Ajuste de cuentas
Las joyas de Kiev
Es muy relevante que se cree un polo de intereses de EE.UU. en Ucrania valorado en medio billón de dólares
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Hay un chiste que se contaba en la década de 1970, cuando la prosperidad de Alemania y Japón tras la ocupación estadounidense hizo creer que los países a los que Estados Unidos había declarado la guerra en realidad habían tomado un ascensor hacia el desarrollo ( ... algo de esto hay detrás de esa genialidad geopolítica que es la película 'Bienvenido Mr. Marshall' de Berlanga, ¡que es del año 1953!). La historieta dice así: se encuentran dos amigos en un bar y uno le dice al otro que lo mejor para que el país prospere es declararle la guerra a Estados Unidos.
—Y una vez que nos rindamos, los americanos nos invadirán y traerán sus coches, sus industrias, la Coca-Cola y las rubias como Mae West— dice el primero.
—Muy bien —contesta el otro—, pero tu propuesta tiene un problema: ¿Y si ganamos la guerra?
Esta última opción también fue explorada por el cine, aunque mucho más tarde. En 1959, Peter Sellers protagonizó 'Un golpe de gracia' (que en América se llamó 'El rugido del ratón'), dirigida por Jack Arnold, que es la historia de cómo el miniestado europeo (ficticio) de Gran Fenwick, ofendidísimo por la política comercial de EE.UU. hacia su vino Pinot, le declara la guerra, invade Nueva York con 23 soldados de un ejército medieval y la gana.
Pienso en esto cuando leo que Trump le ha exigido a Ucrania unos derechos sobre sus minerales escasos que representan el 50% de lo que se explote hasta alcanzar una compensación total de 500.000 millones de dólares. En Múnich todo el mundo se llevó las manos a la cabeza escandalizado cuando se supo que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, le había presentado este acuerdo a Zelenski. El metepatas canciller Olaf Scholz dijo que era una política «egoísta» de Trump. El sábado, además, se supo que EE.UU. estaba presionando a Ucrania con cortarle el servicio de Starlink (propiedad de Elon Musk) para ablandar su oposición.
Pero, si creemos que los estados se mueven por intereses, aplicar incentivos tienen lógica. Lo que muy pocos han recordado es que la idea de los minerales y otros activos ucranianos es de Zelenski. Este le puso la miel en los labios a Trump en septiembre de 2024 y al entonces candidato sus propuestas le parecieron «muy interesantes». Con todo, la iniciativa tiene elementos extraños. No hay garantías de que los minerales escasos que se está diciendo que hay en Ucrania realmente existan. He visto informes a favor (basados en estudios de la era soviética) y en contra, pero lo que sí es cierto es que ningún equipo de geólogos ha ido desde 2014 a comprobarlo porque muchas de las zonas están minadas o en disputa. Sin embargo, sí me parece relevante que se cree ante la opinión pública la noción de un polo de intereses norteamericanos en Ucrania valorado en medio billón de dólares ('trillion' para ellos). Eso no sólo supone un beneficio futuro, sino también la obligación de defenderlo. Incluso ante Putin. ¿Podemos estar realmente ante un Golfo de Tonkín económico? jmuller@abc.es
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