Los expertos cuestionan las inversiones del plan energético del Gobierno: «Se va a exportar muy barato a Francia»
Creen que es un error cerrar las nucleares cuando es una opción barata que no produce emisiones de carbono
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El Gobierno prevé invertir 15.400 millones hasta 2030 en materia energética

Los objetivos de descarbonización que el Gobierno plantea en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) no terminan de convencer a buena parte del sector energético, entre otros motivos, por los focos de actuación de las inversiones plasmadas en la ... hoja de ruta que el Consejo de Ministros ha aprobado este martes. Es una cuestión que distintos expertos han abordado durante el 'Campus FAES' 2024 organizado por la Fundación FAES. «Las superinversiones en renovables que plantea el Pniec se basan en dos conexiones inventadas con las que exportar energía muy barata a Francia para que combinada con la nuclear tenga una mezcla perfecta con la que competir», ha dicho este martes el economista del Estado y ex secretario de Estado de Energía, Nemesio Fernández-Cuesta, durante la mesa 'La transición energética en riesgo: retos urgentes', que ha sido moderada por Miguel Marín, CEO de Análisis Económico Integral.
Fernández-Cuesta ha subrayado que España está desperdiciando la ventaja competitiva respecto a otros países europeos que le otorga disponer de renovables autóctonas como la eólica y la fotovoltaica para producir energía barata -«un panorama que no se ha visto antes en España»- y que con el plan que será remitido hoy a Bruselas -con tres meses de retraso- también se va a producir un vertido energético porque no se contempla un aumento de la demanda eléctrica. «En el Pniec la demanda no sube y el problema de las renovables es que no son flexibles. Funcionan cuando funcionan. Entre verter y exportar a Francia se va a consumir toda esa energía», ha explicado el también ex director general de Repsol.
Además no será una transición de bajo coste. El director asociado de Nera Consulting, Jorge Sanz, calcula que pasar en 2030 a tener el 82% de electricidad generada a través de energía renovables costará 4.300 millones de euros al año, pero siempre y cuando se cuente con la interconexión con el pirineo y el proyecto H2Med para el transporte del hidrógeno verde. De lo contrario esa cifra podría ascender a 8.500 millones al año. «Esta es la ruina que hay detrás de unos objetivos fantásticos que no se van a cumplir», ha remarcado Sanz durante su intervención.
Sobre la hoja de ruta española, los expertos también discrepan de los plazos contemplados para el cierre de las centrales nucleares en España. Sanz cree que cumplir el calendario propuesto equivale a añadir más gas en el 'mix' energético y a subir los precios e incrementar la dependencia del exterior. «El debate no es construir nuevas centrales nucleares, es ampliar la vida de las que ya tenemos, porque aumentar su vida útil es muy barato», ha subrayado. Un argumento al que ha acompañado el presidente del 'think tank' ecológico Oikos, Luis Quiroga, quien ha destacado la ventaja que da producir un megavatio (MW) con las nucleares por la capacidad de carga base de la que puede disponer.
Fernández-Cuesta ha ido más allá y ha apuntado a que prescindir de la energía nuclear cuando se persigue un objetivo de descarbonización «no tiene sentido». «Si tienes una energía que te genera sin emisiones siete días a la semana, las 24 horas del día, y los 365 días del año, pues cerrarla siendo el problema las emisiones no tiene ningún sentido».
Desventajas con EE.UU. y China
Las críticas de los expertos durante el 'Campus FAES' 2024 también han escalado a nivel europeo por los objetivos climáticos que sigue marcando la Unión Europea para 2030. Para Fernández-Cuesta, la perspectiva del bloque «está mal planteada» y ha puesto el ejemplo de lo que ocurre con el hidrógeno verde. «La directiva europea de renovables habla de que el 42% del hidrógeno para usos industriales en la UE tiene que ser verde en 2030 -es entre tres y cinco veces más caro que el convencional-, lo que va a provocar que la industria de fertilizantes sufra un encarecimiento notable que se va a trasladar a todos los fertilizantes y a la industria agroalimentaria».
Una directiva que el economista ha puesto en contraste con la de EE.UU., que durante 10 años establece un crédito fiscal de 3 dólares por cada kg de hidrógeno verde producido y con la posición de China, quien produce el 50% de los electrolizadores que se fabrican en el mundo «con una energía que el 60% es representada por el carbón». «Estamos con una política que olvida de las restricciones técnicas y económicas que todo desarrollo industrial tiene y ese olvido o lo cambiamos o lo pagamos», ha remarcado.
Para Luis Quiroga el problema está en que se ha apostado por todas las tecnologías sin discriminar «y eso es un error porque ya se sabía que algunas tecnologías no podían reducir costes». «En gran medida el problema está que nos trasladan que la lucha contra el cambio climático genera PIB y eso es prácticamente imposible. No luchamos para incrementar el PIB, sino para salvar el planeta. Hay que priorizar aquellas inversiones en cambio climático en el que el coste de reducir una tonelada de CO2 sea el menor posible. Se necesita un Pniec con cabeza donde no se apueste por todo cantidades absolutamente absurdas, subvenciones por todas partes y que nos digan que el PIB va a crecer», ha expuesto Quiroga.
Sobre la ralentización de la transición verde europea propuesta a Bruselas en el informe Draghi presentado este mes, Sanz cree que la solución a largo plazo para la descarbonización es el cambio tecnológico. Por lo que en este momento aboga por dar «preferencia a las ayudas a la oferta para reducir costes antes de ponernos a invertir en tecnologías que son inmaduras».
Una tesis que ha apoyado Nemesio Fernández-Cuesta: «La única restricción debe ser limitar las emisiones con el menor coste posible. Y la tecnología es la que tendrá la última palabra. Lo que no se puede hacer es elegir desde el BOE cuál es la tecnología que vamos a implantar. Hace falta más mercado y más libertad para invertir», ha reclamado el también técnico comercial.
Vehículo eléctrico
Por último, los ponentes también han cuestionado el objetivo marcado por el Gobierno en el Pniec de llegar a los 5,5 millones de vehículos eléctricos en circulación en España para el año 2030. «Partiendo de que en 2023 el 'stock' de vehículos eléctricos era de apenas 500.000, del 2023 al 2027 las ventas tendrían que crecer un 80% cada año y en 2027 no podrían crecer más porque llegarían al millón de vehículos que se matriculan anualmente en España; luego del 2027 al 2030 todos tendrían que ser eléctricos para lograr el objetivo de los 5,5 millones», ha estimado Jorge Sanz.
Quiroga cree que además existen varias dificultades para el acceso de los usuarios al coche eléctrico porque «el enfoque de políticas de apoyo al vehículo eléctrico está mal hecho» y por el déficit de infraestructuras de carga y los problemas que tienen muchos ciudadanos para acceder a financiación privada.
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