Ajuste de cuentas
El punto débil
El líder turco Erdogan ha encontrado una vulnerabilidad en el estilo personalista de Elon Musk con sus empresas
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La mayoría de las personas cree que la geoestrategia es una cuestión que transcurre en una sala de mapas. Nada más lejos de la realidad. La mayoría de las veces, la geostrategia es tan ruda como una pelea en el barro. Elon Musk y ... el presidente Recep Tayip Erdogan se han reunido en la Casa de Turquía de Nueva York con motivo del viaje de éste a la Asamblea de las Naciones Unidas. Todo el mundo se ha enterado del encuentro porque Musk llevó en brazos a su hijo X (su nombre completo es X Æ A-12 Musk).
Musk está intentando que el líder turco le permita operar con su servicio Starlink en Turquía, un país donde 20 millones de personas viven en áreas rurales y la internet satelital puede ser la solución en vastas áreas geográficas. A cambio, Erdogan le ha pedido que instale una fábrica de coches eléctricos en su país. Tesla, el fabricante de automóviles de Musk, tiene seis fábricas y está construyendo una séptima en Nuevo León (México). En agosto mostró interés por construir una factoría en India, para coches de bajo coste. La decisión probablemente se tome antes de fin de año. De hecho, es muy probable que Musk acepte la oferta ya que el ministro turco de Industria y Tecnología, Mehmet Fatih Kacir, dijo que en la reunión Musk describió a Turquía como «uno de los candidatos más importantes para la inversión de Tesla».
No es la primera vez que Musk se muestra obsecuente con Erdogan, cuyo país le interesa mucho. Antes de su última reelección, en mayo pasado, el Gobierno turco le exigió a la red X, anteriormente conocida como Twitter, que restringiera el acceso a ciertos contenidos durante la campaña electoral. Musk dijo que se vio obligado a tomar la decisión de limitar algunos contenidos ante la amenaza de que «se restringiera Twitter en su totalidad». Turquía es un país muy restrictivo en materia de telecomunicaciones. Éstas se encuentran controladas por el Estado y el Gobierno suele pedir a las empresas de satélites extranjeras que se asocien con TurkSat. Starlink no necesitaría dicho acuerdo, pero Space X, que ha lanzado varios satélites turcos, sí podría ocupar ese espacio.
Erdogan ha pillado uno de los puntos débiles de Musk. El estilo personalista de gestión de sus negocios facilita que los gobiernos con los que trata puedan enfrentar los intereses de sus distintas compañías y usarlos como palancas contra él. Hasta ahora, Musk se vanagloriaba de su capacidad para encontrar sinergias entre sus diferentes empresas. Por ejemplo, cuando tomó el control de Twitter, fueron ingenieros de Tesla los que le permitieron bucear en el código fuente de la red social. También ingenieros de Tesla han cooperado con Space X para resolver problemas de materiales planteados por las naves espaciales. Pero esta es la primera vez que alguien explota la vulnerabilidad de su personalismo para chantajear una empresa con los controles sobre otra.
jmuller@abc.es
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