AJUSTE DE CUENTAS
Los curanderos de Trump y el 'detox'
Quieren conseguir la cuadratura del dólar: que siga siendo la divisa de referencia, pero muchísimo más barata
Elon Murtra (17 / 03 / 25)

La cuestión, ahora, es cómo los mercados no se percataron de las intenciones de Trump. ¿Cómo los gestores mejor pagados del planeta no fueron capaces de adivinar que en vez de continuar la fiesta en Wall Street, el nuevo presidente se iba a dedicar ... a poner palos arancelarios en las ruedas del comercio y a traicionar a los viejos aliados? ¿Quién podía esperar que pincharía la burbuja tecnológica cuando tenía a su lado a Elon Musk, a Zuckerberg, a Nadella, a Altman? Trump no quiso decir recesión y dijo «transición». El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha hablado de un periodo de «desintoxicación». Esta es la manera en que uno esperaría que hablara de la economía la dueña de un herbolario o el dalái lama, pero no el ministro de Finanzas de la primera economía del mundo.
El último intento de sugerir que las sangrías y la aplicación de sanguijuelas son buenas para la hipertensión es este llamado acuerdo de Mar-a-Lago, un intento de los curanderos de Trump de sugerir que detrás de su espasmódica rutina de órdenes ejecutivas hay una teoría contrastada.
Una de las cuestiones más chocantes que Trump quiere conseguir es que el dólar siga siendo la divisa de reserva mundial, pero al mismo tiempo se devalúe en relación con otras monedas extranjeras. Normalmente el efecto de una aplicación unilateral de aranceles hace que la moneda del país afectado se acabe depreciando, así que la guerra comercial lo que hará es fortalecer al dólar. La repatriación de industrias manufactureras, que Trump persigue, también lo refuerza. La inflación que pueden provocar sus diferentes medidas tampoco permitirá que bajen los tipos de interés, lo que encarecerá su moneda. ¿Cómo va a lograr debilitar al dólar? Hay una situación en la que el dólar podría estar débil coincidiendo todas estas circunstancias, pero que nadie había contemplado porque carece de lógica que un presidente quiera jugar con las cosas de comer y es que la Casa Blanca induzca una recesión económica. Una recesión llevaría a la Reserva Federal a seguir bajando tipos, cosa que Trump busca desde el año pasado.
Ayer, el presidente de la Fed, Jerome Powell, decidió esperar y ver. Mantuvo los tipos de interés entre 4,25/4,50 y confirmó que se pueden producir dos recortes más durante este año, pero varió radicalmente el cuadro macro debido a la incertidumbre creada por Trump en los dos meses que lleva en el cargo. Ahora, se prevé un crecimiento significativamente menor de la economía (1,7% durante 2025 cuando la OCDE acaba de vaticinar 2,2%) y un eventual aumento del desempleo y de la inflación. «La incertidumbre en torno a las perspectivas económicas ha aumentado», dice el comunicado. También cambió la política del balance: a partir de abril bajará el ritmo de reducción de su cartera de aproximadamente 6,8 billones de dólares en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas.
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