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El BCE mantiene los tipos de interés en el 4,5% por tercera vez consecutiva en su primera reunión de 2024

El consejo de gobierno deja sin cambios el precio del dinero después de que la propia Christine Lagarde alejara la posibilidad de ver ya un primer descenso en este trimestre

Christine Lagarde retrasa hasta el verano la primera bajada de tipos de interés del BCE

Christine Lagarde, presidenta del BCE afp

El Banco Central Europeo (BCE) cumple con lo esperado y mantiene los tipos de interés en el 4,5%. Es la tercera vez consecutiva que el consejo de gobierno toma esta misma decisión, con el mercado a la espera de cuándo se iniciarán en realidad las bajadas de tipos. El tipo principal queda en el 4,5%, el de facilidad marginal de crédito en el 4,75% y el de depósito en el 4%. Ahí llevan instalados desde el mes de octubre, cuando la institución detuvo las subidas de tipos iniciadas en julio de 2022. La situación en este momento es muy distinta a cuando se inició el endurecimiento de la política monetaria.

El objetivo del BCE es la estabilidad de precios y devolver la inflación al 2% en la zona del euro. Con la inflación desbocada tanto en 2022 como en buena parte de 2023, la institución decidió hacerse fuerte con su política monetaria encareciendo el precio del dinero y, así, frenar el consumo. La traslación de las subidas de tipos a las economías ahora es ya casi total, y la inflación ya no es el problema de entonces. Con los precios algo más controlados, el mercado presiona a la institución para pensar ya en el siguiente paso, que sería el de iniciar las bajadas de tipos; la pregunta es cuándo. El mercado descontaba hace dos meses que el BCE acometería la primera bajada entre enero y marzo de 2024, pero la presidenta Christine Lagarde se ha encargado de disipar esa posibilidad y apuntar más bien a mediados de año.

Christine Lagarde ya había adelantado en Davos que los tipos de interés no se moverán al menos hasta el verano. Y eso, dependiendo de los datos. La clave de la rueda de prensa ofrecida por la presidenta del BCE estaba, por lo tanto, en esos datos que tan estrictamente van a determinar las próximas decisiones de política monetaria del consejo de gobierno. Y Lagarde ha respondido a esa pregunta: además de la inflación y la inflación subyacente, estarán atentos a los salarios y a los márgenes de beneficios.

Pronto para hablar de bajadas

Lagarde ha insistido en que sería «prematuro» abordar en este momento posibles bajadas de tipos y ha advertido los riesgos geopolíticos que acechan a la economía europea, en particular los asociados con la situación en el mar Rojo. «Hay un consenso en que sería prematuro discutir bajadas de tipos», ha dicho sobre la reunión del consejo de gobierno del emisor europeo en Fráncfort, para añadir que «también hay consenso sobre seguir tomando las decisiones en base a los datos, no fijarnos un calendario particular; esto sería depender de las fechas. Reafirmamos la dependencia de los datos».

En su opinión, si bien la tasa de inflación repuntó medio punto porcentual en diciembre, alcanzando el 2,9%, este aumento de la subida de precios era esperado y se debió a efectos de base. Fue, además, «más débil de lo previsto», lo que no significa que la guerra contra la inflación esté ya ganada por completo. «Tenemos que estar más avanzados en el proceso de desinflación antes de estar seguros de que el objetivo de inflación podrá alcanzarse en el momento adecuado y de forma sostenible», ha remachado, intentando una y otra vez enfriar las expectativas de los mercados, que se empeñan en descontar por adelantado los primeros movimientos de tipos.

Lagarde no ha desmentido en ningún momento la afirmación que hizo en Davos a la cadena de televisión Bloomberg, en una entrevista en la que explicó que los datos que necesita para empezar el ciclo de bajadas de tipos no estarán sobre la mesa hasta junio, así que los primeros movimientos no podrán darse hasta el verano, pero ha llamado a «no obsesionarse con el calendario» y ha subrayado que el proceso «está funcionando», que la política monetaria restrictiva está dando sus frutos, aunque eso no será suficiente hasta que el BCE haya resuelto todas sus dudas sobre la inflación a medio plazo.

En marzo, el BCE publicará nuevas previsiones macroeconónicas, lo que «informará más claramente sobre las perspectivas de inflación y llevará a poder evaluar si estamos en el camino correcto». Los datos salariales llegarán en abril.

Al hablar de los riesgos para el crecimiento económico mundial y de los escenarios en los que la inflación podría mantenerse más alta de lo previsto, Lagarde ha destacado los peligros asociados a las tensiones geopolíticas, entre los que ha mencionado «la guerra injustificada contra Ucrania y el trágico conflicto en Oriente Medio».

No obstante, matizó que según la mayoría de los observadores el impacto es «moderado» pro el momento, ya que el transporte marítimo sólo representa una fracción del transporte mundial total. «Estamos siendo cautelosos y mirando con atención los acontecimientos», ha tranquilizado Lagarde, para quien, si el conflicto continuase, constituiría un riesgo adicional, con potencial para afectar todos los precios de las mercancías en su conjunto. «Estamos decididos a garantizar que la inflación regrese a nuestro objetivo de medio plazo del 2% de manera oportun», ha dicho, para añadir que «y los tipos de interés están ahora en un nivel que, suficientemente sostenido en el tempo, contribuirá sustancialmente a ese objetivo».

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