Indra afronta su junta clave para cerrar la crisis del consejo y empezar los cambios de fondo

Fuentes próximas a la compañía aseguran a ABC que con ese 'match ball' salvado, Indra y sus socios del Gobierno sentados en puestos directivos de la tecnológica intentan acallar a la CNMV y darle argumentos para dar carpetazo a una de las mayores polémicas acaecidas en el tejido empresarial español. El presidente del supervisor, Rodrigo Buenaventura, deslizaba ante los medios estar «preocupado» por lo ocurrido en Indra meses atrás pero nunca se atrevió a dar un paso más. En ese tiempo se han incorporado al accionariado fondos como Amber Capital, que controla Prisa. El propio dueño de Amber, Joseph Oughourlian, decía días atrás que cómo no iba a entrar en Indra si el Gobierno había comprometido mayor gasto en Defensa. Y así sucedía poco después tras aprobarse los Presupuestos Generales del Estado para 2023.

Una vez zanjada la polémica y ampliada la presencia del Gobierno con otro consejero a propuesta de la SEPI, el equipo gestor podrá emplearse a fondo en la remodelación de la compañía y, según apuntan las mismas fuentes, quién sabe si el propio Oughourlian pide silla en el consejo, tal y como ha obrado anteriormente en otras inversiones.

Con el nuevo dibujo del consejo, la compañía afronta un futuro estratégico en el que el negocio de Defensa camina con pie quedo, animado exclusivamente por los estimulantes de los fondos públicos, mientras que la división de Minsait ha pasado en poco tiempo de patito feo del negocio a cisne blanco que todos anhelan.

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Así pues, cuatro meses después, Indra tiene la oportunidad de recomponer su consejo de administración y cerrar la crisis de gobernanza que abrió el Gobierno en la compañía. A las puertas del verano, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) movió ficha en la junta ordinaria. Junto a Amber Capital y Sapa, logró el cese por sorpresa de varios consejeros independientes díscolos con la gestión del hombre de La Moncloa en la empresa, el presidente Marc Murtra. Y todo acabó con la salida de todos los independientes en un goteo los siguientes días, generándose una grave crisis de gobernanza.

El único que hoy permanece es Ignacio Martín, que se ha quedado en la compañía hasta la recomposición en el consejo de administración y que a partir de mañana abandonará su cargo.