El BCE mantiene los tipos en el 4,5% y sugiere junio como inicio del ciclo de las bajadas
La presidenta Lagarde ya había deslizado que este marzo no llegaría el primer movimiento de la institución, para apuntar a verano como el momento clave
Rebaja sus proyecciones sobre la inflación y apunta a que los precios se moderarán ya este año al 2,4% y al 2% el siguiente
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![Christine Lagarde, presidenta del BCE](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/03/07/christine-lagarde-RSTCrrc7j91wUbJHjbho9FI-1200x840@diario_abc.jpg)
Las bajadas de tipos de interés todavía tendrán que esperar algún mes más. El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido en una nueva reunión de su consejo de gobierno mantener el precio del dinero en el 4,5% por cuarta vez consecutiva. Y todo ... ello pese a que el horizonte de la inflación, según los expertos del BCE, mejora por momentos.
Fue en octubre de 2023 cuando la institución cambió de rumbo en su política monetaria, al pasar de las subidas de tipos al estancamiento. Esa decisión se mantuvo en la siguiente reunión y ahora ha continuado por esa senda en la cita de marzo, tal como se había empeñado en deslizar que ocurriría la presidenta Christine Lagarde.
A finales del año pasado, el mercado comenzaba a descontar una primera bajada de tipos ya en el primer trimestre de 2024. Sin embargo, esa expectativa se ha diluido a golpe de palabra de Lagarde, que apunta más bien a verano como momento en que empezarán a bajar los tipos de interés.
«El consejo de gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo. Sobre la base de su valoración actual, el consejo de gobierno considera que los tipos de interés oficiales del BCE están en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a este objetivo. Las decisiones futuras asegurarán que los tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario», ha indicado el BCE en un comunicado. Asimismo, la institución ha destacado que «continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos».
Los mercados calculan cuatro bajadas consecutivas de los tipos de interés a partir de junio y así lo están descontando en sus operaciones. La presidenta del BCE les ha dado hoy velada y parcialmente la razón. «Es cierto que en abril tendremos más datos, pero en junio tendremos muchos más datos», ha dejado caer en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno sobre política monetaria, en la que, según se ha esforzado por repetir Lagarde, «no se han discutido bajadas de tipos, lo que hemos hecho ha sido comenzar, sólo comenzar a discutir la reducción de nuestras medidas restrictivas, para lo que necesitamos contar con muchos más datos, y en eso hemos estado de acuerdo de forma unánime todos los miembros del consejo».
Lagarde ha sugerido que habrá que esperar, a pesar de que cada mes la espera supone un mayor sacrificio en términos de crecimiento. En el comunicado del BCE sobre esta reunión en Frankfurt, ha sido modificada sutilmente la referencia a la inflación subyacente. Donde antes decía «la tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado», ahora dice «aunque la mayoría de las medidas de inflación subyacente han seguido disminuyendo, las presiones internas cobre los precios siguen siendo elevadas, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios». «Desearía que todo estuviera más cerca de nuestro objetivo», se ha explicado Lagarde, para añadir: «Pero aún no hemos llegado a ese punto: ni siquiera hemos llegado a ese punto en cuanto a la inflación general, todavía estamos proyectando un 2,4% para 2024, que es una revisión (una mejora), y sólo en 2025 un 2%. Y en cuanto a la inflación subyacente, proyectamos un 2,6% en 2024, un 2,1% en 2025 y sólo en 2026 un 2%».
«No estoy diciendo con esto que vayamos a esperar hasta llegar al 2% para tomar una decisión, no es eso lo que estoy diciendo», ha preferido tranquilizar a los impacientes inversores, «pero en términos de proyecciones esto es lo que estamos viendo y no lo podemos ignorar».
Inflación doméstica
Lagarde ha dejado muy claro que le preocupa la inflación doméstica, muy especialmente la referida al sector servicios, y los salarios. La huelga que afecta a ferrocarriles, aeropuertos y transporte público, una de tantas en los últimos meses en Alemania, ha impedido a varios miembros del consejo llegar a la reunión con puntualidad. Los sindicatos alemanes exigen subidas salariales fabulosas, de hasta dos dígitos, para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
En el cuarto trimestre de 2023, los salarios de negociación colectiva en la zona del euro aumentaron en promedio un 4,5% y los primeros indicadores del BCE sobre la evolución salarial apuntan a aumentos igualmente elevados para el año en curso, lo que amenaza con poner en marcha un proceso que los banqueros centrales temen como el diablo al agua bendita: el efecto de segunda vuelta. Las tasas de inflación están disminuyendo, pero los sindicatos y las empresas podrían interpretar recortes demasiado rápidos de las tasas de interés como una señal de que el BCE está dando luz verde al aumento de salarios y, por tanto, de los precios.
En febrero, por otra parte, los precios de los servicios aumentaron un 3,9% en comparación con el año anterior. En comparación, los precios de los bienes industriales no energéticos aumentaron menos de la mitad, un 1,6%. Según Claudio Borio, economista jefe del Banco de Pagos Internacionales (BPI), el hecho de que los precios de los servicios aumenten más que los de los bienes se debe a que los salarios tienen un mayor peso en los servicios, que no pueden comercializarse internacionalmente. Señala que el aumento salarial compatible con la estabilidad es del 3% y la zona euro está por ahora lejos de eso.
Lagarde señala que en junio dispondrán de más datos y sugiere que ese será el momento de inicio de las bajadas de tipos
En cuanto al análisis de riesgos, Lagarde ha reconocido su efecto negativo. «El crecimiento podría ser menor si los efectos de la política monetaria resultan más fuertes de lo esperado», ha reconocido, al tiempo que señalaba que «una economía mundial más débil o una desaceleración del comercio global también pesarían sobre el crecimiento y la guerra injustificada de Rusia contra Ucrania, así como el trágico conflicto en Oriente Medio son fuentes importantes de riesgo geopolítico: esto puede dar lugar a que las empresas y los hogares pierdan confianza y se altere el comercio mundial».
Lagarde ha repetido varias veces la palabra «confianza» en la rueda de prensa. «Confiamos en los resultados hasta ahora de la política monetaria, pero no confiamos lo suficiente como para tomar decisiones ya», ha dicho sobre la consigna de esperar y ver antes de iniciar las bajadas de tipos. Y el vicepresidente De Guindos ha sido el encargado de detallar otro de los riesgos que preocupan al BCE. «Estamos monitoreando muy de cerca» la exposición de los bancos europeos al mercado inmobiliario comercial, ha dicho, aunque considera que es limitada. El principal problema en este aspecto es la disparidad entre entidades, ha explicado, porque sí que hay algunas que están muy expuestas al mercado inmobiliario, y ha reconocido que es «uno de los mayores riesgos para la estabilidad financiera».
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