El Estado vuelve a rescatar a Navantia con financiación récord de 450 millones
La deuda de la constructora naval con la SEPI supera ya los 1.800 millones de euros y el grupo suma 16 años consecutivos en pérdidas
El astillero de Navantia en Fene fabricará estructuras para eólica marina en el Báltico
Astillero de Navantia en Cartagena (Murcia)
Navantia asume más obligaciones con el Estado en otro año donde los números rojos han vuelto a protagonizar su cuenta de resultados. Su único propietario, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), le concedió 450 millones de euros de financiación en 2023, una cifra anual ... récord, con la que el holding dependiente de Hacienda busca reflotar a la naval para que pueda hacer frente a su cartera de pedidos, en máximos históricos con 8.214 millones de euros en encargos.
Pero la factura de Navantia con el Estado no deja de engordar. Son 1.814 millones de euros de deuda los que tiene contraídos con su sociedad dominante, cuando el año pasado la cantidad ascendía a 1.700 millones. En resumidas cuentas, un dinero que sirve para que los astilleros de titularidad pública no entren en causa de disolución, ya que se trata de un instrumento financiero que se contabiliza en el balance como patrimonio neto.
El ejercicio pasado, Navantia amortizó cuatro préstamos participativos con su único accionista por valor de 319 millones de euros, todos ellos contraídos durante 2018. Un cumplimiento que ha sido crucial para recibir los tres nuevos créditos, como así aseguran fuentes de Navantia. La SEPI empezó a utilizar esta fórmula con la compañía en el año 2015, un ejercicio donde las pérdidas se multiplicaron por seis hasta los 167 millones de euros. Desde entonces y hasta el año pasado, Navantia aseguraba tener amortizados unos 290 millones de euros en créditos firmados con el holding de Hacienda, a los que ahora se suman los anteriormente citados. Tal y como figura en sus cuentas, este año debería devolver otros 344,4 millones de euros.
Del resto de obligaciones financieras, el fabricante naval está teniendo que hacer frente a los intereses de la deuda. Tan solo el año pasado, el astillero público tuvo que desembolsar a la SEPI un total de 67,3 millones de euros, cinco veces más que los 13,85 millones de euros que tuvieron que abonar un año antes. Las incesantes subidas de tipos de interés que el Banco Central Europeo ejecutó durante todo el año pasado están detrás del incremento de esta factura.
Los préstamos participativos que Navantia recibe de la SEPI tienen vencimiento a cinco años y devengan a un tipo de interés fijo equivalente al Euríbor a 12 meses más un diferencial de 100 puntos básicos, además de un tipo de interés variable que se aplica al importe principal del préstamo. Si el resultado neto del ejercicio es positivo, este sería del 0,25%, aunque no se especifica el caso contrario, que es el que se ha ejecutado el año pasado.
El objetivo de estos préstamos es el de reforzar la capacidad financiera de Navantia, en un periodo en el que afronta cartera de pedidos récord, y mantener la capacidad industrial del grupo que es crucial para las ciudades de Cádiz, Ferrol (La Coruña) y Cartagena (Murcia), donde Navantia tiene instalados sus astilleros. Según la naval del Estado, la actividad económica generada por la compañía supuso el año pasado un 18% del PIB industrial en la provincia de Cádiz, un 15% en el caso de La Coruña y un 7,7% en la Región de Murcia. En total, son 5.000 empleos los que brinda en sus tres plantas.
Con todo, el año pasado fue el decimosexto consecutivo en el que Navantia cerró su ejercicio fiscal en pérdidas. Y además aumentándolas a 122 millones de euros, un 25% más que en 2022, cuando los números rojos fueron de 96,9 millones de euros. El impacto de la cartera de pedidos, que en 2023 aumentó un 11%, aún no se refleja en sus cuentas porque buena parte de los contratos aún no se han entregado y otros tantos no se han cobrado en su totalidad.
Principales contratos
A pesar del aumento de los números rojos, los ingresos de Navantia se vieron favorecidos con un alza del 7% hasta los 1.434 millones de euros. Es una facturación que responde al progreso en la ejecución de sus principales contratos: el programa S80 de submarinos y el de fragatas F110 para la Armada española, el de corbetas Avante 2200 para Arabia Saudí y el negocio de reparaciones de buques civiles y la prestación de servicios para clientes del ámbito de la defensa.
Por orden, la construcción naval fue la que más ingresos dejó en Navantia con 653,4 millones de euros, seguida del negocio de reparaciones con 310,5 millones de euros. Por su parte, la unidad de sistemas y servicios aportó 228 millones de euros y otros 145,2 millones procedieron de su filial de energías verdes dedicada a la construcción de elementos para eólica marina e hidrógeno verde.
El apartado de defensa es el que mayores proyecciones está brindando a Navantia. Un 94% del total de pedidos corresponden a esta categoría, con 7.689 millones de euros acumulados. La mayoría se vende fuera de España: el año pasado, el 65% de los encargos logrados correspondieron a clientes internacionales.