El Banco de España rebate a Hacienda y atribuye la mitad de los ingresos extra de 2022 a la inflación
Concluye que el impacto de la escalada de los precios sobre la recaudación es el doble del estimado por la Agencia Tributaria
Pide prudencia al Gobierno a la hora de gastarse esos nuevos ingresos porque una tercera parte de los mismos no responden a la situación económica
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En lo más caliente del debate en torno a los fenomenales ingresos fiscales que las arcas del Estado estaban obteniendo a cuenta de la inflación, la Agencia Tributaria difundió un informe técnico que aspiraba a zanjar la cuestión y en el que se aseguraba que solo una cuarta parte de la importante mejora de la recaudación registrada en los tres primeros trimestres de 2022 se podía explicar por la escalada de los precios. Según los datos oficiales de recaudación que mensualmente difunde la Agencia Tributaria, bajo esa premisa apenas 7.300 millones de euros de los más de 28.000 millones recaudados de más respecto a 2021 podían explicarse por la inflación y de alguna forma la cifra se asemejaba al esfuerzo fiscal realizado por el Gobierno para atenuar el impacto de las subidas de precios sobre ciudadanos y empresas.
Un informe difundido este jueves por el Banco de España objeta las cifras publicadas por la Agencia Tributaria y eleva hasta el 46% el peso de la inflación en la mejora de los ingresos fiscales observada tras la pandemia (2021 y 2022) y por encima de la mitad el impacto de las subidas de precios en la mejora recaudatoria de este año, es decir, el doble de lo estimado por la Agencia Tributaria.
Esto implicaría que las arcas de Hacienda habrían ingresado más de 14.000 millones de euros extra como consecuencia de lo que los consumidores pagan de más por los bienes y servicios que adquieren o contratan, por lo que los asalariados tributan de más por las subidas salariales realizadas para compensar la pérdida de poder adquisitivo derivada de la inflación o por el aumento nominal de los beneficios empresariales que se produce por los incrementos de precios derivados del aumento de los costes de producción de las empresas. También, que los retornos en forma de políticas pública de apoyo estarían sensiblemente por debajo de los beneficios obtenidos por las arcas del Estado a cuenta de la inflación.
El modelo a partir del cual el Banco de España ha sustentado sus cálculos parte de los ingresos totales registrados por la Agencia Tributaria. A partir de estos, separa los que tienen una explicación clara por el comportamiento de la actividad económica o la evolución de los precios de los que no se pueden atribuir a ningún factor conocido. Posteriormente, separa los ingresos justificados atribuibles a la situación económica de los derivados de las modificaciones tributarias aprobadas por el Gobierno, y finalmente divide los primeros entre los atribuibles al crecimiento y los atribuibles a la escalada de los precios.
Los resultados obtenidos apuntan a que el crecimiento real de la economía apenas explica una quinta parte del crecimiento de 3,7 puntos de PIB experimentado por los ingresos tras la pandemia, mientras que la inflación explica el 46%, el doble. El estudio del Banco de España admite, igualmente, que el efecto de las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno ha resultado intrascendente en la mejora de los ingresos por impuestos en España.
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El informe también incide en algo que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ya ha advertido en varias ocasiones en sus intervenciones públicas: la existencia de un flujo importante de ingresos cuyo origen no se puede determinar. La institución estima que una tercera parte de los ingresos extra generados durante la pandemia no tiene una explicación aparente y en la necesidad de que el Gobierno extreme la prudencia para evitar aprovecharlos para financiar gastos estructurales por la posibilidad de que desaparezcan después sin dejar rastro.
Desde el Gobierno se atribuye ese impulso extra sin motivo aparente al afloramiento de economía sumergida, que en su opinión explicaría buena parte de esos 15.000 millones extra a los que no se encuentra explicación. El Banco de España es menor entusiasta y recuerda el precedente de la gran recesión en que los ingresos extra procedentes de la actividad inmobiliaria desaparecieron sin dejar rastro y condenaron a las arcas públicas a una escasez que aún hoy acusan.
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