La IA echa más madera en la caldera de incertidumbre de los trabajadores sénior
A pesar de que el talento veterano suma habilidades claves para aprovechar esta tecnología, su despliegue puede acentuar arraigados sesgos de exclusión
Cuando la vocación emprendedora no tiene edad

Mucho se ha escrito y hablado del impacto en el mercado de trabajo del advenimiento de la inteligencia artificial. Asistamos a una gran destrucción o a un progresivo proceso de transformación del empleo, lo cierto es que la incertidumbre se agigante en el caso de ... los trabajadores sénior. ¿Agravará la gran revolución en marcha sus dificultades laborales o puede convertirse en una inesperada oportunidad?
Experiencia, madurez, visión estratégica, habilidades de resolución de problemas, una red de contactos más amplia y mayor capacidad para liderar y tomar decisiones son algunas de las muchas aportaciones de estos profesionales a las empresas. Sin embargo, los mayores de 55 años es un segmento de la población muy afectado por el desempleo. Actualmente se contabilizan 535.000 personas dentro de dicha franja de edad en búsqueda activa de empleo, una cifra que ha descendido un 7% con respecto a hace diez años. «Durante este periodo se han producido oscilaciones, pero siempre rondando el medio millón, y un valle significativo en el año de la pandemia, cuando se anotó un valor mínimo de 474.000, debido fundamentalmente a la pérdida de activos derivada de la crisis sanitaria», explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Pero más allá del dato numérico, para Mesonero lo más llamativo es el crecimiento de personas sénior sobre el total de la población en desempleo. «Hoy, los profesionales mayores de 55 años suponen el 19% del total de las personas que buscan trabajo, cuando hace una década eran el 9% y a principios del milenio apenas alcanzaban el 6%», resalta. Señala también que los profesionales mayores de 55 años son «una fuerza laboral estratégica para las compañías y para el país en su conjunto; sin embargo, siguen imperando barreras y obstáculos que merman sus oportunidades laborales». Como muestra, el 60% de las personas sénior en desempleo lleva más de un año sin encontrar trabajo, porcentaje que se reduce al 40% en el resto de la población.
El 15º informe #TuEdadEsUnTesoro, llevado a cabo por el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco, muestra que el 45% de las personas desempleadas mayores de 55 años cree que no encontrará trabajo y que pasará, directamente, del desempleo a la jubilación. En cuanto al impacto de la IA y la automatización de procesos en el empleo, las opiniones están divididas: el 39% de las personas sénior cree que suponen un nuevo escollo para encontrar trabajo, mientras que el 40% ve en la IA una fuente de oportunidades.
Aparcar el apocalipsis
El director general de la Fundación Adecco cree necesario huir de visiones apocalípticas. A lo largo de la historia, la automatización y la tecnología han reemplazado trabajos, «pero también han creado nuevos empleos en sectores emergentes. La IA no es diferente en este aspecto y está generando oportunidades en muchos campos como la programación o la robótica». Recuerda igualmente que los sistemas inteligentes están produciendo una reasignación de habilidades en aquellos sectores cuyas tareas están más automatizadas, orientándolas hacia roles que son más difíciles de mecanizar como el pensamiento crítico, la templanza o la madurez, habitualmente presentes en los profesionales sénior. Por ello cree que la IA «puede ser una gran aliada para el empleo de todas las personas, y particularmente de las que superan los 55 años, pero todo va a depender de su capacidad de adaptación y de su voluntad para interiorizar y/o asumir nuevas formas de trabajo».
Juan Pablo Riesgo, socio responsable de EY Insights, habla del talento sénior como aquel que posee habilidades y cualidades esenciales para la sociedad, las empresas y las generaciones posteriores. «Destacan, entre ellas, la cultura del esfuerzo, la experiencia, elemento diferencial respecto a las generaciones más jóvenes, el conocimiento del mercado, la destreza a la hora de resolver problemas y tomar decisiones, o la capacidad de emprendimiento». Considera esencial la capacitación de los séniors en el uso de nuevas tecnologías, muy especialmente, de la IA y recuerda que todos los días aparecen nuevas aplicaciones de la IA que pueden cambiar nuestras formas de trabajo, la relación con nuestros clientes o los servicios que se pueden dar. «Apostar por la formación continua es fundamental porque permite extraer todo su potencial a estas tecnologías», puntualiza.
María Manso, socia responsable de People Analytics de EY, considera la IA como un gran aliado de los sénior, facilitando su día a día. «Ya estamos viendo ejemplos de cómo podemos dar las instrucciones a través de la voz a los 'chatbots'. Y van a contestar de la misma manera, por voz, lo que, además de ayudar ante problemas de visión, facilita también la relación con la IA, democratizando su uso a personas de todas las edades», pone como ejemplo. Indica también que la IA puede ayudar a mitigar sesgos en la selección de candidatos para un puesto. «Se puede establecer que los algoritmos no incorporen rasgos de edad y se basen en habilidades, conocimientos y logros conseguidos», señala Manso. No obstante, sabe que no es algo sencillo. «No vale con no incluir la edad en la ecuación, hay muchos otros factores que hay que tener en cuenta», sentencia.
La socia responsable de People Analytics de EY reconoce que hay aspectos que llevan a los séniors a ver la IA como un demonio. Por un lado, la gestión de la incertidumbre. «En el mundo actual, hay mucha inquietud sobre el futuro del trabajo y cómo la IA va a impactar a todos los trabajadores. Y ese miedo e incertidumbre se produce sobre todo en los trabajadores de más edad, que no se sienten cómodos con la tecnología y no terminan de entenderla». Por otro lado, está la forma en la que se construyen los productos y/o las aplicaciones. «Más allá de intentar que los algoritmos no incorporen sesgos, es fundamental que en el diseño se involucre un equipo que tenga en cuenta las necesidades de todos los colectivos, incluido los séniors, y que se diseñe desde la experiencia de usuario, desde la persona», puntualiza.
Un 39% de los sénior cree que la IA será un nuevo escollo, y el 40% ve una fuente de oportunidades
Desde el Observatorio Generación & Talento señalan que la tecnología y la evolución de los mercados ha impactado siempre en el mundo laboral, haciendo que determinadas ocupaciones y sus competencias varíen, e incluso desapareciendo, pero también creándose nuevas necesidades y empleos. «Pero cuando hablamos de inteligencia artificial, hay que pensar en una cuarta revolución industrial, en la cual el futuro del trabajo será muy diferente a lo que conocemos actualmente», explica su socia directora, Ángeles Alcázar.
Señala que desde 2022 aparecen máquinas capaces de aprender por sí solas. «Estamos hablando de una red neuronal que puede aprender cualquier tarea siempre que existan datos para alimentar», subraya. Pero esta nueva revolución industrial sitúa en el centro del mundo laboral al ser humano, «permite ubicar a las personas en el centro de la estrategia empresarial, desbloqueando a las personas de las tareas rutinarias, abandonando tareas repetitivas, y teniendo más tiempo para dedicarnos a aspectos más creativos y estratégicos». Y ahí, es donde el talento sénior puede reivindicar todo su valor.
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