Guerra de dividendos entre BBVA y Banco Sabadell para seducir a los accionistas en plena opa
La entidad vasca pagará este octubre el mayor dividendo a cuenta de su historia y el grupo catalán promete entregar al menos 2.900 millones con cargo a los resultados de este año y el siguiente
Los plazos de la CNMC amenazan con retrasar la opa de BBVA al Sabadell hasta verano de 2025
![Josep Oliu (izq.), presidente de Banco Sabadell, y Carlos Torres, presidente de BBVA](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/09/27/oliu-torres-RlyVsT6MDrLSRYfE9gRQTIM-1200x840@diario_abc.jpg)
La opa de BBVA sobre Banco Sabadell entra en una guerra de dividendos para tratar de convencer a los accionistas de la entidad catalana. Si bien hasta ahora ambas entidades han venido enfrentándose por los supuestos problemas de competencia que genera la operación, el ... precio y los plazos, en este momento también han pasado al ataque vía remuneración al accionista.
Desde que llegó la oferta inicial, el Sabadell ha jugado sus cartas con el dividendo para tratar de convencer a sus accionistas de que hay más futuro en solitario que junto a BBVA; consideran que el canje de 1 acción de BBVA por 4,83 del Sabadell no es atractivo. Así, ya en mayo dieron un mensaje al mercado de un reparto de dividendos de 2.400 millones de euros en los dos años siguientes. Pero no se han quedado ahí.
En julio, coincidiendo con la presentación de resultados semestrales, el banco presidido por Josep Oliu comunicó una revisión de esa estimación para incrementar el reparto a los accionistas un 21% a 2.900 millones con cargo a los resultados de 2024 y 2025, lo que supone 53 céntimos por acción. Parte de ese pago ya se materializará este próximo 1 de octubre con un dividendo a cuenta en efectivo de 8 céntimos por acción, lo que representa una rentabilidad de alrededor del 4% sobre la cotización y se trata de un 33% más que los dos dividendos en efectivo pagados con cargo a los resultados del ejercicio 2023.
Sabadell, así, lo que promete para estos dos ejercicios es entregar a sus accionistas el equivalente a alrededor del 30% de su valor en Bolsa. Un guiño a su capital social para intentar convencer a sus dueños de que se generaría más valor sin la opa de BBVA. Asimismo, el banco catalán ha dado muestras de que esos 2.900 millones incluso podrían crecer más. «Nuestro compromiso de retribución, que está basado en nuestro nivel de rentabilidad recurrente, tiene potencial de mejora al alza debido a la actualización de nuestras previsiones de Rote», dijo el CEO, César González-Bueno, en una conferencia organizada por Bank of America.
BBVA, por su parte, no ha querido quedarse atrás y ha entrado en esa guerra de dividendos para tratar de convencer a los accionistas, tanto los suyos como los del Banco Sabadell, de que lo mejor es integrar ambas entidades, mediante una opa en este caso. Es por ello que el grupo presidido por Carlos Torres ha anunciado que el próximo 10 de octubre sus accionistas percibirán «un dividendo a cuenta de los resultados de 2024 de 29 céntimos de euro brutos por acción, un 81% más que un año antes».
Este se trata del dividendo a cuenta más alto en la historia de BBVA. «El banco repartirá en octubre cerca de 1.700 millones de euros en efectivo entre sus accionistas. Tras este dividendo, desde 2021 BBVA habrá distribuido cerca de 15.000 millones de euros entre dividendos y recompras de acciones», informó el banco.
La entidad vasca pone en valor el recorrido que ha tenido su dividendo en el último lustro como una muestra de que su compromiso con la remuneración al accionista viene de largo. «BBVA está fuertemente comprometido con la creación de valor para sus accionistas. En este sentido, desde enero de 2019 hasta la actualidad, el retorno total al accionista de BBVA (que considera tanto la evolución de la acción como los dividendos pagados) ha crecido en casi un 186%, es decir, casi se ha triplicado», señaló al anunciar este dividendo.
Escollos en el opa
Ambos bancos tratan de seducir a los accionistas del Sabadell para votar a favor de la opa de BBVA. Sin embargo, el único interrogante no está en si los dueños de la entidad catalana acudirán o no a la opa sino que también surgen otras dudas de calado como las autorizaciones regulatorias.
BBVA ha recabado hasta ahora gran parte de las autorizaciones necesarias, como la del Banco Central Europeo (BCE), pero se enfrenta en los próximos meses a dos grandes escollos. El primero de esos escollos es el análisis que está realizando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre posibles problemas de concentración y competencia que podría generar la operación.
El banco vasco entiende, por comparación con la integración de Caixabank y Bankia, que no debería haber ningún problema en lograr el OK de la institución y que, de hecho, lo esperado es que se diera luz verde a la operación en primera fase.
En cambio, la entidad catalana piensa que no puede compararse esta operación con otras anteriores dada la complejidad y la diferencia en el escenario del sector. El Sabadell considera que es una operación muy compleja y que incluso habría de pasar a fase dos para que Competencia realizara un examen más profundo; asimismo, el grupo de Oliu asegura que si llega a fase dos también se tendría que llegar a una tercera fase en la que podría intervenir el Gobierno.
Más allá de ello, el segundo escollo está en el Ejecutivo. En caso de triunfar la opa, BBVA querría fusionar ambas entidades y esa fusión posterior podría vetarla el Gobierno. Por el momento, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, permanece instalado en el rechazo a la operación.
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