¡Cuidado con las cenas de empresa! Las peleas con otros compañeros pueden ser motivo de despido
Acudir al trabajo borracho o no presentarse por la resaca puede suponer también una falta grave y , si se repite la conducta, un motivo para finalizar la relación laboral
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Las cenas de empresa típicas de esta época del año pueden incentivar el hermanamiento y el buen ambiente dentro del ámbito laboral, aunque también pueden suponer un arma de doble filo. Especialmente si nos extralimitamos en nuestro comportamiento. En concreto, desde Legálitas, han advertido que el problema puede surgir si aparecen conflictos entre trabajadores o peleas. «No se deben realizar comentarios desafortunados sobre un compañero o un superior ni hacer bromas a su costa, por ejemplo, sobre su aspecto físico o su forma de hablar», han apuntado desde este despacho de abogados. Esto puede derivar en un fulminante despido.
Sin embargo, esto dependerá de las circunstancias y la gravedad de las agresiones verbales o físicas. Para que un empleado sea despedido, han matizado desde Legálitas, hace falta que haya precedentes «o que los comportamientos del empleado se consideren graves o muy graves».
Si he bebido algunas copas de más
Las cenas de empresa son un terreno abonado a posibles excesos con el alcohol. Para que fuera despido, apuntan desde Legálitas, esta situación debería repetirse varias veces «y suponer un impedimento a sus tareas y funciones laborales». Si la reacción a una situación de embriaguez o similar ('He bebido alguna copa de más) puede considerarse la interrupción de la relación laboral «una sanción desproporcionada y, el despido, improcedente».
No acudí al puesto de trabajo por la resaca
¡Mal asunto! El artículo 58 del Estatuto de los Trabajadores regula el número de ausencias, consideradas faltas leves, graves o muy graves y que pueden ser sancionables con multas, suspensiones de empleo y sueldo o el despido disciplinario, si se acumulan determinadas faltas. Esto esta recogido en todos los convenios colectivos.
Y si acudo al trabajo borracho o ebrio tras la cena
Desde Legálitas han explicado que llegar al trabajo al día siguiente ebrio es un acto sancionable y considerada «una falta muy grave si este estado de embriaguez es habitual y repercute negativamente al trabajo».
Por otro lado, ha apuntado que si se acude ebrio a trabajar al día siguiente, obviamente, esta actitud es recriminable y sancionable, y considerada una falta muy grave si este estado de embriaguez es habitual y repercute negativamente al trabajo.
Ahora bien, según una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) aunque se huela a alcohol, sino hay pruebas de que estamos ebrios, la apariencia no puede ser suficiente motivo para el despido.
Intimar o enrollarse con un alto cargo de la compañía
En este caso estamos ante un caso que pertenece a la intimidad de las personas implicadas, sin embargo, hay dos supuestos que sí pueden obligar a la intervención de la compañía: Si esta situación se contempla dentro de las políticas internas para trabajadores que desempeñen su labor en le mismo centro de trabajo. Esto puede suponer un traslado o cese. Otro caso es si se produce una relación de dependencia jerárquica entre ambas personas . Esto puede ser origen de un conflicto de intereses que tensione la relación laboral y repercuta en los compañeros
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