El autoconsumo fotovoltaico pierde el brillo sin los vientos de cola
La burocracia, la lentitud del sistema de subvenciones y el fin del rally en el precio de la luz han puesto techo al crecimiento de una alternativa energética que sigue sin despegar en los edificios de viviendas
El permiso retribuido de cuatro días que puedes pedir sin previo aviso
Las renovables avanzan contra viento y marea

El autoconsumo es la energía verde más cercana que tenemos. Paneles fotovoltaicos (también hay minieólica) que se instalan en los tejados de viviendas unifamiliares, o en las azoteas de edificios de vecinos, o en las cubiertas de fábricas, naves, polígonos industriales o centros comerciales, ... incluso en ayuntamientos, colegios y hasta iglesias. Una energía limpia que podemos usar en el momento, 'in situ'; almacenar en baterías para utilizarla más tarde o venderla a la red eléctrica. En cualquier caso contribuye a reducir la factura de la luz. Entre un 20 y 50%. A veces hasta un 70%. Con este ahorro, a los seis años (como media) de su instalación los paneles ya están amortizados y tienen una vida útil superior a 25 años.
Pues con todas esas ventajas en su carta de presentación, el autoconsumo, que ha vivido una época de esplendor sin precedentes, ha tocado techo. Por vez primera, el pasado año se redujo la potencia anual instalada (un 27% o un 32%, según la patronal que se consulte). Una caída que tuvo mayor impacto en el sector residencial donde se realizaron la mitad de nuevas instalaciones que en 2022.
Las familias ya no están tan animadas a colocar paneles fotovoltaicos en los tejados de sus casas. La inflación que ha reducido su capacidad de ahorro, la subida de los tipos de interés para solicitar créditos, los retrasos a la hora de cobrar las subvenciones para acometer estas infraestructuras (hasta dos años en muchas ocasiones) y unos precios de la electricidad más baratos han desinflado estas inversiones por parte de los consumidores particulares. Amén de que también influye la burocracia y los complicados trámites ante las distribuidoras y comercializadoras para poner en marcha estas pequeñas infraestructuras cuando se trata de autoconsumo compartido en bloques de viviendas.
Un año atípico
Hay que reconocer que 2022 fue un año excepcional y atípico: la guerra en Ucrania disparó los precios energéticos. Se cerro el año con una media de 209,4 euros por MWh, cuando en 2023 fue de 87,43. Entonces para muchos consumidores era urgente reducir la factura de la luz. Y los que pudieron instalaron módulos fotovoltaicos en sus tejados al calor de las subvenciones que llegaban de los fondos Next Generation (cuyo plazo para solicitarlas expiró el pasado 31 diciembre). Desde 2021 el Gobierno ha destinado más de 2.000 millones de euros para acometer estos proyectos en el sector servicios, en la industria, en viviendas particulares y también en edificios públicos. Dependiendo del tipo de usuario, de la instalación y la potencia, con ese montante se podía sufragar hasta el 50-60% de una de estas infraestructuras.
Desde luego, un gran atractivo para emprender estos proyectos. Así que se desató el 'boom'. «Todo el presupuesto se llenó y había listas de espera. Las subvenciones se colapsaron por la gran cantidad de peticiones y ha habido problemas de gestión. Se han solicitado en torno a 500.000 subvenciones. Esto hizo que los servicios de las comunidades autónomas hayan ido con más de dos años de retraso para concederlas», sostiene José Donoso, director general de UNEF (Unión Española Fotovoltaica). «La mayor parte de los autoconsumidores que han solicitado las ayudas están esperando que se revise la documentación de su instalación. En Madrid, por ejemplo, se están entregando ahora las subvenciones de las solicitudes que se cursaron en noviembre de 2021», añade Manuel Moral, profesor de Energías Renovables de la Universidad Europea y CEO de la ingeniería Celmor Energy.
En ese escenario de 2022, con los precios de la energía disparados y al amparo de los fondos europeos, se alcanzó el récord del autoconsumo en España. Ese año se instalaron nada más y nada menos que 2.649 MW de potencia, según el informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (en adelante APPA Renovables) que, a falta de un registro nacional donde se recojan todas estas infraestructuras, ha recabado los datos de las comunidades autónomas, las distribuidoras y los fabricantes.
Pero una vez superado el impacto de la crisis energética, el crecimiento del autoconsumo se ralentizó. En 2023 se instalaron 1.943 MW de autoconsumo, un 27% menos que el año anterior según APPA Renovables. Las cifras de UNEF también apuntan en la misma dirección: se produjo una contracción del 32%.
Caída residencial
El 27% de toda esa potencia de autoconsumo fue para uso residencial (un sector que registró una caída del 50%) y el resto industrial. Hay motivos que explican estos descensos. «Las expectativas de recibir las subvenciones se han dilatado en el tiempo y generan suspicacias a los potenciales inversores. Además las familias no tienen la percepción de que están invirtiendo en ahorro. Una vivienda unifamiliar puede instalar un rango medio de 5 kW. El precio medio de la instalación está entre 7.000 y 7.500 euros con IVA. Las ayudas cubren algo más del 50%. Al año amortizas el 13% de la inversión. Con lo que se ahorra en la factura de la luz a lo largo de seis años se paga la instalación de autoconsumo. La industria sin embargo está acostumbrada a la burocracia administrativa y preveía estos plazos dilatados. No hacen sus modelos de negocio pensando en esa certidumbre», considera el profesor Moral. Por eso, la caída del autoconsumo en el sector industrial fue mucho más moderada (un 13%).
Más de 1.600 GW no se pueden verter a la red por «barreras regulatorias y técnicas»
En total, a lo largo de estos años y en todo el territorio contamos con más de 7 GW de potencia instalada de autoconsumo, tanto como la energía que proviene de los siete reactores nucleares que están operativos ahora mismo en nuestro país. Y su producción equivale al 3% de la demanda eléctrica nacional, según el informe de APPA Renovables. En este documento se estima que más de 410.000 viviendas y cerca de 70.000 empresas cuentan ya con autoconsumo, lo que supone el 7% de las casas unifamiliares que existen en España y el 2% de las compañías. «Por lo que el potencial de implantación del autoconsumo en nuestro país es muy alto. Ahora son medio millón de apóstoles de una nueva forma de generar y consumir energía», afirma Jon Macías, presidente de APPA Autoconsumo.
Estas cifras son muy bien valoradas. «Los 1.943 MW instalados en 2023 son un buen pulso de la salud actual del sector», asegura Jon Macías. De seguir a ese ritmo se alcanzaría el objetivo de lograr 19 GW de autoconsumo solar en toda España para el año 2030, como recoge el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec).

Producción anual del autoconsumo
En GWh
1.642
GWh no aprovechados por el sistema
GWh aprovechados por autoconsumidores
y el sistema
1.067
749
7.262
4.564
431
3.007
249
120
1.656
54
23
925
446
85
203
2019
2021
2023
2016
2017
2020
2022
2018
Número de instalaciones anuales
240.344
23.096
Industrial y otras
Residencial
Instalaciones acumuladas
Año 2023
127.304
Total
480.106
Residencial
69.574
15.509
217.248
Industrial
y otras
410.532
66.436
12.767
111.795
27.352
7.528
9.838
4.172
53.670
3.035
1.128
5.510
2.855
1.321
19.824
703
1.317
424
4.328
1.714
2019
2021
2023
2016
2017
2018
2020
2022
Evolución de la potencia instalada
En MW
2.649
MW Industriales
MW Residenciales
1.943
Potencia acumulada
1.625
Año 2023
Total
7.154
Residencial
1.935
1.151
Industrial
5.129
1.416
623
898
408
1.024
207
101
530
51
527
388
49
253
201
93
20
2
8
6
93
2019
2016
2017
2018
2020
2021
2022
2023
Millones de euros perdidos por energía
no vertida al sistema
131
405
160
76
14
12
7
3
1
2019
2016
2017
2018
2020
2021
2022
2023
Total
Fuente: Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltáico 2023, de APPA Renovables / ABC

Producción anual
del autoconsumo
En GWh
GWh no aprovechados por el sistema
GWh aprovechados por autoconsumidores
y el sistema
1.642
1.067
749
7.262
4.564
431
3.007
249
120
1.656
54
23
925
446
85
203
2016
2017
2019
2020
2021
2022
2023
2018
Número de instalaciones
anuales
240.344
Industrial y otras
23.096
Residencial
Instalaciones acumuladas
Año 2023
Total
480.106
127.304
Residencial
69.574
15.509
217.248
Industrial y otras
410.532
66.436
12.767
111.795
27.352
7.528
9.838
4.172
53.670
3.035
1.128
5.510
2.855
1.321
19.824
703
1.317
424
4.328
1.714
2019
2021
2023
2016
2017
2018
2020
2022
Evolución de la potencia
instalada
En MW
2.649
MW Industriales
MW Residenciales
Potencia acumulada
Año 2023
1.943
1.625
Total
7.154
Residencial
1.935
1.151
1.416
Industrial
5.129
623
898
408
1.024
530
207
101
51
527
388
49
253
201
93
2
8
6
20
93
2019
2016
2017
2018
2020
2021
2022
2023
Millones de euros
perdidos por energía
no vertida al sistema
131
405
160
76
14
12
7
3
1
2019
2016
2017
2018
2020
2021
2022
2023
Total
Fuente:
Informe Anual del Autoconsumo
Fotovoltáico 2023, de APPA Renovables
ABC
Beneficios fiscales
Por eso se espera que el autoconsumo crezca a un ritmo sostenido a partir de ahora, sin el amparo de los fondos Next Generation. Aparte de los beneficios y ahorros que ya aporta esta tecnología por su propia naturaleza, existen también otros beneficios fiscales que se pueden conseguir al instalar paneles fotovoltaicos en nuestros tejados. Por ejemplo, muchos ayuntamientos conceden bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (por ejemplo en Madrid y Barcelona el 50% del IBI durante tres años). Y también hay deducciones de hasta el 60% en el IRP al mejorar la eficiencia energética de la vivienda. «Es más interesante trabajar en función de desgravaciones fiscales que no tensionar los servicios de las comunidades autónomas con la tramitación de subvenciones», asegura José Donoso.
Incluso ya existen servicios como la batería virtual que «permite que los excedentes que generan los paneles instalados en el chalet de la sierra o en una segunda residencia se puedan descontar de la factura de la primera residencia que está en la ciudad», dice Moral.
El 71% de la población vive en edificios, donde el autoconsumo colectivo es la opción
Pero no son pocos los desafíos para que el autoconsumo se desarrolle e implante en España con todo su esplendor. Hasta ahora casi todas las infraestructuras de autoconsumo están orientadas a nivel individual en las familias y en el sector industrial. Para uso doméstico se tramitan un número mayor de instalaciones pero con menor potencia (por debajo de 15kW). Y en la industria ocurre lo contrario: muchas menos infraestructuras pero de mayor potencia. Y en este segmento especialmente se desperdicia mucha electricidad renovable, como consta el informe de APPA Renovables. Las estimaciones de esta patronal matizan que se desaprovechan 1.642 GW de electricidad (un 18%) que son el excedente que no se consume y no se puede verter a la red. En total 131 millones de euros que se malgastan «por barreras regulatorias y técnicas que impiden el vertido», consta en el informe.
Edificio de viviendas
Lo que no parece despegar es el autoconsumo colectivo (o también llamado compartido), la única alternativa que tienen las comunidades de vecinos para beneficiarse de esta tecnología. Una opción con gran potencial si se tiene en cuenta que el 71,8% de la población española vive en edificios.
En este caso, un grupo de consumidores se alimenta de forma acordada de una instalación fotovoltaica que comparten y que está situada a menos de dos kilómetros de distancia. Pueden consumir la energía según se produce, almacenarla en baterías o verter los excedentes a la red eléctrica, de tal forma que luego es compensado a cada consumidor individualmente. Bajo esta fórmula pueden agruparse los propietarios de viviendas de un edificio o de una urbanización, las empresas de un polígono industrial o las tiendas de un centro comercial o los vecinos que se encuentran cerca de la instalación fotovoltaica que una compañía energética ha montado en el techo de una gasolinera.
«El autoconsumo colectivo es la forma que tienen los edificios de viviendas para aprovecharse de una energía limpia. Pero hay una dificultad social, porque en las comunidades de vecinos siempre hay problemas a la hora de ponerse de acuerdo. Además hay limitaciones desde el punto de vista regulatorio y retrasos con las distribuidoras», dice Donoso. La ley de propiedad horizontal ya permite que solo con el acuerdo de un tercio de los vecinos se pueda llevar a cabo la instalación de paneles fotovoltaicos en el edificio.
Pero si se solventa ese consenso social, legalizar una instalación de autoconsumo colectivo resulta más complejo que cuando se tramita a nivel individual. «Entregar la solicitud, evaluar la solicitud, revisar que se cumplen los requisitos, comprobar si se necesita permiso de acceso... Además, los consumidores tienen que tener un coeficiente de reparto y fijarlo en un documento. Cada consumidor tiene que entregar este documento a la distribuidora. En este proceso de tramitación en algún punto por un motivo u otro el proceso se bloquea dejando indefenso al solicitante», se queja Lucía Varela, directora de Autoconsumo y Comunidades Energéticas de UNEF. «Las distribuidoras tienen una avalancha y no responden en tiempo y forma a las legalizaciones. Así que la tramitación de estas instalaciones se complica», añade Jon Macías.
Un informe realizado por la Alianza por el Autoconsumo (formada por 70 organizaciones y empresas) recoge los problemas y trabas que se están encontrando los ciudadanos que quieren poner en marcha un autoconsumo colectivo. Y alude a «los continuos requerimientos técnicos-administrativos desproporcionados, innecesarios e injustificados para la puesta en marcha de instalaciones de autoconsumo que las compañías distribuidoras y algunas comercializadoras solicitan».
De hecho, para poner orden y agilizar el autoconsumo colectivo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha convocado una mesa de diálogo entre el sector y los agentes implicados y ha formado distintos grupos de trabajo.
La propia Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), la patronal de las distribuidoras, considera que, ante el gran despliegue del autoconsumo en los últimos años, «es imprescindible explorar todas las áreas de mejora que debemos abordar si queremos alcanzar los nuevos objetivos» que plantea el borrador del Pniec. Entre otras medidas, Aelec propone avanzar en la regulación de nuevos modelos de negocio que afloran a través del autoconsumo «como puede ser el autoconsumo colectivo con diversidad de contratos de suministro o el autoconsumo compartido a través de varias distribuidoras».
Además, la patronal cree necesario «simplificar la tramitación de la contratación del autoconsumo colectivo: debería bastar con que el distribuidor reciba una sola vez la documentación completa firmada por todos los autoconsumidores para que proceda a activar el autoconsumo de todos los autoconsumidores», explican desde esta organización.
Proceso complejo
Es reconocido por todos la complejidad que requiere ahora mismo legalizar una instalación colectiva para el autoconsumo. «En estos casos pueden participar hasta siete agentes» (como el consumidor, instalador, el ayuntamiento, la comunidad autónoma... por ejemplo), explican desde Endesa, cuya distribuidora (E-Distribución) cuenta con más de 250.000 suministros de autoconsumo activos en su red. «Y luego la regulación marca a las distribuidoras los criterios que deben seguir, la documentación que tienen que solicitar y los plazos en que deben actuar», apuntan.
Así cuentan desde la compañía cómo es este tedioso proceso: «Por ejemplo,la comunidad de propietarios tiene que aprobar la instalación de las placas en las zonas comunes y concretar qué vecinos participan en el autoconsumo colectivo. Después, se ha de contratar a un instalador para que coloque las placas y realice la instalación eléctrica, pedir a la distribuidora el permiso de acceso y conexión, pedir al ayuntamiento las licencias que correspondan, dirigirse a la comunidad autónoma para lograr el Certificado de Instalación Eléctrica (CIE) que legalice la instalación, gestionar con la distribuidora el Contrato Técnico de Acceso (CTA) y la inspección de la instalación. Finalmente, cada cliente debe enviar a través de su comercializadora el acuerdo de reparto de energía entre los vecinos y rellenar un chero TXT, según un formato definido por la CNMC, que no es fácil, con los coeficientes de reparto».
Desarrollo pendiente
Para hacer más fácil todo ese procedimiento, Endesa ha introducido una serie de mejoras y herramientas que permiten, por ejemplo. activar las instalaciones en menor tiempo, hacer un seguimiento en tiempo real de los trámites y ha puesto en marcha recursos para cumplimentar sin errores los documentos necesarios.
También la distribuidora de Iberdrola en España (i-DE) lleva a cabo acciones y medidas de flexibilización para facilitar el proceso de alta de instalaciones de autoconsumo que «es muy complejo», reconocen desde i-DE. «Intervienen muchos agentes y está altamente regulado. En particular en la tramitación del autoconsumo colectivo quedan aspectos pendientes de desarrollo, como son algunos ficheros de intercambio entre agentes, los cuales son imprescindibles para que la información fluya y se pueda finalizar la contratación», explican desde i-DE. Esta distribuidora cuenta con cerca de 200.000 autoconsumidores conectados a su red, de los cuales 8.000 son instalaciones de autoconsumo colectivo.
En 2023, la compañía ha conectado una media de 8.750 instalaciones al mes, cerca de 300 al día. «La conexión de autoconsumo colectivo ha ido aumentando a partir del cuarto trimestre de 2023, alcanzando meses donde las conexiones de colectivos han supuesto el 18%», aseguran.
Así, poco a poco se despejan los nubarrones que ahora cercan el avance del autoconsumo solar en España.
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