Tres de cada cuatro empresarios hará ajustes antes de fin de año

Los directivos ven la situación actual como «mala o muy mala» y no esperan que mejore en el corto plazo. Sólo un 24% de los encuestados reconocen haber recurrido al despido como vía para reducir gastos

RUYMÁN J. JIMÉNEZ

España va mal. O, por lo menos, no tan bien como debería después de las duras medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero el pasado mes de mayo. Al menos esa es la percepción que tienen los empresarios, ya que si en el último trimestre de 2009, la mitad de los directivos españoles tenía pensado aplicar recortes en sus empresas, seis meses después esa cifra se ha elevado hasta el 71%, según se desprende de la segunda edición del informe «Perspectivas» elaborado por la consultora KPMG que publica en exclusiva ABC.

Las fuertes presiones que ha soportado la economía española en los últimos meses han devuelto la incertidumbre a la clase empresarial, que vuelve a preguntarse si el país tiene capacidad para salir de la crisis en un plazo razonable. El estudio muestra que si en el primer trimestre del año el 48% de los directivos españoles consultados consideraban que la situación económica del país era «mala o muy mala», tan sólo tres meses después, esa cifra se había disparado hasta un preocupante 87%.

La tormenta financiera que azotó los mercados internacionales y que tuvo a España en el punto de mira durante la pasada primavera parece haber minado la ya de por sí escasa confianza de los empresarios en una recuperación de la economía en el corto plazo, aunque un 37% espera que a mitad de 2011 la situación sea mejor que la actual y otro 38% que, al menos, no empeore.

A finales del pasado año, cuando la consultora elaboró su primer informe, la esperanza de los directivos, con unas perspectivas más halagüeñas, era ligeramente mayor. El 47% de los encuestados confiaban en una mejoría en 2010, mientras que el 33% opinaba que doce meses después la coyuntura económica no habría cambiado significativamente. Los resultados de esta segunda edición del informe de KPMG, realizado en dos oleadas —la primera, entre febrero y marzo y, la segunda, entre mayo y junio—, reflejan muy bien el deterioro que ha experimentado el entorno económico en los últimos meses.

Previsiones a la baja

Si, en líneas generales, los resultados en el primer trimestre de este año eran más positivos que los que arrojaba el informe anterior, los del segundo trimestre vuelven con fuerza a la senda del pesimismo.

Hilario Albarracín, socio responsable de asesoramiento de KPMG en España, lo atribuye a que «si bien las perspectivas económicas en el primer trimestre de 2010 eran positivas, en el segundo trimestre los malos datos en relación a la deuda española, unidos a la poca efectividad de las medidas adoptadas por el Gobierno hasta ese momento, han hecho que la valoración de nuestra economía empeorase».

Esta mala evolución ha obligado a muchos de los 454 directivos entrevistados a replantear las previsiones de sus empresas para 2010.

El objetivo es capear de la mejor manera posible la situación adversa y la forma de hacerlo es echar mano de las tijeras en lo que respecta al capítulo de los gastos. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, la mayor parte de las empresas recurrirá al recorte de costes, en lugar de a la disminución de plantilla. El año pasado, el 46% de las empresas consultadas optaron por esta última vía, mientras que un 43% aseguraba que la emplearía en 2010.

En cambio, en el segundo trimestre de este año solo un 24% de los encuestados —que ostentan cargos de directores financieros, legales, generales y consejeros delegados— reconocen haber recurrido al despido como vía para reducir gastos, postura que encaja con la desaceleración de la destrucción de empleo registrada en los últimos meses.

Para no despedir empleados, el 43% asegura que ha recurrido o recurrirá al recorte de costes operativos, mientras que un 11% opta por ajustar gastos a través de la refinanciación de deuda.

Idéntico porcentaje escoge la desinversión, mientras que sólo un 9% ajusta su capacidad productiva. Por sectores, mientras que

sólo un 51% de las empresas químicas y farmacéuticas o el 64% del sector público han realizado ajustes, en el caso de las infraestructuras y la construcción este porcentaje se eleva al 92% y al 93%, respectivamente.

A pesar de que los ejecutivos no confían demasiado en una recuperación a corto plazo, sí esperan salvar sus ventas durante lo que queda de año. Sólo un 34% de los encuestados esperan que su facturación descienda, frente al 38% que confía en un aumento. El 28% restante se conforma con que sus ventas se mantengan en los niveles de 2009. El informe, que analiza la percepción de directivos de empresas de 16 sectores diferentes, refleja también la creciente preocupación de quienes desarrollan su labor en los más afectados por la crisis. El mejor ejemplo de esta evolución se encuentra en el sector financiero.

La banca, peor

Mientras que sólo el 65% de los directivos de banca encuestados entre febrero y marzo consideraban que la situación de su sector era «mala o muy mala», tres meses después esta cifra se había elevado hasta el 90%, periodo que coincide con la desconfianza de los mercados extranjeros en la solvencia de la economía española y el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros.

Sin embargo, los directivos más pesimistas, según esta encuesta, son los pertenecientes a empresas de infraestructuras y transportes, áreas en las que la totalidad de los encuestados ve la situación de forma negativa. En el caso del sector inmobiliario, en cambio, la percepción mejora ligeramente, al descender del 100% a un 89% el porcentaje de directivos que se muestran pesimistas.

En el lado opuesto, solo el 14% de los directivos del sector consumo y el 15% del dedicado a los servicios perciben de forma negativa la situación de sus negocios, frente al 79% y 87% que lo hacía en el primer trimestre del año. Este espectacular brote de optimismo podría estar originado por la subida del IVA, en vigor

desde el pasado 1 de julio, que adelantó muchas compras previstas para el verano. De ser así, a partir del próximo mes de septiembre asistiremos a un nuevo repunte del pesimismo, máxime cuando el 46% de los encuestados consideran que sus clientes son «muy sensibles» a las variaciones de los precios.

Lo que queda claro es que, en un escenario de incertidumbre económica, los empresarios, llamados a liderar la salida de la crisis, quieren creer que ésta se encuentra cerca. Lo malo es que no ven señal alguna que lo indique y, muchos, ya ni la esperan.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios