el quinto en discordia
No hay solución fácil
El problema de la vivienda en España no tiene solución o por lo menos no tiene solución a corto plazo
Hace una semana, el presidente del Gobierno en el aquelarre de su partido celebrado en Sevilla anunciaba a bombo y platillo la solución al problema de la vivienda: la creación de una empresa pública que, como enfatizaba como solo Sánchez enfatiza, va a construir ... y gestionar vivienda. Esa es la solución a la que ha llegado este Gobierno después de seis años y medio al frente. Nada más y nada menos que una empresa pública que va a integral verticalmente todo el proceso va a solucionar un problema que llevamos arrastrando muchos años. ¿Cómo no se le había ocurrido a nadie antes? Una empresa que de un plumazo va a solucionar los problemas de suelo, de falta de viviendas sociales, los cuellos de botella en la construcción y, de paso, la inseguridad jurídica que provoca que muchos de los pequeños tenedores -que solos los que tienen un porcentaje mayor del pastel- no saquen sus casas al mercado. Todo esto una sola empresa en la que con toda seguridad pondrán al frente a algunos amiguetes.
Con independencia de la lectura o lecturas que se pueda hacer en clave política de semejante anuncio, este tipo de medidas, además de un insulto a la inteligencia de casi todos, es síntoma inequívoco de desesperación. No pueden apuntarse el tanto de buenos gestores. Y se deciden a tirar por la calle del medio con soluciones fáciles a problemas complejos. Además, lejos de hacer un buen diagnóstico del problema y algo de pedagogía se suben al carro de las soluciones de sus socios de Gobierno que ya se han probado contraproducentes.
El problema de la vivienda en España no tiene solución o por lo menos no tiene solución a corto plazo. Arrastra muchos años de problemas sin resolver -falta de suelto, ausencia de vivienda social, incentivos mal planteados- que no se pueden solucionar de un día para otro. Además, las medidas populistas que se han planteado han reducido la oferta y han incrementado la inseguridad jurídica lo que ahuyenta las inversiones necesarias para atajar el problema de oferta de vivienda nueva.
Como en otros aspectos de nuestra vida pública, sería necesario políticas de estado con luces largas. Esto desde luego no es posible con este Gobierno. Un Gobierno desnortado, exhausto, desbordado, preso de sus contradicciones y que se mueve al golpe de ocurrencias. La solución se podrá empezar a plantear con los siguientes. Lo mejor que podrían hacer para solucionar el grave problema de la vivienda sería irse. Tanta paz deje como descanso lleva.
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