AJUSTE DE CUENTAS
Los guionistas ponen puertas al campo de la IA
Los escritores de Hollywood han llegado a un acuerdo que incluye limitaciones al uso de la Inteligencia Artificial precisamente cuando varias instituciones están anunciando novedades que suponen un desafío al concepto de creatividad y trabajo cultural
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Los guionistas y los estudios de Hollywood llegaron a un acuerdo preliminar el 24 de septiembre para poner fin a una huelga que ha durado 146 días y que paralizó la industria del entretenimiento en Estados Unidos. El nuevo convenio debe ser ratificado por ... las partes y los detalles no se conocen completamente, pero la huelga adquirió notoriedad porque el sindicato Writers Guild of America (WGA) incluyó varias cláusulas relacionadas con la inteligencia artificial (IA). En mayo pasado, cuando se inició la huelga, el guionista John August, miembro del comité negociador de WGA, dijo que sus afiliados tenían dos grandes preocupaciones respecto de la IA: «No queremos que nuestro material la alimente, y tampoco queremos arreglar sus borradores en bruto».
El asunto enfrentó a los partidarios de un desarrollo amplio de la IA que criticaron al sindicato, al que compararon con nuevos luditas, el movimiento que en el siglo XIX intentó frenar la Revolución Industrial. «El problema parece ser que pensábamos que la creatividad, per se, era el último bastión que impediría que las máquinas reemplazaran el trabajo de alguien», dijo a la agencia Reuters Mike Seymour, cofundador de Motus Lab en la Universidad de Sydney y que trabaja como consultor para los estudios. «Yo diría que se trata simplemente de algún tipo de noción arbitraria que la gente tenía».
Expertos como Seymour veían ventajas al uso de la IA. Los guionistas podían romper con el 'síndrome de la hoja en blanco' o dejar que escribiera algunos diálogos básicos a los que sólo había que añadir matices. Pero su posición no convenció a los escritores que veían como, en la práctica, los estudios les pasaban materiales en bruto, que se sospechaba que habían sido originados por IA, para que los mejoraran pero sin darles la categoría de guionista original y postergándolos a un trabajo secundario, peor remunerado.
Según un comunicado de WGA, las regulaciones para el uso de la IA que han sido aceptadas por los estudios son:
-La IA no puede escribir ni reescribir material literario, y el material generado por IA no se considerará 'material fuente' según el MBA (Acuerdo Básico de Mínimos), lo que significa que el contenido creado por IA no podrá utilizarse para rebajar el crédito de un escritor o sus derechos.
-Un escritor puede optar por utilizar la IA al realizar los servicios de redacción si la empresa da su consentimiento y siempre que el escritor siga las políticas de la empresa, pero ésta no puede exigirle que utilice software de IA (por ejemplo, ChatGPT) para redactar.
-La empresa debe revelar al escritor si algún material que le ha facilitado ha sido generado por IA o incorpora material generado por IA.
-El sindicato se reserva el derecho de definir si la explotación del material de los guionistas para entrenar a la IA está prohibida por el MBA u otra ley.
El sindicato considera que el punto más ventajoso es el último, que le concede el poder de definir con qué se alimenta la IA. Los guionistas llamaban a este fenómeno 'el problema Nora Ephron', por la famosa guionista de películas como 'Cuando Harry encontró a Sally' o 'Tienes un email'. Para ellos, no era difícil imaginar a un estudio alimentando a ChatGPT con los guiones de Ephron y pidiéndole que escribieran comedias imitando su estilo.
El sector no ha conseguido volver a la normalidad porque aún está en vigor una huelga de los actores que está enquistada desde julio pasado. Es la primera vez en 63 años que Hollywood enfrenta una huelga simultánea de actores y guionistas. El costo económico podría llegar a 5.000 millones de dólares en California y en otros centros de producción en Nuevo México, Georgia y Nueva York, según los cálculos del economista Kevin Klowden del Instituto Milken.
Coincidiendo con este acuerdo, surgen novedades que indican que es muy probable que guionistas y actores estén intentando poner puertas al campo. El Proyecto Gutenberg, la biblioteca digital más antigua, ha transformado miles de libros electrónicos en audiolibros utilizando IA, evitando tener que contratar a un humano para hacer el trabajo. Es exactamente el tipo de aplicación que el sector cultural teme. Utilizando tecnología de voz sintética, Gutenberg, que es una asociación de Microsoft y el MIT, transformó más de 5.000 libros electrónicos de acceso libre en audiolibros.
Esta misma semana Spotify anunció que ya está disponible el doblaje automático para permitir que un podcast original en inglés pueda ser escuchado en español, francés o alemán. Para realizar el proceso, Spotify se ha aliado con OpenAI y han creado Voice Translation. Esta aplicación transcribe de voz a texto y luego lo traduce a otro texto en el idioma preferido. El último paso es el más importante: el texto traducido se vuelve a convertir en audio gracias a un sintetizador que emplea la voz original. El resultado es que una voz parecida a la del autor aparece hablando en un idioma que quizá ni siquiera domina.
La IA está siendo ampliamente utilizada en Hollywood para borrar las arrugas del rostro de un actor envejecido (como en la última película de Indiana Jones) o generar cortometrajes de dibujos animados con la ayuda de aplicaciones como Dall-E de OpenAI, que puede crear imágenes realistas. Lo que conocíamos como creatividad es hoy un concepto que la IA ha puesto en entredicho.
jmuller@abc.es
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