España toma la delantera en las redes inteligentes de telecomunicaciones
Las telecos del Viejo Continente, con las de nuestro país a la cabeza, lideran el uso de la IA y los datos en la gestión automatizada de estas infraestructuras, según Instituto de Investigación Capgemini
El 5G comienza a desplegar sus alas para extenderse hasta el último rincón de España
![Dos de cada tres telecos en España operan con un nivel de autonomía de red 2, el más alto de todos los países, junto con Suecia y Francia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/02/23/redesautonomas-R4IjDNJF3vUMeWED9YNYRII-1200x840@diario_abc.jpg)
El modelo operativo de las redes de telecomunicaciones está cambiando rápidamente de uno gestionado por operadores humanos a otro autónomo en el que el software, con la ayuda de los datos y la IA, hace que la red sea cada vez más inteligente, rápida ... y eficiente. Se trata de un cambio fundamental en la forma de diseñar, desarrollar y explotar las redes, un viaje transformador que las compañías ya han empezado y que tomará altura en los próximos años, según revela el último informe del Instituto de Investigación Capgemini al que ha tenido acceso ABC. En 2023, un 84% de las organizaciones a nivel global ya habían alcanzado el nivel 1 y 2 de autonomía, en una escala en la que el 5 es el máximo, mientras que seis de cada diez telecos aspiran a tener autonomía de nivel 3 o superior para 2028.
Como explica Luis Manuel Díaz de Terán, vicepresidente y director de la división de telecomunicaciones de Capgemini Engineering en España, una red autónoma es una red inteligente que puede reconfigurarse de manera que el servicio que se presta al cliente final sea siempre excelente, con una utilización de los recursos eficiente al máximo. En otras palabras, es una red inteligente que puede cambiar de manera totalmente automática entendiendo qué es lo que ocurre a su alrededor.
Las telecos europeas se sitúan a la cabeza de la revolución, ya que el 54% operan con el nivel 2 o 3 de autonomía, por delante de Asia (38%) y Norteamérica (37%). Dentro del continente, España puede sacar pecho: dos de cada tres telecos (67%) operan con un nivel de autonomía de red 2, el más alto de todos los países, junto con Suecia y Francia. Además, el 89% han empezado a explorar el potencial de la IA generativa, muy por encima de la media global (57%), y el 86% ya lo está implementando para el tratamiento de incidencias complejas frente al 79% de la media mundial.
Lo cierto es que se trata de infraestructuras con múltiples ventajas. Díaz de Terán asegura que permiten solucionar los problemas de falta de servicio antes de que ocurran, lo que se traduce en una disminución de los costes. El retorno de la inversión, en los escenarios más conservadores, es más del triple. También sirven para fortalecer los ingresos, gracias a las aplicaciones que tienen. «Una red autónoma puede percibir que estamos en un estadio de fútbol, acaba de marcar gol un equipo y las miles de personas que hay van a querer subir la jugada a las redes sociales a la vez. Es capaz de reconfigurarse y mover los recursos de la red para que esto ocurra sin que los usuarios vean perjudicada la calidad de esa acción que están intentando realizar», ejemplifica.
Asimismo, permiten que el consumo energético de las redes de telecomunicaciones caiga fuertemente: «Aplicar IA a las redes para que de manera inteligente y automática decidan cuánta cobertura debe haber en un determinado momento en función de la necesidad que predicen que existirá es fundamental para no gastar energía eléctrica en momentos en los cuales nadie va a estar conectándose a esa antena de telecomunicaciones o el número de usuarios va a ser muy pequeño».
Una de las tecnologías clave para que todo ese engranaje funcione es la IA Generativa, que como indica Díaz de Terán, saca el máximo partido a los ingentes datos que hay en las redes de telecomunicaciones sobre las incidencias pasadas para ayudar de una manera más potente a predecir los problemas antes de que ocurran. En configuraciones complejas, también sirven para, de manera desasistida, tomar la decisión sobre cómo configurar la red. Es decir, permiten ensayar y ver el resultado sin tener que ejecutarlo en la propia red física, de modo que son muy útiles en el procesado complejo de eventos.
Un universo de posibilidades que las telecos ya exploran y que marcará, sin duda, su futuro a corto y medio plazo.
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