¿Por qué Sánchez ataca a Guindos?
El 'pecado original' del vicepresidente del BCE es precisamente su pasado como directivo y político en España
El BCE emite una condena radical contra el impuestazo del Gobierno de Sánchez a la banca
El insólito ataque de Pedro Sánchez a Luis de Guindos, a cuenta del dictamen del Banco Central Europeo (BCE) sobre su impuesto a la banca, ha sido muy calculado. Sánchez ha sobreactuado, ha dirigido un ataque 'ad hominem' al vicepresidente de la entidad y ... le ha responsabilizado -injustamente- de un informe que ha suscrito el directorio del banco en vez de contestar a los argumentos técnicos, pero esto lo ha hecho... porque ha podido. Y ha podido porque la trayectoria de Guindos incluye un 'pecado original' que se lo permite. Es verdad que cada vez hay más políticos en el consejo del BCE (cuento al menos cinco), pero sí, el de Guindos es un perfil donde la política pesa tanto como la economía. Y esa es la razón que le ha permitido a Sánchez atacarle y quedarse a gusto.
Pensaba en esto en marzo de 2018 mientras caminaba por los pasillos de mármol y granito del Banco de España. Precisamente iba a visitar a Guindos, que ocupaba un enorme despacho en la entidad que entonces presidía Luis Linde, en el que estaba preparando su examen de ingreso al BCE, que se produciría el 1 de junio de 2018. El envite no era menor. La España de Rajoy estaba herida por la pérdida, en sus primeros meses de gestión, del puesto de España en el BCE. El expresidente Aznar me había contado que fue un pacto tácito de caballeros el que había permitido que España nombrara un cargo 'cuasi permanente' en el directorio, junto a las otras tres grandes economías del euro, como si fuera un consejero dominical. Y resulta que éste se había perdido por la negligencia de Zapatero, que tenía tanta aversión a viajar como pasión siente hoy Sánchez por coger el Falcon. El déficit y la prima de riesgo de ZP habían preparado el camino que hacía imposible que España integrara la línea ejecutiva del BCE en 2012.
En la segunda legislatura de Rajoy se presentó la oportunidad de optar a la vicepresidencia del BCE, no como miembro 'dominical' (como creía Aznar), sino como uno de los puestos rotatorios, y Guindos vio la ocasión y la aprovechó en nombre de España. Pero su candidatura tenía desventajas. Una de ellas era que la política monetaria no era el fuerte de Guindos. Y la segunda, su expuesta trayectoria política y empresarial, donde sobresalía la dirección de Lehman Brothers en España y Portugal en el momento de la crisis de esta firma en 2008. Es injusto que no se mencionaran a su favor sus aciertos, como la reforma financiera, un rescate milmillonario que, entre otras cosas, tiene el enorme mérito de no llevar su apellido, lo que ha hecho que perdure en el tiempo.
Sánchez no ha dirigido sus misiles contra el gobernador del Banco de España -y mira que le tiene ganas- o contra el economista jefe del BCE, Philip Lane, ni se ha atrevido con su presidenta, Christine Lagarde, ex ministra de gobiernos de dos presidentes de derechas como Chirac y Sarkozy, pero sí ha elegido a Guindos. Lo ha hecho porque podía hacerlo. jmuller@abc.es
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