Fernando Fernández-Tapias, un hombre que dedicó su vida a la empresa

Fernando Fernández-Tapias nos ha dejado, a los 84 años, tras una intensa vida en la que la empresa y las organizaciones empresariales fueron parte sustancial.

Comenzó su vida profesional colaborando con su padre trasportando pescado desde la lonja de Vigo hasta la conservera de la familia. A principio de los 70, tras unos años en la Naviera Suardiaz, propiedad de su entonces suegro, creó su propia compañía de transporte marítimo para automóviles y posteriormente inició su actividad en el transporte de petróleo, siendo pionero en la utilización de buques de doble casco.

Es en esa época, antes incluso del cambio de régimen del 75, cuando inicia su participación en el mundo de las asociaciones empresariales, ocupando los cargos de vicepresidente y posteriormente presidente de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE). En 1985 fue elegido presidente de la Confederación de Empresarios de Madrid, CEIM, sucediendo a José Antonio Segurado.

Durante 17 años presidió CEIM, ocupando al tiempo la vicepresidencia de la CEOE. Fue también presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, presidente del Comité Ejecutivo de IFEMA y vicepresidente del Real Madrid.

Fernández-Tapias fue una persona muy especial. En su faceta empresarial, destacó por su inteligencia natural, su intuición y sus pronunciadas dotes visionarias y de estrategia. Era valiente, tenaz, convincente y tenía una gran personalidad. Supo crear equipos comprometidos en los que delegaba y confiaba para que llevaran buena parte de la gestión de sus empresas.

Pero lo más destacado fue su papel como líder empresarial. De talante conciliador, hábil negociador, persuasivo pero firme. Alcanzó bajo su presidencia importantes hitos como el primer pacto por el empleo en la Comunidad de Madrid, junto a gobierno y sindicatos, o el acuerdo entre el pequeño comercio y las grandes empresas de distribución, que inició el camino hacia la libertad de horarios comerciales del que hoy disfrutamos los madrileños.

Mantuvo durante aquellos complicados años, una fluida interlocución con los sindicatos, basada en el respeto y la contundente defensa de los intereses empresariales. También destacó su relación con dos presidentes de la Comunidad de Madrid, de distintos partidos, como fueron el socialista Leguina y el popular Ruiz Gallardón, de los que fue amigo personal, manteniendo la independencia de la patronal sin menoscabo de la lealtad institucional.

En el plano personal era una persona extrovertida, pasional, divertida, cercana y, por encima de todo, generosa. Buen amigo de sus amigos. Descansa en Paz Fernando, los empresarios de Madrid siempre te recordaremos.