ajuste de cuentas
Economía planificada
Pocos informes huyen de la tentación de organizar la vida de los demás
El 'catenaccio' de Trump
Si quieren hacerse una idea de si el plan Draghi saldrá adelante, echen un vistazo a la gestión de los fondos Next Generation y a su impacto real en la economía. El informe del expresidente del BCE no sólo es un aldabonazo sobre nuestra ... mediocridad económica, sino un plan político para federalizar Europa. Y el 'momento hamiltoniano' que propicia, es decir, la coartada política para hacerlo, será esa financiación de 800.000 millones al año mediante ese instrumento para endeudar a Bruselas como se hizo con la pandemia.
Si se descubre que los fondos europeos han tenido un bajo impacto modernizador, si se ven salpicados por episodios de corrupción, si se comprueba que la Administración ha sido lenta y procrastinadora a la hora de canalizarlos, no habrá 'momento hamiltoniano' ni autoridad suficiente para convencer a los estados de que hay que repetir la jugada.
El problema del informe Draghi no es su diagnóstico del problema, que es ampliamente compartido, sino las soluciones que plantea. En abril, el economista Barry Eichengreen, en un artículo que se titulaba '¿Por qué Europa está perdiendo la carrera de la productividad?' decía que, sin haberlo leído, ya podía anticipar lo que propondría el informe: completar la unidad del mercado de capitales, financiar nuevas tecnologías, eliminar barreras a la competencia para costear la innovación, más eficiencia energética y más seguridad. «Los observadores como yo podemos predecir con seguridad lo que recomendará Draghi, porque este tipo de propuestas existen desde hace años. Europa debería actuar ahora para implementar estas viejas ideas, y necesita desesperadamente encontrar otras nuevas», decía.
Bueno, Eichengreen acertó en casi todo, pero hubo un factor que no contempló: el intervencionismo. Draghi, claro, no se rebaja a defender la tesis de los campeones nacionales de hace dos o tres generaciones, pero habla de seleccionar sectores económicos. No habla de dictar decretos, pero sí de condicionar la voluntad del mercado con zanahorias como las rebajas fiscales y los subsidios, ambos financiados con el garrote de la deuda que no son más que impuestos del futuro. No en vano, el economista italiano fue el exitoso presidente de un órgano regulador del sector financiero, no el presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia europeo.
El problema de la UE es la falta de innovación y emprendimiento. Y este surge por el desalineamiento que inducen la Comisión Europea y los legisladores entre el mercado y los actores llamados a satisfacer sus demandas. Luis Garicano acaba de publicar un artículo en su nuevo blog 'Silicon Continent' donde analiza cómo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, elogiado como un modelo de protección de la intimidad, en realidad «está haciendo más daño que bien al ecosistema tecnológico europeo». Garicano no era eurodiputado cuando se aprobó el RGPD, pero pudo sentir en Bruselas la comezón que estalla en los dedos de un político cuando puede empezar a intervenir en la vida de los demás. jmuller@abc.es
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete