El embargo de petróleo le costará a Rusia unos 140.000 millones al año
El PIB se contraerá un 9,5% en 2022 por las sanciones internacionales y el paro subirá en 3,8 millones de personas
Los ciudadanos rusos han retirado de los depósitos bancarios en el primer semestre 21.600 millones de dólares
![Numerosos ciudadanos hacen cola para sacar dinero de un cajero en Moscú](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2022/08/20/colass-R1f2BfcfLKdSEq9Ag4tQHYO-1240x768@abc.jpg)
Las consecuencias de las sanciones económicas aprobadas por la UE, Estados Unidos y otros países aliados contra Rusia por su invasión a Ucrania está teniendo unos efectos muy duros en su economía. A pesar de que Vladímir Putin ha impuesto un rígido silencio en ... todas las instituciones del país para ocultar ese impacto, expertos y académicos del Instituto de la Escuela de Economía de Kiev revelan, con datos del FMI, del Banco Mundial, de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y del Banco Central de Rusia, los verdaderos efectos de las medidas adoptadas.
El informe, al que ha tenido acceso este periódico, «sugiere que el año que viene Rusia experimentará una caída de los ingresos de más del 40%: de unos 330.000 millones de dólares o euros en 2022 a 190.000 millones en 2023», es decir, 140.000 millones menos.
«Una vez que los ingresos procedentes del petróleo y del gas caigan por debajo de un nivel crítico, que parece ser de unos 150.000 millones de dólares anuales, el equilibrio exterior requerirá el uso extensivo de las reservas internacionales y/o un ajuste importante del tipo de cambio del rublo», añade el informe.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso a primeros de mayo ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo un embargo progresivo al petróleo ruso hasta finales de año como parte del sexto paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. Hungría y Eslovaquia están exentos.
Rusia es el tercer mayor productor de petróleo del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y de Arabia Saudí. De unos cinco millones de barriles de petróleo crudo que exporta cada día, más de la mitad están destinados a Europa. Por su parte, EE. UU. es menos dependiente, con alrededor del 3 % de su petróleo importado procedente de Rusia en 2020.
Según el último informe de BP Statistical Review of World Energy, Rusia vendió a Europa 138,2 millones de toneladas de petróleo en 2020, el 53,15% del total de sus exportaciones. Su segundo mayor cliente fue China, con 83,4 millones de toneladas (32%). A gran distancia están Japón (5,1 millones de toneladas), EE.UU. (3,7 millones) y la India (2,6 millones).
España cortó el grifo en mayo
Las petroleras españolas dejaron de comprar crudo ruso en mayo. En el primer cuatrimestre del año llegaron 698.000 toneladas, un 49% menos que en el mismo periodo de 2021. Y lejos de las casi 13 millones de toneladas importadas en 2007.
En el caso del gas natural, las empresas gasistas, sobre todo Naturgy, sigue importando esta materia prima desde Rusia. En los siete primeros meses del año recibimos vía marítima desde aquel país el 10,7% del total de la demanda nacional. Esta estadística sigue estando liderada por Estados Unidos, con el 32,9%, seguido por Argelia (24,5%) y por Nigeria (14,2%).
El Banco Central de Rusia informó de que el precio medio de venta del petróleo ruso en el segundo trimestre fue ligeramente inferior a 80 dólares el barril, cuando el precio medio era de 113 dólares, lo que confirma el descuento del crudo ruso en torno a los 35 dólares. Esto implica una pérdida en el segundo trimestre de alrededor de 20.000 millones de dólares en ingresos petroleros debido a las sanciones.
Casi 4 millones de parados más
En cuanto al mercado laboral, el FMI (Fondo Monetario Internacional) prevé que el desempleo en la Federación Rusa alcance este año el 9,3%, lo que equivaldría a unos 3,8 millones de parados más. Los sectores más afectados por la pérdida de puestos de trabajo serían, según el Instituto de Economía de Kiev, transporte y logística, automoción, comercio mayorista y electrónico, industria maderera y productos de madera».
En este punto cabe destacar que el Estado ha admitido una «fuga de cerebros» en el sector de las tecnologías de la información. El Ministerio del Interior afirmó que, debido a la emigración, la industria informática de la Federación Rusa carece de unos 170.000 trabajadores.
En paralelo a esta situación se está produciendo un desplome de los salarios. «En mayo cayeron un 6,1% en términos interanuales y en abril bajaron el 7,2%, el dato más alto desde abril de 2020. Además, la caída registrada en los ingresos reales fue la máxima de los últimos siete años. Los rusos se empobrecieron más solo en 2015, tras la anexión de Crimea y las primeras sanciones occidentales y la caída del precio del petróleo, que desencadenó un colapso del rublo y un aumento de la inflación».
Retiran 21.600 millones de las cuentas bancarias
Durante el primer semestre de este año, los titulares de cuentas bancarias, presas del pánico por las consecuencias de la guerra en Ucrania, retiraron 21.600 millones de dólares, según datos del Banco Central ruso recogidos en el mencionado informe. El 'stock' de depósitos de personas jurídicas estuvo creciendo hasta el 22 de marzo, casi un mes después del inicio de la invasión. La actividad crediticia también muestra un comportamiento similar.
Estos datos se han conocido a pesar de que el sector bancario ruso es cada vez menos transparente. «El 22 de abril, los bancos fueron autorizados a no publicar los estados financieros intermedios y anuales hasta el 22 de septiembre. Además, el Banco Central no publicará los informes de los bancos hasta el 1 de octubre. Asimismo, Putin firmó el 1 de mayo una ley que prohíbe a los bancos compartir el secreto bancario con países 'no amigos'».
Incluso, el presidente ruso promulgó otra ley el 14 de julio que permite ocultar información sobre el valor y la estructura de las reservas internacionales (estos datos se clasificarán como secreto de Estado). Además, «el documento permite la reorganización de los bancos sujetos a sanciones. Su objetivo es formar una nueva entidad legal con los activos congelados como resultado de las sanciones. Lo que significa que las autoridades de la Federación Rusa tienen miedo de que se congelen más reservas y activos y están tratando de proteger de alguna manera las reservas restantes», según el Instituto de la Escuela de Economía de Kiev.
Caída histórica de las reservas monetarias
En los cinco primeros meses de guerra, las reservas internacionales de la Federación Rusa cayeron desde el nivel histórico de 643.200 millones de dólares hasta 572.100 millones (un 11% menos). «Algo más de la mitad de las reservas del Banco Central de Rusia (unos 300.000 millones de dólares) están congeladas por los aliados de Ucrania y no se puede recurrir a ellas para mitigar los efectos de las sanciones».
Por otra parte, las previsiones de crecimiento del PIB ruso en 2022 reflejan una caída media del 9,5%. En el segundo trimestre del año, el descenso interanual ha sido del 4,9%, según Rosstat, la agencia estadística oficial.
Para el S&P Global Market Intelligence, la recuperación económica de Rusia hasta el nivel de 2021 tardará diez años, indica el informe. El mayor banco ruso, el Sberbank, también ha admitido que pueden tardar diez años en restaurar el PIB al nivel de 2021.
Estudios del FMI y del Banco Mundial estiman que la economía rusa seguirá cayendo en 2023 y que solo empezará a recuperarse a partir de 2024.
«La actividad inversora continuó disminuyendo a un ritmo acelerado en mayo, según el Centro Ruso de Análisis Macroeconómico, y las exportaciones (principalmente de energía) comenzaron a desplazarse de los mercados occidentales a la India, China, Turquía y otros países asiáticos que observaron un crecimiento considerable de los suministros rusos».
En el primer semestre de este año, el Presupuesto de la Federación Rusa se ejecutó con un superávit de 23.500 millones de dólares, según el Ministerio de Finanzas. Sin embargo, casi la totalidad de este superávit se acumuló en el primer trimestre. En el segundo, los ingresos fueron casi iguales a los gastos.
Entre abril y junio, los ingresos por petróleo y gas aumentaron un 58% en tasa interanual debido a los elevados precios de la energía y alcanzaron los 56.500 millones de dólares. «Los ingresos no relacionados con el petróleo y el gas son notablemente inferiores a las expectativas y cayeron un 9% interanual. Como resultado, la dependencia de los ingresos por la venta de hidrocarburos ha aumentado de nuevo, alcanzando el 50% de todos los ingresos en comparación con el 32% en el periodo 2020-2021».
Ajustes presupuestarios
El Ministerio de Finanzas «propuso retirar más de 8.200 millones de dólares de gastos presupuestarios de programas estatales en 2023. Está previsto que estos gastos se recorten en una cantidad similar también en 2024 y en 2025. En total, se propuso renunciar a 26.100 millones de dólares de gastos en programas estatales entre el próximo trienio».
El Ministerio de Finanzas ruso decidió hace dos meses elevar la retención de impuestos al grupo energético estatal Gazprom por los elevados beneficios que obtiene por las ventas de gas y crudo. Semanas después, el 14 de julio, Putin firmó una ley que obligó a Gazprom a transferir al Presupuesto estatal 1,248 billones de rublos (22.500 millones de euros) adicionales en forma de retenciones. Esta cantidad coincide con el importe de los dividendos que la empresa se negó a pagar a los accionistas sobre el ejercicio de 2021.
Famil Sadígov, vicepresidente del consejo de administración de Gazprom, la compañía que suministra el gas a Europa, había anunciado a finales de junio en un comunicado que «los accionistas (el Estado) han decidido que en la situación actual no es aconsejable pagar los dividendos». Esta decisión hizo que las acciones del grupo se desplomaran hasta en un 32,8% en la Bolsa de Moscú.
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Según Sadígov, «las prioridades de Gazprom en este momento son la implementación del programa de inversiones, que incluye la gasificación de las regiones de la Federación Rusa, la preparación para el próximo invierno y, por supuesto, debemos estar listos para cumplir con la obligación de pagar impuestos más altos».
El Estado ruso controla más del 50% del capital del gigante energético Gazprom. Directamente, el 38,37% y, a través de las empresas estatales Rosneftegaz y Rosgazifikatsia, el 10,97%, y el 0,89%, respectivamente.
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