AJUSTE DE CUENTAS
Reivindicación de Wert
Su Ley de Calidad Educativa fue denostada por la izquierda, pero el tiempo empieza a darle la razón
Profe, ¿educación va con hache o sin hache?
Es posible que a usted no le interese mayormente el asunto, pero seguro que ha oído del 'destrozo' que causó en España la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), más conocida como Ley Wert por el nombre del ministro que la ... sacó adelante en 2013. Los partidos de izquierda y las organizaciones sociales estuvieron durante años agitando en las redes sociales y medios de comunicación contra esta norma. También los rectores de universidades -ese estamento que ya no exige excelencia académica para contarse entre sus filas, sino que basta con la capacidad de negociación de un dirigente sindical para hacerse con el cargo- la criticaron. Cuando se presentó, el PSOE dijo que el proyecto era «clasista, segregador e involucionista» y anunció que no quedaría «ni el espíritu» cuando volviera al poder. Dicho y hecho, en diciembre de 2020, la Ley Wert fue sustituida.
En los últimos años han comenzado a publicarse estudios que demuestran que la ley tenía cosas muy buenas y que, pese a que sólo estuvo un lustro en aplicación, tuvo resultados impactantes. Es el caso de las becas, pasto de la demagogia. En España las becas de carácter general se daban (y se han vuelto a dar desde 2020) por necesidad económica y no por méritos. En medio de la crisis financiera, Wert hizo varias cosas. Por ejemplo, sinceró el gasto porque siempre el desembolso final era mayor al presupuestado mediante un programa que trataba de ajustar las partidas iniciales a las finales. Para ello estableció una tímida restricción meritocrática elevando la nota media (6,5 en secundaria) para el primer año y el porcentaje de créditos o la nota para conservar la ayuda en los años subsiguientes.
Un informe de los rectores dijo que la medida hizo que 45.000 estudiantes, que quizá podían tener mejores cosas que hacer, no se matricularan con ellos.
Un estudio realizado por José Montalbán Castilla del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Estocolmo a partir del historial de 3.000 alumnos de la Universidad Carlos III y que se ha publicado en enero en 'The Economic Journal' ha encontrado que mientras la entrega de un subsidio económico con bajísimos requisitos académicos no tiene efectos en el aprovechamiento, el establecimiento de mayores requisitos elevó el rendimiento de los estudiantes así como la tasa de finalización de estudios. La probabilidad de obtener un título aumentó entre un 12,5% y un 11% por encima de la media. El efecto del mayor rendimiento persistió durante dos años consecutivos. Un aumento del monto de las becas no mejoró más el rendimiento y el aumento de la exigencia tampoco aumentó la deserción.
La exigencia académica ligada a las becas de estudio se revirtió en 2020 sin esperar a una evaluación de la medida que, como se ve, reivindica los planteamientos del ex ministro José Ignacio Wert. Es curioso, pero ni el PP, que a veces está tan atento a las guerras culturales, se ha preocupado de reivindicar este gran acierto. jmuller@abc.es
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