Bruselas reprende a España por no presentar a tiempo el plan de energía
El Ejecutivo ha tenido abierta una consulta pública, y no ha concretado cuándo tendrá el documento definitivo
A finales de 2023 se recibieron evaluaciones preliminares del PNIEC
España, junto a otros 22 países de la Unión Europea, va a recibir estos días una importante reprimenda por parte de la Comisión Europea (CE) por no haber entregado a tiempo la versión final del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). La ... fecha límite era el 30 de junio, y tan solo cuatro Estados miembro han cumplido los deberes.
El PNIEC es el documento que sirve como hoja de ruta a los diferentes países en materia energética para fomentar inversiones y contribuir a la descarbonización. Los diferentes gobiernos ya habían enviado los diferentes borradores, y a finales de 2023 se obtuvieron algunas valoraciones previas por parte de Bruselas.
El siguiente paso era la presentación de los planes definitivos antes de julio. Se trata de una obligación legal para los Estados miembros en virtud del Reglamento de Gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima. Pero la situación no ha salido como estaba prevista, y España, junto a otros 22 países, no han remitido la documentación.
La situación no ha sentado bien en Bruselas. Para meter presión al Gobierno español y el resto de países se va a plantear esto con carácter de urgencia a los ministros de la Unión Europea en el Consejo informal de Medio Ambiente y en el Consejo informal de Energía que se celebran este mes.
El primero de ellos se ha celebrado los días 11 y 12 de julio, donde la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha representado los intereses españoles en Budapest. El siguiente encuentro será la próxima semana, y reúne a los ministros del ramo energético.
En este contexto será donde la CE no dudará en ir más allá para trasladar a los Estados miembro la importancia de presentar el PNIEC que, hasta la fecha, solo habían entregado Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Suecia. Explican fuentes comunitarias a ABC que siempre que sea necesario y apropiado, «la Comisión utilizará las opciones legales disponibles para garantizar el cumplimiento de la legislación de la UE».
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica explican que este retraso se debe a que «se estaba pendiente de la Evaluación Ambiental Estratégica del PNIEC». Para ello, el Gobierno había lanzado una consulta pública que ha estado abierta hasta el 12 de julio para recibir propuestas de los principales actores sectoriales. Este estudio se centra en los cambios ambientales que impactan en el marco de la planificación.
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Una vez que se analicen las respuestas recibidas, el Gobierno deberá incluir los cambios necesarios. El problema es que desde la cartera que dirige Ribera no se quieren hacer precisiones sobre la fecha en la que estará listo el PNIEC. Diversas fuentes del sector consultadas por ABC son poco optimistas y creen que antes de bien avanzado el verano no habrá noticias de este plan energético.
Dudas sobre el PNIEC
Dichas fuentes explican que este documento quizá necesite algunos cambios que se deberían analizar. Cuando empezó a desarrollarse el PNIEC, al inicio de la década, se plantearon unas metas muy ambiciosas en algunos objetivos. Sin embargo, con el paso de los años la situación ha cambiado. Explican las fuentes consultadas que uno de los grandes problemas será equilibrar la electricidad que estaba prevista para la exportación a otros países, principalmente a Francia, con una realidad donde no se consigue llegar a acuerdos.
El otro problema tiene que ver con los plantes sobre almacenamiento como refuerzo de las renovables. El actual PNIEC tampoco recoge la verdadera necesidad, sobre todo, cuando el calendario de cierre de las nucleares parece que se cumplirá.
La tercera cuestión que el plan de energía español debe despejar, y no se sabe si ahora se habrán introducido cambios, tiene que ver con las redes eléctricas de distribución. La llegada masiva de las energías renovables, tanto fotovoltaica como eólica, provocará una necesaria reconfiguración de las redes. Para ello tiene que haber un triple entendimiento entre el Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las empresas de transporte y distribución. Algo que por el momento no ha llegado y cada una de las partes mira por sus intereses. Cuando se haga público el documento definitivo será importante ver la acogida por parte de las empresas.
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