Destripando el euríbor, el índice que desvela a millones de españoles
Su historia está plagada de puntos negros: varios bancos lo manipularon hace años y en la crisis financiera no se podía calcular de forma real
El euríbor se desboca: ¿es buen momento para amortizar y quitarme parte de la hipoteca?
Contratar una hipoteca cuesta ahora nueve veces más que hace un año
Han corrido ríos de tinta sobre el euríbor estos meses. Que si ha provocado un aumento de la cuota media mensual de 250 euros, que si tal como está conviene pasarse a tipo fijo… Sin embargo, ¿sabe realmente de dónde surge, ... cómo funciona y cómo ha cambiado? En ABC destripamos el índice que condiciona la vida de millones de consumidores.
El euríbor es un tipo de interés de referencia del mercado monetario europeo que representa el interés al que los bancos se prestan dinero en euros entre sí. Existen varios plazos de vencimiento para esos contratos de préstamo: a una semana, un mes, tres meses, seis meses y doce meses. El más utilizado en los créditos para adquisición de vivienda es este último.
Para encontrar la primera referencia en Europa al euríbor hay que remontarse al 30 de diciembre de 1998, unos días antes de la introducción del euro. Ese día se inició su publicación y sustituyó a otros índices que se utilizaban para las hipotecas como el interés de la deuda pública o el míbor, como señala José Manuel Amor, socio director de Afi. Desde entonces los contratos hipotecarios se han referenciado tradicionalmente al euríbor, pero no solo estos.
Este índice está considerado como crucial en la Unión Europea y se utiliza como referencia en instrumentos financieros, contratos financieros o para medir la rentabilidad de fondos de inversión con un valor total de al menos 500.000 millones euros. Se usa para muchos contratos más allá de las hipotecas y se estima, oficialmente, que se emplea en transacciones en el Viejo Continente por valor de más de 180 billones de euros, de los cuales 'solo' un billón de euros son créditos hipotecarios.
Se publica diariamente en torno a las 11:00 horas y su determinación es bastante particular. Por su relevancia cabría pensar que lo calcula y transmite una institución pública. Sin embargo, es todo lo contrario. Es un índice producido por el sector privado, concretamente por la European Money Markets Institute (EMMI), que es una asociación internacional con sede en Bruselas creada por la banca de los Estados miembros de la UE.
Se utiliza para contratos y operaciones por valor de esta cantidad, mucho más allá de las hipotecas
La EMMI actúa como administrador del índice y está sujeto a la supervisión de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés), dentro de la cual está el supervisor bursátil español, la CNMV. El cálculo del euríbor está extremadamente reglado para intentar evitar fraudes y manipulaciones, como indican fuentes financieras, aunque eso es ahora, ya que la historia del índice está plagada de puntos negros.
El euríbor se calcula a partir de las contribuciones de un panel de bancos que participan en los mercados monetarios. Ese panel de bancos está compuesto, actualmente, por 19 entidades, de las cuales cuatro son españolas (Banco Santander, BBVA, Caixabank y Cecabnak). En suma, son los mayores bancos con operativa en Europa, como pueden ser Deutsche Bank, Barclays, UniCredit, HSBC y BNP Paribas, los que reportan diariamente sus operaciones.
Método de cálculo
La manera de calcular el euríbor radica en transacciones reales entre bancos para prestarse dinero entre sí a un determinado plazo. El administrador recopila los datos que indican los miembros del panel de entidades y se elabora una media de a qué tipo de interés se están prestando dinero. La información que se recopila es la relativa a operaciones reales que se han llevado a cabo, pero puede ocurrir que en un determinado día no haya suficientes transacciones para calcular el dato.
Cuando eso ocurre y no se puede garantizar la robustez y representatividad del euríbor, su metodología de cálculo habla de un segundo y un tercer nivel de cifras que se utilizan. Se prevé el uso de transacciones a otros plazos no estandarizados o de días anteriores, por ejemplo. Aun así, si todo eso falla, siempre está previsto un índice de sustitución que sirva de referencia. El objetivo es que todos los días pueda generarse el dato de euríbor a todos los plazos, y que sea ajustado a la realidad.
Porque lo que ocurrió en el pasado forzó una reforma integral de los índices de referencia a nivel mundial. Hace años el euríbor se configuraba también por el interés al que se prestaban los bancos, pero podía ocurrir que se manipulara, como finalmente ocurrió, ya que se basaba en expectativas o intenciones, y no en operaciones reales. Antes de la crisis financiera, y también durante, se produjeron momentos en que lo que transmitían los bancos eran cotizaciones, es decir, a qué interés estarían dispuestos a prestarse con otra entidad. No había una transacción real detrás.
Particularidades del euríbor
Es un índice crítico en Europa y lo calcula una entidad privada
Eso provocó que una serie de bancos aprovecharan la metodología para confabularse entre ellos y manipular los índices, como el euríbor o el líbor. Aportaban datos falsos para manipular algunos índices financieros y aquello deparó en una multa histórica de 1.700 millones a seis bancos internacionales en 2013, entre ellos gigantes como JP Morgan, Citigroup o Deutsche Bank.
En ese caso, que no fue único en el sector financiero, acordaban la información que tenían que transmitir para configurar los índices y beneficiarse económicamente de ello frente a sus competidores, y en detrimento de los consumidores. Asimismo, los problemas continuaron durante la crisis financiera.
En 2010-2012, tras la quiebra de varios bancos y la delicada situación de algunos Estados miembros de la UE, entre ellos España, la desconfianza del sector financiero era total. No había transacciones para calcular los índices y todo se configuraba con expectativas de a cuánto estaba cada cual dispuesto a prestar. Con esa metodología el euríbor se convirtió en totalmente manipulable, como se demostró. «No había casi operaciones, los bancos no se prestaban unos a otros. Y los índices perdieron su representatividad, más las polémicas de amaño», recuerda Amor, de Afi.
La reforma del euríbor
Esto forzó una reforma integral de su gobernanza y metodología, impulsada por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), a petición del G-20, para que se blindara el euríbor ante fraudes y para que su cálculo fuera real y transparente. Fue en 2014 cuando esa institución recomendó el nuevo sistema de cálculo, y así ha permanecido los últimos años, con alguna revisión de metodología, pero sin manipulaciones. Fuentes financieras indican que para falsearlo ahora habría que realizar transacciones, es decir, habría que gastarse dinero para hacerlo; grandes cantidades de dinero.
La gran prueba de fuego del nuevo euríbor, como ha señalado Amor en un artículo reciente en Funcas, estuvo en 2020. Se volvieron a vivir situaciones de estrés financiero, con cortes de liquidez, mucha volatilidad… y el índice respondió conforme a lo esperado. En febrero, marzo y abril de ese año se produjeron aumentos de volatilidad, retrasos en la información de las entidades del panel de bancos, caída en el volumen de transacciones y se necesitó acudir al detalle más hondo de la metodología (nivel 3) para poder calcular el euríbor. Salió bien, como recuerda este experto en el documento, en referencia a las actas de EMMI, el administrador.
Más allá de ello, el uso del euríbor para las hipotecas no es algo generalizado en Europa. Las fuentes consultadas destacan que solo se utiliza de manera masiva en España, Italia, Portugal y Finlandia, aunque cada vez menos en algunos de estos países; nuestro territorio es donde tiene mayor aceptación. Y se escoge el plazo a 12 meses porque no tiene tanta volatilidad como otros. En el resto de Estados miembros prefieren el tipo fijo para sus préstamos para vivienda.
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En España, el euríbor, así, tiene una importancia sistémica. Eso se comprueba solo con ir a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre 2009 y 2022, toda la serie histórica que existe, se han firmado 1,28 millones de hipotecas para vivienda a tipo fijo; a tipo variable el dato se triplica, hasta los 3,76 millones de créditos. Esto provoca que, según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), el 71% del total de préstamos para vivienda existentes ahora en España sean a tipo variable, de los cuales casi todos utilizan el euríbor. Y lo seguirán utilizando ya que el resto de índices son residuales para las hipotecas.