Los inversores pierden confianza en la banca ante el riesgo de otra gran crisis
Credit Suisse, en problemas desde hace tiempo, se llegó a desplomar ayer en Bolsa un 30% y contagió a todo el sector en Europa y EE.UU.
Las autoridades suizas salen al 'rescate' de Credit Suisse y garantizan que le darán liquidez si la necesita
La crisis de Credit Suisse, en directo: reacciones y consecuencias en las principales Bolsas
El derrumbe de Credit Suisse arrastra al Ibex a perder un 4,4% y a los bancos a hundirse hasta un 10%
![Un grupo de 'traders' en la Bolsa de Nueva York](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/03/15/inversores-america-RLjJlSLHC6X5jdQ7P1ZRM2O-1200x840@abc.jpg)
La semana pasada fue la del colapso del Silicon Valley Bank (SVB) americano; esta, la del derrumbe bursátil de Credit Suisse, ya en el centro de Europa. De hecho, las autoridades suizas tuvieron que salir a su ‘rescate’ garantizando que le darán liquidez ... si la necesita. El temor a que se esté gestando una crisis como la de 2008 crece entre los inversores y ayer así lo trasladaron en los mercados. Volvió el pánico a las Bolsas llegándose a ver caídas de hasta doble dígito generalizadas en algunos bancos y en varios momentos del día.
Credit Suisse es la punta del iceberg de las preocupaciones del mercado. Los inversores miran más allá y perciben que al menos hay que estar preparados para lo que pueda pasar, según fuentes financieras. No se refieren tanto a que la entidad suiza pueda entrar en colapso -ayer llegó a caer hasta un 30%, para moderarse luego al 24%, por la falta de respaldo de sus accionistas y las dudas sobre su viabilidad- sino a la posibilidad de que se genere una crisis financiera. Que vuelvan los problemas del pasado es la preocupación de fondo.
Hace una semana la sensación era de que la quiebra del SVB era de un banco local americano muy especializado y que había tenido una gestión discutible. Los bancos en Europa se desligaban de aquel suceso, y también había tranquilidad relativa en sus homólogos norteamericanos. Sin embargo, que ahora pueda saltar por los aires un Credit Suisse, con epicentro en Europa, ya genera más miedo en el Viejo Continente por lo que pueda venir detrás.
Todas las grandes Bolsas de Europa y los bancos en particular sufrieron ayer el castigo de los inversores, que han perdido en parte la confianza que habían mostrado los últimos meses en la banca. Confianza, esta es la palabra que más se repite en el sector que hace falta para que la normalidad vuelva a reinar en este negocio, pero también reconocen que la muestra de estos últimos días es que algo se ha quebrado en la apuesta firme de los inversores por la banca.
El empeño ahora de las entidades financieras, también de las españolas, es tratar de trasladar a sus clientes e inversores que nada tan grave como en 2008 está por venir. Fuentes financieras confirman que ya se están produciendo llamadas de analistas e inversores hacia los bancos europeos para tratar de calibrar cómo de fuerte será el golpe final y para pedir datos de cómo están las cosas en cuanto a liquidez, solvencia...
Esto fue lo que cayó ayer el Ibex 35, arrastrado por los bancos
Y las respuestas de los bancos llevan siendo las mismas estos últimos días, desde el colapso del SVB: tranquilidad, que los números son buenos. En todo caso, aunque descartan una gran crisis, por el momento y a la vista de los acontecimientos, no niegan que pueda haber más 'cadáveres' por el camino, especialmente entre la banca mediana estadounidense, y contando una debacle mayor en Credit Suisse que en ningún caso se descarta.
Aun así, en el sector financiero señalan que dudan que la crisis de Credit Suisse hubiera generado este efecto si en los días previos no hubiera ocurrido la quiebra del Silicon Valley Bank al otro lado del Atlántico. ¿Por qué? Pues porque la entidad suiza lleva meses, e incluso años, arrastrando problemas de salud y no era un secreto para nadie que estaba tocado. La coincidencia de ambos sucesos, según fuentes bancarias, es lo que ha amplificado el pánico. Aun así, todos revisaron ayer cuál era su exposición a la entidad suiza.
Golpe en Bolsa
El efecto contagio del desplome de Credit Suisse no ha dejado indiferente a nadie en el sector bancario. Fuentes financieras son claras: «Estamos preocupados por la cotización». Porque en cuestión de cuatro sesiones se han esfumado 24.000 millones de euros de capitalización bursátil solamente en los bancos españoles del Ibex 35. Y el panorama ha sido igual en el resto de Europa, así como en EE.UU. aunque con caídas un poco más moderadas.
El Ibex 35 se dejó ayer casi un 4,4%; su homólogo italiano superó el 4,6% de caída; el Dax alemán perdió casi un 3,3%; y el Cac francés un 3,6%. Y en todos estos casos la razón estuvo, en gran parte, en las cotizaciones de las entidades financieras, que arrastraron a los principales índices bursátiles.
En España, el Banco Santander cayó un 6,89%; BBVA, un 9,6%; Caixabank, un 6,7%; Sabadell, un 10,5%... El golpe sobre el sector de estos días se ha comido buena parte de la subida desde principios de año. En Europa, por su parte, la situación no fue mejor para las entidades financieras. Deutsche Bank superó el 9% de caída, BNP Paribas se dejó más de un 10% y Société Générale se hundió más de un 12%, entre otros. El derrumbe fue generalizado en el sector y se teme que pueda continuar estos días.
Los bancos muestran su preocupación por el golpe a la cotización pero insisten en que el mercado está «sobrerreaccionando»
Darío García, analista de XTB, destaca que «la situación sobre el comportamiento de la banca podría extenderse esta semana, sobre todo hasta que Christine Lagarde se dirija a la prensa para presentar la decisión del BCE». Con todo, se muestra confiado de que la situación mejore: «En la eurozona se espera que las palabras de la presidenta del BCE ayuden a mitigar el castigo sobre los bancos europeos».
Pese a todo, los bancos todavía miran con extrañeza lo que está ocurriendo con sus cotizaciones. Aunque reconocen que se ha perdido parte de la confianza a la luz de los acontecimientos, el sector señala también que todo este castigo se trata de una «sobrerreacción irracional». Y recuerdan que siempre que hay problemas, de cualquier tipo, la respuesta que se ve pasa por reducir posiciones en banca.
Problemas en Credit Suisse
Así las cosas, el problema inicial estuvo en la crisis de Credit Suisse, un acontecimiento que viene de mucho tiempo antes. Tras estar cayendo hasta un 30% y arrastrar al sector financiero de todo el Viejo Continente, las acciones de Credit Suisse cerraron ayer en Zúrich con pérdidas de un 24,2%. Se redujo el golpe ligeramente gracias a una filtración publicada por ‘Financial Times’, según la cual Credit Suisse había pedido al Banco Nacional de Suiza una muestra pública de apoyo. Una solicitud de una declaración tranquilizadora.
Credit Suisse también solicitó un apoyo similar de Finma, el regulador suizo, que habría mantenido algunas conversaciones con inversores. El mensaje inicial era que se trataba de un caso específico, casi doméstico, y que el pánico solo empeoraría las cosas. Al fin y al cabo, de todos era sabido que la situación de Credit Suisse no era la mejor desde el abandono a principios de mes de su principal accionista, el administrador de inversiones estadounidense Harris Associate, y la declaración de su actual primer accionista, el Saudi National Bank, de que no proporcionará más dinero a Credit Suisse porque una participación de más del 10% no es posible por razones regulatorias no ha ayudado.
Ya por la noche, llegó el esperado respaldo de las autoridades suizas. El Banco Nacional Suizo (SNB) y la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero Suizo (Finma) emitieron un comunicado conjunto asegurando que la entidad cumple los requisitos de capital y liquidez, y que si fuera necesario se le proporcionará la liquidez que precise.
El hecho de que todo esto ocurriese en coincidencia con el colapso de Silicon Valley Bank, en los EE.UU., había terminado de formar la tormenta perfecta sobre el primer banco suizo: la cobertura contra los impagos de los bonos bancarios volvió a encarecerse, los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) a cinco años para títulos de deuda aumentaron a un máximo histórico de 574 puntos básicos.
Relacionado con todo ello, el banco había informado unas pérdidas de 7.300 millones de francos suizos en 2022, su segunda pérdida anual consecutiva y la mayor desde la crisis financiera, además de avanzar que habrá también una «pérdida significativa» en 2023.
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