Grandes empresas buscan oportunidades fuera ante el intervencionismo de Sánchez
Las políticas del Gobierno amenazan los planes de inversión de algunas compañías en España mientras el Ejecutivo mima al capital extranjero
Repsol marca el camino: ¿Le seguirán Naturgy, Iberdrola, Cepsa o Endesa? El 'impuestazo' amenaza sus inversiones en España
Electrolizador inaugurado recientemente por Repsol en Vizcaya
Las políticas de Pedro Sánchez ponen en alerta a las empresas, que en algunos casos llegan a replantearse las inversiones en España. El tejido empresarial percibe al Gobierno y sus pactos como un acoso a su actividad en nuestro país, lo cual contrasta con ... cómo el Ejecutivo trata de ganarse el favor del capital extranjero. Mejor lo de fuera que lo dentro, parece la consigna.
El cambio de sede de Ferrovial a Países Bajos ha sido el inicio de unos movimientos, de diferente índole, que podrían continuar. La constructora decidió implantarse en ese país justificado por su visión internacional y la voluntad de cotizar en Estados Unidos, pero también en busca de un régimen jurídico más estable, más seguro que el español y en el que financiarse más barato y fácilmente. Buscaban fuera oportunidades y posibilidades que dentro de España no tenían. Este movimiento desató la ira del Gobierno contra la compañía, que pese a todo ha consumado el traslado.
Nadie oculta, especialmente en el Ibex 35, que las subidas de impuestos y el mayor intervencionismo público son asuntos que soliviantan a las compañías. En la gran empresa no dudan en hablar de «falta de seguridad jurídica y estabilidad» como razones para repensarse dónde poner el foco. Y en algunos casos ese foco ya lo están poniendo fuera.
Ferrovial es el caso más claro, pero hay otros. Repsol es la compañía que más duro se ha pronunciado contra las políticas del Gobierno. Su presidente, Antonio Brufau, advirtió de que las inversiones en hidrógeno que proyectan para España, que suman unos 1.500 millones de euros, requieren de estabilidad jurídica y fiscal. En este sentido, citó en concreto a Portugal y Francia como posibles destinos de sus inversiones, en una amenaza al Ejecutivo. «Si tenemos un impuesto para producir hidrógeno que no tienen Francia o Portugal pues seguramente nuestra decisión será irnos a Portugal o Francia», afirmó el directivo. Y en el caso de Ferrovial y Repsol no son asuntos del corto plazo, sino apuestas que van al largo plazo. Porque este tipo de decisiones, como afirman fuentes empresariales, no se toman a la ligera sin un análisis detrás de pros y contras. Asimismo, no es la primera vez que Repsol ha dado la voz de alarma sobre las políticas del Gobierno y la falta de seguridad jurídica.
Otro caso es el de Iberdrola. La energética presidida por Ignacio Galán acaba de reforzar su apuesta por Reino Unido en su hoja de ruta de inversión. Serán cerca de 14.000 millones de euros después de haber destinado este año más de 2.300 millones, principalmente a redes eléctricas y a proyectos renovables.
Galán destacó que «contando con marcos regulatorios estables y predecibles en el Reino Unido, estamos más comprometidos que nunca a seguir impulsando nuestras inversiones en redes y renovables». Unas palabras entendidas como que invierten en las jurisdicciones estables y seguras, frente a lo que existe en España.
En otro tono, ya no de amenaza, se pronunció recientemente Juan Roig, presidente de Mercadona. El directivo recriminó la situación política a Pedro Sánchez. «Se está medio consiguiendo una división entre los españoles que no es nada buena ni para la economía ni para España», dijo, para añadir que «si el problema de España lo tuviéramos en Portugal (donde están presentes y en expansión), ralentizaríamos las inversiones».
Impuesto a banca y energéticas
Más allá, la batalla impositiva está también más viva que nunca. Las energéticas y la banca han criticado en multitud de ocasiones los nuevos impuestos que han fijado para ambos sectores y coinciden en que suponen un lastre para sus inversiones y apuestas por España. Algo que han trasladado al Gobierno casi en cada intervención pública; de hecho, han recurrido ante la Justicia los gravámenes, que el Ejecutivo pretende hacer ahora permanentes.
Con este escenario, fuentes empresariales destacan que varios miembros del Ibex se plantean ya realizar sus inversiones en otras jurisdicciones que no sean la española. Y en el sector financiero, asimismo, destacan que es una realidad que las grandes compañías suelen tener en la recámara planes alternativos para sus apuestas y sus sedes por si hiciera falta.
Esto contrasta, por su parte, con el trato que dedica Pedro Sánchez y su equipo socialista al capital extranjero. En el reciente congreso de multinacionales, que engloba a 60 de las principales empresas multinacionales extranjeras que operan en España como Google, Amazon, Huawei, ING e Ikea, el jefe del Ejecutivo no hizo referencias a la necesidad de que paguen más impuestos. Les agradeció su contribución al país, dedicándoles halagos que no se dan con la empresa española.
Nadia Calviño, vicepresidenta primera, ha viajado esta semana a Nueva York para reunirse con entidades financieras y fondos de inversión. El objetivo, vender España como destino y estrechar lazos. Con todo, desde el Ministerio de Economía no desvelan los interlocutores. Lo único, según el ministerio, que allí sí se vieron con el Banco Santander, entidad española pero con la que se reúnen en EE.UU.