El FMI mantiene el crecimiento de España en el 2,4% este año y pide medidas a los países ante el frenazo a medio plazo
La institución pide a los bancos centrales no flexibilizar su política monetaria en aquellos territorios con inflación persistente
El Gobierno aprueba un techo de gasto récord y eleva su previsión de crecimiento al 2,4% para este año
El FMI mejora al 2,4% el crecimiento de este año para España pero admite su inquietud por la «política interna»
Turistas en Mallorca
España crecerá un 2,4% este año, igual que estima el Gobierno de Pedro Sánchez, y un 2,1% el siguiente, una décima menos de lo previsto por el Ejecutivo. Estas son las previsiones actualizadas del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que supone mantener ... las cifras que ya hizo públicas hace un mes en su informe anual sobre nuestro país y que en su momento supusieron una mejora de medio punto para la estimación de 2024.
Estos datos dejan a España como líder en crecimiento económico de las principales economías del euro tanto este año como el siguiente. Alemania aumentará su PIB, según el organismo multilateral, un 0,2% este año; Francia, un 0,9%; e Italia, un 0,7%. Para el ejercicio que viene la previsión es del 1,3%, 1,3% y 0,9%, respectivamente. La media de la eurozona es de un crecimiento del 0,9% en 2024 y del 1,5% en 2025. Entre las principales economías avanzadas, solo Estados Unidos tendrá un crecimiento mayor que España este año, del 2,6%, aunque el FMI ve nubarrones en la economía americana, principalmente por la inflación y en consecuencia de haber crecido menos de lo esperado en el primer trimestre.
Respecto a la economía mundial, la organización prevé un crecimiento del 3,2% para este año, igual que en sus anteriores previsiones, y del 3,3% para el que viene, habiendo mejorado la estimación en una décima.
El organismo dirigido por Kristalina Georgieva constata que en Europa se han materializado «brotes de recuperación económica» gracias a la mejora de la actividad de los servicios. Pero eso no quiere decir que los riesgos se hayan disipado y los retos ahora sean menores, con la inflación como principal preocupación todavía.
El FMI pone deberes a los países y reclama que estos «deben actuar ahora para revitalizar las decrecientes perspectivas de crecimiento a medio plazo». El organismo multilateral constata un freno en las economías a futuro y es por ello que insta a los Estados a tomar medidas. Asimismo, añade que «las sorprendentes diferencias en las tendencias de productividad entre países desde la pandemia sugieren que no todos los factores son cíclicos y que se necesitan medidas de política decisivas para mejorar el dinamismo empresarial y reducir la mala asignación de recursos para detener las debilidades».
Aparte de ello, la institución apunta en su informe a que las autoridades se enfrentan a dos tareas, a medida que las brechas de producción comienzan a cerrarse y la inflación retrocede: «Perseverar en restaurar la estabilidad de precios y abordar los legados de las crisis recientes, incluida la reposición de las reservas perdidas y un crecimiento duradero». El FMI hace hincapié en que para lograr eso se necesitarán una combinación de políticas públicas. Asimismo, pone el acento en los «desvíos fiscales» en algunos países, sin mencionar cuáles, lo cual requerirá «una postura mucho más restrictiva de lo previsto» para meter en cintura las cuentas públicas.
Y también pone tarea a los bancos centrales en el proceso de relajación de su política monetaria. «Deberían abstenerse de flexibilizar sus políticas demasiado pronto y permanecer abiertos a mayores restricciones si fuera necesario. Cuando los datos de inflación indican de manera alentadora un retorno duradero a la estabilidad de precios, la flexibilización de la política monetaria debería proceder gradualmente, lo que al mismo tiempo dejaría espacio para que se lleve a cabo la necesaria consolidación fiscal», indica. No empezar a bajar los tipos demasiado pronto ni demasiado rápido es, para el FMI, fundamental.
Con todo, la institución reconoce que las situaciones no son idénticas en todos los territorios con la inflación, lo que invita a pensar en diferentes ritmos de relajación de la política monetaria. Por ejemplo, en Europa el Banco Central Europeo (BCE) ya ha iniciado las bajadas de tipos y se ha adelantado a la Reserva Federal de Estados Unidos. «Todavía se espera que las tasas de política monetaria de los principales bancos centrales disminuyan en la segunda mitad de 2024, y la divergencia en el ritmo de normalización refleja las diversas circunstancias inflacionarias», recoge el informe.
El riesgo de la inflación
«En general, los riesgos para las perspectivas siguen equilibrados pero algunos riesgos a corto plazo han ganado importancia. Estos incluyen riesgos al alza para la inflación que se derivan de la falta de avances en la desinflación de los servicios y presiones sobre los precios que emanan de renovadas tensiones comerciales o geopolíticas. Los riesgos de una inflación persistente en el sector de servicios están ligados tanto a la fijación de salarios como de precios, dado que la mano de obra representa una alta proporción de los costos en ese sector», indica el FMI, poniendo el foco en el riesgo de la inflación.
Los precios han experimentado una relajación desde 2023, pero ese descenso se está frenando, como constata el organismo. «El impulso de la desinflación global se está desacelerando, lo que indica obstáculos en el camino. Esto refleja diferentes dinámicas sectoriales: la persistencia de una inflación superior al promedio en los precios de los servicios, atenuada en cierta medida por una mayor desinflación en los precios de los bienes», dice el informe.