Educación, sanidad, comercio, hostelería... la falta de empleos sin cubrir crece un 44%

El estudio recuerda que más de 148.000 puestos de trabajo quedaron vacantes en 2023, un récord histórico para España, que supone un crecimiento del 44% respecto a 2019 y multiplica por 2,3 veces el dato de 2013. Y aunque el problema es menos grave que en la mayoría de países europeos, supone, según el trabajo, «un cambio inesperado para muchas empresas» que se intensificará en el futuro por la reducción del desempleo, el menor tamaño de las cohortes de jóvenes, la jubilación de la generación del 'baby boom', la fuga de talento al exterior y los desajustes formativos. Un cúmulo de derivadas que implican un coste económico para las empresas afectadas, para la economía y para la sociedad en su conjunto.

La suma de estas circunstancias provocó que en 2023 los empleos que no se pudieron cubrir restaron 8.150 millones al crecimiento económico, una cifra que no incluye el impacto de las vacantes en algunos sectores como la agricultura y pesca, el sector inmobiliario y el energético y que aumentaría hasta los 25.000 millones en un escenario de futuro con un acercamiento al patrón europeo de vacantes, más elevadas que en nuestro país.

Los problemas para encontrar trabajadores, aunque revisten diferente intensidad según la ocupación, el sector o la región de que se trate, afectan tanto al sector público como al privado. La Administración sería la más afectada por las vacantes sin cubrir (36,6% del total) y educación y sanidad están en el epicentro. Y dentro del sector privado estarían prácticamente todas las actividades, algunas que requieren trabajadores relativamente más cualificados, como las actividades profesionales, científicas y técnicas (8,1% del total), y otros más tradicionales, como el comercio (10,9%) y la hostelería (3,8%).

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El estudio resalta que las demandas de empleo registradas en el SEPE muestran que de las 15 ocupaciones más solicitadas en 2023 (que suponen casi la mitad del total de solicitudes), ocho corresponden a ocupaciones elementales, cuatro a trabajadores de los servicios de restauración, personales y vendedores, dos a empleados administrativos comunes y uno a trabajadores cualificados del sector agrícola. «En suma, la mayor parte de los parados -dicen- responden a perfiles de baja cualificación, por lo que las empresas tienen más dificultades para cubrir los empleos más cualificados». Lo que no significa, explican, que no se produzcan con frecuencia complicaciones para cubrir también los puestos de menor formación.

Según el informe de la Fundación BBVA y el Ivie la solución al creciente problema de las vacantes en España y el objetivo de moderar sus efectos negativos pasa por diferentes vías: el aumento de la tasa de actividad, el incentivo a la prolongación de la vida laboral, la potenciación de políticas activas de empleo que primen la cualificación y activación más que el subsidio a los parados, la mejora de la formación, la atracción de talento foráneo o la retención del nacional. «El sector público y el sistema educativo -afirman- tienen un papel importante en esta tarea, pero también las empresas tendrán que replantearse sus estrategias de reclutamiento y de formación interna y reconfigurar el conjunto de características, salariales y no salariales, de los puestos de trabajo que ofrecen para aumentar su atractivo y atraer más y mejores candidatos».

Recuerdan que a pesar de las señales de alarma, el problema de las vacantes sin cubrir es menos frecuente en España que en otros países aunque puntualizan que su magnitud es un fenómeno nuevo en el caso español, caracterizado desde hace décadas por niveles muy elevados de paro, a diferencia de otros países más acostumbrados a situaciones próximas al pleno empleo y que cuentan con potentes políticas activas de empleo y sistemas de formación e inserción laboral contrastados, como es el caso de los países escandinavos y centroeuropeos. Y concluyen que «en la medida que el empleo continúe creciendo y la tasa de paro convergiendo a niveles como los normales en otros países, el problema de las vacantes continuará incrementándose en España, algo a lo que el tejido productivo y empresarial nacional no está tan acostumbrado y para lo que estará menos preparado que otros países«.