privado corresponder al informe Draghi.
—¿Es acertado el diagnóstico de que Europa es hoy menos relevante?
— No. Creo que, como diagnóstico, Europa es el faro, el faro de la democracia liberal, del Estado Social de Derecho y, por lo tanto, es extraordinariamente relevante en el mundo. Pero hablaba de que se han abierto las mandíbulas y la relevancia de Europa desde el punto de vista de valores, de ética y de sistema de gobierno está sometida a una amenaza peligrosa. Por un lado los regímenes iliberales a derecha e izquierda y luego la otra mandíbula que es que en Europa hemos perdido definitivamente pie, y por lo tanto soberanía y autonomía estratégica, en dos temas: uno es la defensa, desde que en 1952 quedamos en brazos de la OTAN, y el segundo es la inteligencia artificial (IA) y su soporte técnico que son los microchips. Cualquier intento de ponernos al día respecto a la gran fábrica que es Estados Unidos desde un punto de vista económico y financiero a mí me parece imposible. Mientras allí están hablando de los centros de proceso de datos con centrales nucleares incorporadas para suministrarle energía, aquí seguimos discutiendo si la energía nuclear es limpia o no. Si tanto en defensa como en tecnología los medios de primer nivel ya no están al alcance Europa, el mejor talento tampoco lo va a estar.
— Los anglosajones se burlan de que la Unión Europea ha sido la primera en regular la IA sin tener una sola empresa de IA.
— Efectivamente. Y una de las virtudes del informe Draghi ha sido una capacidad de reflexionar sobre esto y sucede lo mismo en otros ámbitos sobre un exceso de regulación. Todos los excesos son malos. En el largo plazo quizás estemos perjudicando a la ciudadanía y por lo tanto tenemos que reequilibrar esa potencia reguladora de la Administración con una mirada más amplia y de más confianza en el sector privado.
— Draghi no habla de campeones nacionales, pero sí de sectores favoritos. ¿Cuál es su opinión al respecto?
— Me parece una opinión descriptiva, es decir los sectores elegidos son todos. Que España sea el país mejor preparado para el turismo no excluye a los demás sectores. Yo creo mucho más en la iniciativa privada y en la singularidad de las empresas. España ha desarrollado empresas que son líderes mundiales sin que los sectores en los que están hubieran tenido que producir estos líderes mundiales.
— ¿Cuál ha sido la experiencia con los fondos europeos que son una especie de piloto de lo que pide Draghi?
— La mirada objetiva a la experiencia española con los fondos europeos es muy buena en sentido cualitativo y cuantitativo. Nosotros no tuvimos Plan Marshall, así que este es un país que el poco capital que tiene, sobre todo capital financiero, pues se ha hecho a base de trabajar. En pocos países europeos se trabaja y se ha trabajado más y mejor que en España y los que estamos en el mundo de la empresa lo sabemos. Pero nos ha faltado capital. Y en un sentido amplio, la gestión de los fondos europeos ha sido ejemplar. ¿Eso significa que todos los fondos se han gestionado con la misma ejemplaridad? Pues no. Lo que dicen nuestros asociados, lo que leemos en la prensa y los números de la gestión en cuanto a velocidad e impacto indican que en los fondos Next Generation estamos teniendo dificultades que no existieron en el pasado. Lo que hay que hacer es examinar el por qué y rectificar si hay algo en que hacerlo.
— ¿Le hemos visto las orejas al lobo con el coche eléctrico chino?
— Hemos visto las orejas al lobo con el coche eléctrico europeo. A mí me gusta la autocrítica y empezar por casa. El problema somos nosotros no los chinos.
— ¿Y qué piensa de los aranceles?
— Pienso que los aranceles si hacen frente a la competencia desleal, al dumping, y, por lo tanto, protegen el trabajo, la innovación y el talento del país que pone los aranceles frente a una agresión exterior, son un instrumento que ha existido siempre. Pongamos el ejemplo más obvio: el trabajo infantil. Si sabemos que vienen productos fruto del trabajo infantil de un país determinado, lo lógico es ponerle un arancel en beneficio nuestro y para disuadir el trabajo infantil en el otro país, ¿no? Pero el abuso del arancel termina perjudicando a la ciudadanía, a la economía y por lo tanto beneficiando a los más ineficientes en el mercado, así que son material explosivo.
— ¿Cuál es su proyecto en el Círculo de Empresarios?
— Mi proyecto en el Círculo de Empresarios es, en primer lugar, mantener lo fundamental del 'think tank' nacido en 1977, pronto haremos 50 años, de llamar la atención sobre la necesidad de promover, fomentar e influir en aquellos temas que consideramos troncales. Estos temas son los seis o siete que todos podemos imaginar pero que en función de la intensidad de las amenazas nosotros vamos cambiando. En estos tres años de mandato que nos corresponde, pensamos que el primer tema troncal que hay que abordar es la educación. Como empresarios tenemos, desde el momento en que contratamos en el mercado, una seria preocupación por el nivel de educación técnica, social, cultural y moral de las nuevas generaciones. El segundo tema es reforzar –y eso supone un esfuerzo presupuestario–, el ámbito de la Justicia. Necesitamos una Justicia más ágil, reforzada, capacitada técnicamente y por supuesto independiente, con la garantía constitucional de que es uno de los pilares de una sociedad libre. Y el tercero sería la reforma de la administración pública.
— Mencionó la reforma de la administración, ¿en qué sentido?.
— En la Transición alumbramos el sistema de comunidades autónomas. Una de las bases del sistema era que con la cesión y delegación de poderes, la administración central iba a ser muy ligera. Hablábamos del gran ejemplo de Estados Unidos, es decir, pasaríamos de un estado centralista modelo francés a un estado federal donde la cercanía los ciudadanos, a los negocios, al mercado, permitiría tener esa administración central centrada en Defensa, Relaciones Exteriores, Justicia, Seguridad Social y cuatro cosas más. Bueno nos hemos equivocado, la Administración del Estado hoy es más importante que nunca en peso económico; pero la autonómica, también, y simplemente nos ha quedado como ejemplo de buen comportamiento una administración municipal ejemplar. La reforma de la Administración, adelgazar el Estado, adelgazar a las comunidades autónomas y dotarnos de una mejor colaboración público-privada es imprescindible.
— Después de muchos años, el Estado español ha vuelto a las empresas, ha entrado en Telefónica, ha vetado la compra de Talgo y está muy activo en otro tipo de operaciones. ¿Qué le parece?
— En la pregunta está una parte de la respuesta: después de muchos años tiene un aroma ciertamente al pasado. Me inquieta mucho que vuelvan los aromas al pasado en un país que ha tenido un progreso extraordinario. Las líneas de progreso a diferencia de los tiros de los militares no son tensas, tienen puntos de inflexión y lo bueno es que yo creo que todos somos conscientes que estamos en un punto de inflexión. Y también la experiencia nos dice que en esa doble o triple alma que tenemos en España de reflejo francófono o anglófono o incluso alemán, esa vuelta del Estado es muy francófona. En el momento en que el sector público, ya sea central, autonómico o municipal, pasa del 50% del PIB, sabemos que por la historia que produce ineficiencias. Francia, que es un gran país, cuando se ha pasado de la raya ha rectificado. Hay otros instrumentos como la acción de oro o medidas más de influencia que de ordeno y mando que permiten salvaguardar las compañías de tipo estratégico. Pero estar presentes por estar presentes pues produce una invasión indebida y una utilización indebida de recursos públicos.
—¿Se resentirá la creación de empresas con el envejecimiento?
— Una empresa es una estabilidad espontánea. Cuando éramos australopithecus o sapiens, con sus primera herramientas, la empresa como tal no existía, pero la humanidad ha creado estabilidades espontáneas. Esa estabilidad espontánea existe y existirá siempre, sea pública, sea privada, siempre existirá. Lo que pasa es que se crean de manera diferente. Por eso en el Círculo hemos trazado la educación como la piedra angular de la actividad privada, empresarial y económica. Si no exigimos desde primaria un nivel de educación que permita a los jóvenes dar un salto a una sociedad altamente competitiva, porque les hemos envuelto en los cómodos algodones de no hacer nada, de decir que sí a todo y de facilitar unos niveles de exigencia tan bajos que son absurdos, vamos a frustrar a las nuevas generaciones y eso va a ser nuestra responsabilidad. No hay nada más importante en estos momentos, desde mi punto de vista, que recuperar la figura del maestro, de la escuela y de formar a nuestros jóvenes cuanto antes.
—¿Qué piensa de la caída de la natalidad?
—Es un fenómeno de péndulo muy lógico. Todas las previsiones que leo indican que la Tierra, la Humanidad, la Naturaleza, se terminan ajustando. También pasa en el mundo animal. La población humana va a decrecer. Esto, desde el punto de vista de conservación de la naturaleza, es una muy buena noticia. No podemos seguir reproduciéndonos como conejos. La naturaleza está ajustando la población humana, y por lo tanto la reducción de la natalidad para mí es una muy buena noticia. Bienvenida, sea.