ESPECIAL SEMANA DE LA EDUCACIÓN
La asignatura aún a medio revalidar de los idiomas
El manejo de las lenguas extranjeras por los alumnos y los profesionales españoles ha ido mejorando, pero aún está lejos del nivel medio de nuestros vecinos europeos
España, a la cola de Europa en dominio del inglés

La enseñanza bilingüe ha crecido de manera exponencial en España en los últimos años. Más de un millón y medio de alumnos están escolarizados en programas bilingües en más de 7.500 centros educativos, y el nivel de competencia lingüística de los estudiantes ha mejorado notablemente en comparación con generaciones anteriores. Sin embargo, la gran pregunta sigue siendo: ¿es suficiente para alcanzar un dominio real del idioma y estar preparados para las demandas laborales actuales?
Si bien el manejo de idiomas sigue siendo una habilidad esencial en el ámbito profesional actual, por el contexto globalizado y las relaciones interculturales, uno de los mayores retos reside en comprobar si los estudiantes terminan su formación académica con un nivel adecuado para afrontar las exigencias del mercado laboral. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que, dependiendo de las opciones educativas elegidas –formación profesional, enseñanzas profesionales superiores o estudios universitarios–, la edad de ingresar al mercado laboral puede variar y por tanto, también afecta el tiempo disponible para desarrollar y perfeccionar estas habilidades lingüísticas.
El informe especial 'Los europeos y sus idiomas' del centro de análisis Funcas de 2023 revela que las diferencias en el dominio del inglés según el nivel educativo en España son notables. Solo el 14% de quienes han alcanzado la educación primaria hablan inglés, frente a más de dos tercios de quienes cuentan con estudios superiores. Entre los que han cursado un posgrado, la cifra supera el 80%, mientras que en la formación profesional el porcentaje se reduce al 42%. Estos datos también posicionan a España en una situación desfavorable dentro del contexto europeo. Aunque el bajo nivel de inglés entre universitarios ya es preocupante, la deficiente competencia lingüística entre quienes han cursado formación profesional representa un reto aún mayor.
Primera inmersión
La enseñanza bilingüe, implantada desde primaria por el sistema educativo, se basa en el principio de inmersión lingüística progresiva, lo que ha favorecido en una mejor adquisición del idioma. De hecho, según datos del Ministerio de Educación, el 86,2% de los alumnos de 3 a 6 años estudia una lengua extranjera, casi diez puntos más que hace una década. Factores como la formación del profesorado, la selección de asignaturas impartidas en el idioma y los recursos disponibles son determinantes para garantizar que el bilingüismo no sea solo un concepto atractivo sobre el papel, sino una realidad efectiva en la preparación de los alumnos. Los alumnos están cada vez más preparados ya que todos ellos mejoran su nivel de competencia lingüística, explica Xavier Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe. La pregunta está en si todos ellos alcanzan su máximo potencial. Y aquí la respuesta está en la calidad de los programas en los que estudian. «Al no existir ninguna evaluación nacional que demuestre los niveles que obtienen, aunque sabemos por la información que nos facilitan desde las universidades que los niveles de los alumnos que acceden van mejorando año a año, desconocemos cómo de preparados están y si todos cuentan con la misma preparación», asegura Gisbert.
Uno de los modelos más extendidos en España es el Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (Aicle), que consiste en impartir materias no lingüísticas (como ciencias, historia o matemáticas) en una lengua extranjera, generalmente inglés. Este enfoque busca facilitar el aprendizaje de contenidos a través de la inmersión, pero según señalan algunos expertos, este modelo tiene sus desafíos.
El inglés sigue siendo la lengua extranjera más demandada en ofertas de empleos con un 66,7%
Desde la Academia Cambridge House su directora de estudios, Penny Rollinson, explica que el bilingüismo en los niveles básicos de enseñanza ha ayudado en parte a mejorar el nivel de inglés porque escuchan más a diario, «pero también tiene un lado negativo y es que los niños tienen que aprender un vocabulario muy específico -por ejemplo en Ciencias- y a veces saben mejor los órganos internos en inglés que en castellano. Esto no es útil, y además puede generar dificultades en la comprensión profunda de los contenidos. Es mejor apostar por un vocabulario más básico y apropiado para mantener una conversación normal y saber expresarse». Además, la calidad del programa depende en gran medida de la formación del profesorado, la continuidad de las asignaturas en el idioma extranjero y los recursos disponibles en cada centro.
Internacionalización
Desde la UPM, el vicerrector de internacionalización, Luis Salgado comenta que, en su caso, al ser una universidad de corte tecnológico, al terminar el grado es necesario que los estudiantes cuenten con un nivel B2 en inglés. Eso significa que, aunque algunos estudiantes ya llegan con un buen nivel, otros necesitan desarrollarlo durante su estancia en la universidad, especialmente cuando gran cantidad de bibliografía y documentación que manejan es en inglés, lo que refuerza sus habilidades. Nos enfocamos en orientarlos hacia un desempeño más técnico y profesional, ofreciendo cursos de idiomas bajo demanda desde el Centro de Lenguas, no solo en inglés, sino también en otros idiomas –alemán, chino, francés–, según las necesidades e intereses personales de los estudiantes. En cuanto al mercado laboral, este tipo de competencias es clave tanto para la contratación como para el impacto que los profesionales pueden tener. «Muchas empresas tienen un carácter multinacional, por lo que buscan personas que puedan integrarse en contextos laborales multiculturales. Aquellos que han tenido la oportunidad de vivir experiencias internacionales durante su formación están mejor preparados para colaborar en equipos globales, lo que es muy valorado. Y saber más de un idioma siempre es un punto a favor de la contratación porque tiene más integrada esa diversidad cultural. Es aquí donde entra en juego el proyecto de internacionalización. «No se trata solo de dominar un idioma, ya que el lenguaje técnico se desarrolla con la práctica, sino de poder trabajar en contextos laborales multiculturales de manera integrada», afirma Salgado.
Esto se alinea con lo que potenciamos desde la universidad y que se promueve desde hace años desde Europa gracias a los programas de Erasmus: la movilidad de estudiantes para brindan experiencias que no solo son importantes a nivel académico, sino también a nivel personal por la mentalidad abierta que adquieren.
Desde la perspectiva de la orientación laboral, José Muñoz Seca, director sectorial de LHH RS / Grupo Adecco, confirma esta tendencia. Aunque depende mucho del sector y del rol a desempeñar, los idiomas se valoran muy positivamente y son un factor clave a la hora de elegir entre una candidatura u otra. Si tenemos en cuenta que el inglés sigue siendo la lengua imperante en el entorno profesional, el conocimiento de otros idiomas es un valor añadido por la importancia de sus mercados como puede ser el chino, el alemán, el francés o el portugués.
Más esfuerzo
A la academia siguen viniendo muchos adolescentes para mejorar su inglés porque en los colegios no tienen muchas oportunidades de hablarlo y practicarlo, continúa Penny Rollinson. Aquí, en grupos más pequeños, pueden hablar más y aprender habilidades más útiles para el mundo laboral, porque aunque muchos llegan con una base sólida, sigue habiendo carencias en habilidades clave como la conversación, la redacción de correos electrónicos o la expresión oral en contextos profesionales. «Los niños aprenden otro idioma más fácilmente pero a veces les faltan las ganas de aprenderlo mientras que en los jóvenes se ve más la necesidad de conocerlo para sus carreras profesionales y por lo tanto se esfuerzan más», defiende Rollinson.
Por eso, las academias de idiomas siguen siendo un recurso muy demandado por adolescentes y adultos que buscan perfeccionar su inglés. Además, los títulos oficiales como el First Certificate (B2) o el Advanced (C1) emitidas por Cambridge, el TOEFL, IELTS o el TOEIC son cada vez más solicitados para acceder a mejores oportunidades laborales.
En este sentido, contar con las certificaciones oficiales de cada una de las respectivas lenguas siempre es una manera de avalar y oficializar el nivel, indican desde Adecco. Estas generan altos niveles de credibilidad y siempre aportan valor, pero es importante resaltar que, es más importante demostrar fluidez durante las pruebas y conversaciones que estar en disposición de títulos oficiales.
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