El BCE detiene las subidas de tipos por primera vez desde julio de 2022 y deja el precio del dinero en el 4,5%
La institución venía de acometer diez incrementos consecutivos para tratar de bajar la inflación en la zona euro
Los tipos no se tocan y dan un respiro a Europa: ¿cómo afectará a tu bolsillo?
El Banco Central Europeo (BCE) no sube más los tipos de interés oficiales por el momento. Ha sido una decisión unánime de los miembros del consejo de gobierno, que sigue calculando que la inflación seguirá siendo «demasiado alta y por demasiado tiempo» en el medio plazo. Se detiene el mayor ciclo de incrementos del precio del dinero en la historia de la institución.
Después de diez subidas consecutivas desde julio de 2022, el BCE entra en modo pausa, pero su presidenta, Christine Lagarde, se ha esforzado por dejar claro en la rueda de prensa que ha tenido lugar tras la reunión, celebrada en Atenas, que hacer una pausa no significa adentrarse en la pasividad. «No hacer nada es a veces hacer mucho», ha explicado. También ha aclarado que esta pausa no significa necesariamente que los tipos hayan tocado techo. «Todo dependerá de los datos», ha repetido una y otra vez, tras reconocer que los riesgos para la economía del euro «se agravan» con las noticias que siguen llegando desde Ucrania y desde Israel.
La principal tasa de refinanciamiento que los bancos tienen que pagar por los préstamos del banco central queda en el 4,5%. La tasa de depósito de los bancos en el banco central se mantiene en el 4%. Y la tasa máxima para los préstamos a un día de los bancos en del 4,75%. En el caso del tipo de depósito, que también tiene cierto impacto en los tipos de ahorro, se trata del nivel más alto desde el inicio de la unión monetaria en 1999. Lagarde vigila «muy estrechamente» los mecanismos de transmisión y está segura de que están funcionando: «No es una impresión, es un hecho que se concede menos crédito».
De todas formas, en caso de que su funcionamiento no fuera satisfactorio, «tenemos herramientas para conseguir que pase», dice Lagarde. Las consecuencias de este funcionamiento, por otra parte, son la pérdida de poder adquisitivo, la debilidad del sector inmobiliario residencial y el descenso en la demanda de crédito.
El BCE no considera, en cualquier caso, que la lucha contra la inflación haya terminado, aunque las tasas de inflación en los países del euro han disminuido notablemente en los últimos tiempos. La oficina europea de estadística, Eurostat, ha revisado a la baja la tasa de agosto, del 5,3 al 5,2%. En septiembre, la tasa fue del 4,3%.
La inflación subyacente, es decir, la inflación sin precios muy fluctuantes como la energía y los alimentos, que revela más sobre la tendencia a largo plazo, también disminuyó, del 5,3% al 4,5%. Sin embargo, el objetivo del BCE es una tasa de inflación del 2% «y nuestra determinación se mantiene firme» hacia esa meta, ha dicho Lagarde.
Según el método europeo de cálculo del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), la primera tasa de inflación en la zona del euro que ha pasado a ser negativa en septiembre es la de Holanda, de -0,3%. Sin embargo, esto se debió probablemente a razones técnicas relacionadas con la corrección del método utilizado para determinar la evolución de los precios de la energía en los Países Bajos.
El aumento de los precios de muchos productos alimenticios sigue siendo elevado y los precios de la energía también han recibido recientemente otro impulso desde que el precio del petróleo se disparó en relación con los terribles acontecimientos en Israel, pero luego también volvió a caer. «La situación en Oriente Medio aumenta la incertidumbre de las perspectivas», ha insistido Lagarde, antes de reconocer que la economía del euro «seguirá débil durante el resto del año».
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