El campo cierra un año marcado por la sequía y la baja rentabilidad de agricultores y ganaderos
Las asociaciones COAG y Asaja lamentan el «infierno burocrático» de la PAC que ha dificultado el acceso a las ayudas
La siniestralidad se elevó al 61% derivando en pérdidas valoradas en los 1.300 millones de euros según Agroseguro
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![Animales en el pantano de Sau, a 20 de noviembre de 2023, en Vilanova de Sau, Barcelona,](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/01/04/sequia-ROvam9nRIcTv7ErhjiDMKMM-1200x840@abc.jpg)
Comienza un nuevo año y 2023 deja atrás una temporada «desastrosa» en el campo. Así han calificado las principales asociaciones agrarias de nuestro país -UPA, COAG y Asaja- el cierre de un año marcado por la sequía, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una «nefasta» ... cosecha del cereal y, en consecuencia, una baja rentabilidad para los agricultores y ganaderos.
Tal y como ha informado la Asaja Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) a este periódico, el balance de 2023 ha sido «lamentable». En primer lugar, las asociaciones coinciden en que los eventos meteorológicos han hecho mella en el campo. La sequía y la proliferación de otros eventos extremos como las heladas han elevado la siniestralidad al 61% y las pérdidas a los 1.300 millones de euros según los últimos datos publicados por Agroseguro, lo que ha marcado el peor año de la historia en pago de indemnizaciones.
«La rentabilidad de los productores agrícolas, y no digamos de los ganaderos, está cada vez más en entredicho y la preocupación e indefensión que sentimos, para afrontar un nuevo año, es máxima», lamentan desde Asaja.
En concreto, en el balance de las producciones la asociación destaca el caso del cereal por «una bajada histórica de la producción acompañada de ruinosas cotizaciones de precios y una carestía que ha dejado a los ganaderos en una situación límite». Además destaca la mala situación productiva de sectores como el vino -con una de las cosechas más bajas en los diez últimos años- y el aceite de oliva. El valor de la producción de los cereales ha caído un 50%, mientras que el del aceite de oliva lo hizo en un 29% y del vino en un 20%.
En este sentido, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) destacan también «la especial gravedad» del cultivo del cereal por encima de cualquier otro. Los daños en las tierras de secano de estos cultivos han derivado en pérdidas de entre un 60 y 80%.
La renta agraria, por su parte, ha apuntado un aumento del 11%, lo que, según UPA, «pone en evidencia la enorme diversidad de la agricultura española». Desde la organización resumen que si se analiza el dato, se puede observar que se debe al mejor comportamiento del sector de las frutas y hortalizas, el porcino, y la producción de leche, que aportaron de forma conjunta más de 41.000 millones (de un total de 65.000), es decir un 63%.
A esto, COAG agrega que, a pesar del aumento en renta agraria «si abrimos el foco y observamos la evolución en términos reales desde 2003, se puede concluir que, en 20 años, el sector ha perdido un 15% de la Renta Agraria en términos reales».
El «infierno burocrático» de la PAC
Tanto Asaja como COAG lamentan que la aplicación normativa del Plan Estratégico de la nueva PAC ha complicado la situación. Asaja por su parte critica que los retrasos en la publicación de la normativa, la burocracia, y las nuevas exigencias y requisitos medioambientales han dificultado el acceso a las ayudas y se confirman los recortes en los pagos respecto a 2022. En este último capítulo, un 25% de los agricultores no ha querido o no ha podido acogerse a ellos.
«Desde el punto de vista del agricultor y ganadero, se incrementa de una forma desmesurada la complejidad regulatoria y las exigencias aplicables a la actividad agraria, constituyendo por sí mismas un impedimento, además de un coste adicional. A esto se une la continua generación de normativa ambiental que incide directamente en la actividad agraria», agregan desde COAG. Argumentan que esta nueva normativa ya afecta de forma importante y preocupante a la gestión de las explotaciones y las prácticas agrarias. «Existe el riesgo de alcanzar un colapso administrativo en el campo si la gestión se sigue complicando, de consecuencias imprevisibles para el tejido productivo y la propia producción agraria. Asimismo, se está generando un importante problema de inseguridad jurídica provocada por la complejidad regulatoria», aseguran.
«El Plan Estratégico de la PAC que ha preparado el Ministerio de Agricultura ha resultado decepcionante. España ha desaprovechado el amplio margen de actuación que tiene para respaldar el modelo profesional y social agrario, mayoritario en nuestro país», concluye COAG.
Balance negativo en la ganadería
Desde Asaja también destacan el papel de los ganaderos, cuyo sector sale «tremendamente tocado» de 2023: «Los altos costes de producción, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), la viruela ovina y las normativas medioambientales y de bienestar animal han dejado un balance muy negativo en el conjunto de las producciones ganaderas», concretan.
Y añaden que, a pesar de los altos precios de venta, «muchos ganaderos siguen sin tener la rentabilidad deseada debido al aumento en costes de producción», que, si bien se han moderado, no recuperan los niveles de antes de la guerra.
Desde COAG, sin embargo, recuerdan que ha habido un aumento en la renta agraria de este sector del 13,4% debido al aumento de precios del 16,3%, pese a un menor volumen de producción.
Menos empleos en el sector primario
Los datos de empleo en el sector tampoco fueron positivos. En específico, según señala COAG, hubo un retroceso en el número de empleos, con un 5,5% menos en 2023 frente a 2022. Desde la organización apuntan a los daños climáticos, que «han derivado en una menor necesidad de mano de obra».
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