El BCE presiona a los bancos europeos para que salgan cuanto antes de Rusia
El regulador insiste en que la banca debe esforzarse en reducir todavía más sus exposiciones en el país
EE.UU. y Europa expulsan a los bancos rusos del sistema financiero mundial

Los bancos de la zona euro ya han reducido considerablemente su exposición a Rusia, pero el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la presión sobre ellos para que abandonen el mercado por completo, ha reconocido el jefe de supervisión bancaria del BCE, Andrea Enria.
«Creo que es importante que los bancos se mantengan muy enfocados en reducir todavía más sus exposiciones e, idealmente, salir del mercado tan pronto como puedan», ha aconsejado en el transcurso de una conferencia, «este es un proceso que no solo elogiamos desde el BCE, sino que presionamos fuertemente a los bancos para que lo lleven a cabo cuanto antes porque existe un gran riesgo reputacional implicado en el hecho de continuar operando en Rusia».
En el momento del inicio de la invasión rusa de Ucrania, la exposición de la banca española a Rusia, Ucrania y Bielorrusia era de 767 millones de euros, según los datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), en su mayoría préstamos concedidos a hogares, un perfil muy diferente al de otros sistemas bancarios más implicados en los créditos a empresas. La exposición total de la banca europea era de 89.736 millones de euros, como Francia como país más expuesto con 27.537 millones, seguida de los bancos de Italia y los de Austria.
Desde entonces hasta ahora, la banca europea ha hecho un gran esfuerzo por deshacer sus inversiones, enfrentándose a los favoritos del Kremlin, que secuestraban a menudo las ventas de las subsidiarias. Algunos debieron optar por mantener sus negocios en Rusia debido al algo coste de la operación y para determinados institutos ha resultado rentable.
En 2022, por ejemplo, la filial rusa de Deutsche Bank aumentó su beneficio en un 480% hasta los 5.400 millones de rublos (alrededor de 60 millones de euros), según el resultado de un informe de auditoría independiente publicado por la institución financiera, a pesar de que los activos totales de la filial rusa se redujeron en un 36,3% hasta los 81.600 millones de rublos. Fuentes del banco alegan que la razón de las altas ganancias es sobre todo el nivel de la tasa de interés de Rusia, que elevó temporalmente la tasa de interés clave al 20% tras el inicio de la guerra.
Actualmente, la tasa de interés del banco central ruso es más baja, del 7,5%. Sin embargo, el fuerte aumento de los ingresos por intereses de más de 7.000 millones de rublos impulsó las ganancias de la filial rusa. Deutsche Bank afirma que su inversión en Rusia a finales de 2022 ascendía a 806 millones de euros y, por lo tanto, solo el 0,2% de todo su libro de préstamos, cuando sólo un año antes era de 1397 millones de euros. El banco afirma que su decisión es seguir reduciendo la posición crediticia y que ya ha trasladado a varios cientos de empleados.
Cada vez más críticas
La filial rusa del banco italiano Intesa Sanpaolo (ISP.MI) también experimentó por su parte un aumento de las ganancias en Rusia en 2022, mientras que el austriaco Raiffeisen Bank International generó más de la mitad de sus ganancias en Rusia el año pasado, junto con el italiano UniCredit, el prestamista austriaco es uno de los bancos occidentales más importantes de Rusia.
Sin embargo, el instituto austriaco enfrenta cada vez más críticas debido a su participación en el país. El pasado mes de enero, la autoridad de sanciones de EE. UU. inició una investigación sobre Raiffeisen debido precisamente a sus negocios en Rusia y el presidente de la Junta de Supervisión, Erwin Hameseder, acusó en la asamblea de marzo a los críticos de «pensamiento moral en blanco y negro» desde una «zona de confort libre de riesgos».
El BCE ha pedido al banco austriaco un plan para desbancarizar en Rusia y administrar los riesgos, de manera que el plan podría involucrar la venta o el cierre del banco subsidiario en Moscú, pero en Viena aún no se ha cumplido con la solicitud de Frankfurt, a pesar de que el jefe de Raiffeisenbank, Johann Strobl, garantizó que el banco buscaría una venta o una escisión de su negocio ruso a la mayor brevedad posible.
Otras entidades financieras, en cambio, optaron por vender rápidamente su negocio en Rusia. Por ejemplo, el banco francés Société Générale se separó de su filial rusa Rosbank en pocos meses. El británico HSBC decidió completar la venta con pérdidas de su negocio ruso y el grupo de bienes de consumo Henkel también optó por la misma estrategia, a pesar de que desde el principio debió asumir la dirección que la operación reportaría pérdidas financieras. El fabricante de Schwarzkopf y Persil anunció que había firmado un acuerdo para vender su negocio ruso a un consorcio de inversores financieros locales. El precio de compra acordado fue de 54.000 millones de rublos, lo que corresponde a alrededor de 600 millones de euros.
Pero esas pérdidas compensan el castigo en las bolsas a los bancos que se han quedado. En el caso de Raiffeisen, por ejemplo, el hecho de que haya sido blanco de la autoridad de sanciones de EE.UU. OFAC ha causado recientemente nerviosismo entre los inversores. La agencia inició una investigación y envió una carta al banco con una serie de preguntas sobre su negocio en Rusia y las acciones de BBI cayeron más del 8% en la Bolsa de Valores de Viena. El segundo banco más grande de Austria, muy activo en Europa del Este, es el banco occidental más importante de Rusia y un actor clave en los pagos internacionales. El año pasado obtuvo un beneficio neto de unos 3.800 millones de euros, principalmente gracias a un beneficio de más de 2.000 millones de euros procedente de Rusia.
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