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El alza del IVA de los refrescos solo reduce el consumo de los hogares más pobres

El nuevo IVA merma la ingesta, entre el 33% de los hogares más pobres, en 10,8 litros por hogar y año frente a un total previo de 83 litros, según Esade. Es decir, esto es una caída en el consumo del 13%

Entre los hogares menos pudientes con hijos, el efecto fue aún mayor, hasta una merma del consumo de 25 litros por hogar al año

El Gobierno tomó la decisión el año pasado de elevar el IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del 10 al 21%

El 'lobby saludable' arrincona al azúcar, el último veneno blanco

RAFA ALBARRÁN
Carlos Manso Chicote

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La decisión del Gobierno, a instancias del Ministerio de Consumo, de elevar el IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del 10 al 21% en 2021 con el objetivo de desincentivar el consumo de azúcar, provocó protestas en el sector remolachero español encabezado por la Junta de Castilla y León durante el año pasado . Lo que dio más de un dolor de cabeza al Ministerio de Agricultura. Pues bien, Esade ha publicado ya un primer análisis de los efectos de esta medida: el alza del impuesto reduce de forma relevante el consumo de los hogares más vulnerables, pero no logra disuadir a los más pudientes.

En concreto, según los investigadores del EsadeECPol- Center for Economic Policy, el nuevo IVA ha provocado un aumento del precio medio por litro de 12 céntimos. es decir, una subida del 9,6% del precio medio por litro. Lo que les lleva a concluir que, a pesar de que teóricamente el aumento de precios debería ser del 10% (suponiendo que el mismo se repercutiera por completo al consumidor), el 96% de la carga impositiva ha sido trasladada a los precios finales. La norma aprobada el año pasado, añaden estos expertos, no imponía recargarlo sobre el consumidor por lo que apuntan que ha sido una opción de los actores de mercado.

Vaya por delante que los hogares con menores recursos e hijos a cargo representaban una parte importante del consumo de refrescos antes de esta reforma. Si lo miramos desde el punto de vista del consumo, el informe destaca que esta subida de precios se cebó sobre las familias más vulnerables. De tal forma, que el 33% de hogares menos pudientes redujo su consumo en un 13% cuando la subida del IVA fue del 10%. O lo que es lo mismo, en 10,8 litros por hogar al año sobre un consumo total previo de 83 litros por hogar y año en 2020.

Esto se acentuó todavía más sobre los hogares más pobres con niños, cuya ingesta de bebidas azucaras y edulcoradas mermó en casi 25 litros mientras que los hogares más humildes sin hijos solo lo hizo en 6,3 litros.

Al respecto, el analista de EsadeEcPol Ángel Martínez, apunta que «los hogares de clase media y alta no redujeron su consumo de bebidas azucaradas y edulcoradas como consecuencia de la subida del IVA». En su opinión, estos hogares pasaron a tener «una mayor carga fiscal». Lo que ve «necesario» cuando se pretende corregir las consecuencias del consumo de ciertos productos.

Preguntado por si el impuesto ha cumplido el objetivo de reducción del consumo, Martínez ha reconocido que el nuevo IVA ha tenido «un efecto considerable en los hogares de menor nivel económico». Sin embargo, ha matizado, «en los dos tercios de hogares de medio y alto nivel económico no ha tenido su efecto deseado sobre la reducción del consumo». En su opinión, la subida de precios provocada por este cambio fiscal ha sido «muy limitada» y añade que la Organización Mundial del Comercio (OMS) recomienda que sea del 20% para mermar el consumo sobre los refrescos.

Respecto a las consecuencias sobre la recaudación, este analista explica que «sobre el total de la recaudación no es relevante, pero puede servir para financiar programas de gasto que tengan como objetivo reducir las tasas de obesidad». En cifras, explica, la recaudación de IVA en 2021 fue de 71.498 millones de euros y la AIRef «en el mejor de los casos y sin respuesta de los hogares ante el consumo» cree que recaudaría unos 280 millones de euros.

Menos patatas fritas

También hay una suerte de 'efecto contagio' sobre el consumo de productos complementarios como los snacks (sobre todo, patatas fritas) y otros relacionados con la confitería y el chocolate. En concreto, el 33% de hogares más pobres gastaron 5 euros por hogar y año menos en este tipo de productos (-10,5%). Es decir, las familias menos pudientes se habrían visto obligadas a reconfigurar sus cestas de la compra.

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