La inversión directa extranjera cayó 40.000 millones en 2009
La mala perspectiva económica de España y la falta de financiación empresarial explican el descenso
La falta de confianza en el futuro de España no sólo ha quedado patente en el bloqueo internacional que están sufriendo las Administraciones Públicas, la banca y las empresas a la hora de conseguir financiación en los mercados de capitales. También ha parado en seco la inversión exterior en nuestro país, una de las variables locomotora de la economía.
Según los datos del último Boletín Estadístico del Banco de España, la inversión directa extranjera —aquella que se realiza a largo plazo y no con fines meramente especulativos— cayó un 62% durante 2009 con respecto al año anterior. Es decir, en nuestro país se invirtieron casi 40.000 millones de euros menos en doce meses. En el primer trimestre de 2010, sin embargo, fueron las inversiones de tipo financiero las que salieron de nuestro país, y registran un saldo negativo de más de 12.000 millones de euros.
Según los economistas consultados por ABC, para comprender esta caída hay que tener en cuenta dos variables, que explicarían la menor inversión en todo el mundo a causa de la crisis económica, y una tercera, más específica de España. La primera es la falta de financiación que están sufriendo las empresas y que afecta tanto por el encarecimiento y escasez de los créditos, como por la dificultad para generar beneficios que más tarde puedan ser reinvertidos. La segunda se refiere al empeoramiento de las perspectivas económicas, que han oscurecido especialmente el horizonte de la periferia europea en el último año.
El tercer factor que explica la huída de los inversores internacionales específicamente de nuestro país, según coinciden los expertos consultados por este periódico, es el riesgo. Las empresas extranjeras consideran más arriesgado invertir en nuestro país y las perspectivas de crecimiento económico no consiguen compensarlo, por lo que orientan su inversión hacia otros destinos que consideran más seguros. Y es que en un momento en que las empresas analizan con lupa dónde invierten su dinero, puede salir muy caro transmitir inseguridad.
Y es que, aunque la crisis económica ha dejado la inversión bajo cero, lo cierto es que la salida de capitales no ha sido simétrica. El desplome de más del 60% de España hace llevadera la caída del 38,7% registrada a nivel mundial, el 41,2% de las economías avanzadas y el -29,2% que sufrió de media la Unión Europea, según los datos de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
No obstante, para el análisis del caso español tambien hay que tener en cuenta que, a lo largo del pasado año, no se produjo ninguna operación importante de fusión o adquisición de empresas con sede en España, mientras que durante el ejercicio de 2008 se cerró la venta de Endesa a Enel.
Menos inversión financiera
Los datos del primer trimestre de 2010 ofrecen un resultado agridulce. La cifra dulce corre por cuenta de la inversión directa, pues las empresas extranjeras elevaron su exposición a nuestro país desde los -495 millones de euros durante los tres primeros meses de 2009 hasta los casi 3.400 millones de euros contabilizados este ejercicio.
El dato agrio viene de la mano de la inversión en cartera, es decir, aquella que se articula a través de activos financieros. En los tres primeros meses de este año, la balanza de pagos de este tipo de inversión ofrece un saldo negativo de más de 12.000 millones de euros.
España pierde atractivo
Y es que España pierde atractivo como destino de la inversión extranjera. En un reciente informe elaborado por Ernst & Young sobre el comportamiento de la esta variable en Europa desvela que España contabilizó un total de 173 proyectos impulsados por capital extranjero, lo que representa un 18% menos que en 2008, cuando el retroceso medio en el resto de Europa ascendió al 11%. Este estudio desvela también que fue precisamente la inversión extranjera la que logró generar un 3% más de empleo en 2009.
Sin embargo, al mismo tiempo que caían las inversiones extranjeras en el sector privado nacional aumentaban las ubicadas en el sector público. Así, el flujo de recursos del exterior que se ha precisado para financiar a las Administraciones Públicas durante los últimos 24 meses casi dobla la reducción registrada en la inversión en cartera. Es lo que los economistas denominan efecto «crowding out», cuando el sector público expulsa del mercado de crédito al privado. Bancos y cajas prefieren prestar a las administraciones, cuyo riesgo de impago es menor.
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