Los agujeros negros de la 'recuperación milagro' que vende el Gobierno
Los datos de crecimiento de los últimos trimestres esconden la pérdida de vigor de la economía española frente a sus competidores después de la pandemia
El país está estancado en PIB per cápita, productividad y horas trabajadas
La insuficiente aportación de los fondos europeos al crecimiento de España
Que no, que la economía no va como una moto
![La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/07/02/1467537552-R1Yd7CwI05DMnUIbiJhsy6K-1200x840@abc.jpg)
Una frase para una campaña. «España va como una moto». El presidente del Gobierno y candidato socialista a renovar esa responsabilidad, Pedro Sánchez, ha decidido sacar lustre a la gestión económica de su gabinete y reformular el recordado «España va bien» de José María ... Aznar, a horcajadas de un puñado de indicadores coyunturales que sobre el papel situarían a la economía española a la vanguardia europea en lo referente a crecimiento económico y creación de empleo.
El relato gubernamental se sustenta en las favorables previsiones de crecimiento para este año (2,1%, según el Gobierno; 1,9%, según la Comisión Europea), que aún en el peor de los casos prevén que duplique la media del crecimiento europeo; y en el récord histórico de ocupados que muestran las estadísticas oficiales de empleo, así como la recaudación sin precedentes.
Se trata, sin embargo, de una foto radicalmente parcial. El balance para la economía española de los cinco años de gabinete Sánchez a la luz de las grandes cifras macro ofrece más motivos para la inquietud que para el entusiasmo. De forma particular cuando se pone en comparación con nuestro contexto más inmediato, el de la UE, un espacio que ha sufrido con similar intensidad los embates de la pandemia, la espiral inflacionista y el intento de invasión rusa de Ucrania a los que tanto se refiere el presidente del Gobierno en los últimos meses.
Otro tren que se escapa
La última actualización de proyecciones económicas del Banco de España expuso la realidad del crecimiento económico doméstico en su verdadera magnitud. Por una parte revisó nada menos que siete décimas al alza su previsión de crecimiento del PIB español para 2023, del 1,6% al 2,3%, en sintonía como lo que definió como un comportamiento sensiblemente mejor al esperado tanto a finales de 2022 como a principios de 2023, un periodo para el que los analistas auguraban una posible recesión técnica hace ahora un año. Por otro, ratificó que ese impulso renovado sería del todo insuficiente para cerrar la brecha de crecimiento con Europa que se abrió con la pandemia y que según las estimaciones del prestigioso equipo de analistas del Banco de España no se cerrará como poco de aquí a 2026.
El Gobierno ha puesto el foco en que la reactivación económica de los últimos trimestres ha permitido ya cerrar la lacerante brecha que separaba al PIB español de sus niveles previos a la pandemia. No ha puesto tanto énfasis en el hecho de que España es la penúltima economía de la UE en lograrlo -aunque Alemania, castigada de forma especialmente intensa por la guerra en Ucrania, ha vuelto a caer por debajo de ese umbral- ni en que seguimos lejos del crecimiento medio de la UE desde que apareció el Covid.
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/06/indice-volumen-encadenado/indice-volumen-encadenado-desktop.png?v=1688135114411)
PIB real
Índice de volumen encadenado
Área del euro
Junio 2023
España
Marzo 2023
España
Junio 2023
110
105
IV TR 2019 = 100
100
95
90
85
80
75
IV TR
2019
IV TR
2020
IV TR
2021
IV TR
2022
IV TR
2023
IV TR
2024
IV TR
2025
Fuente: Eurostat / ABC
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/06/indice-volumen-encadenado/indice-volumen-encadenado-movil.png?v=1688135114850)
PIB real
Índice de volumen encadenado
Área del euro
Junio 2023
España
Marzo 2023
España
Junio 2023
110
105
IV TR 2019 = 100
100
95
90
85
80
75
IV TR
2019
IV TR
2020
IV TR
2021
IV TR
2022
IV TR
2023
IV TR
2024
IV TR
2025
Fuente: Eurostat / ABC
Para la analista senior de Funcas, María Jesús Fernández, esta situación lejos de ser circunstancial revela las cicatrices que la pandemia dejó en la economía española y más en concreto en las economías domésticas. «España por la especial configuración de su economía, muy dependiente de los servicios a personas, sufrió más la pandemia y ha tardado más en recuperarse. Ahora, el turismo ya ha recuperado los niveles de 2019, pero la principal brecha con Europa viene del consumo privado, que está todavía un 5% por debajo del nivel de 2019».
Parón en el bienestar
Una de las posibles explicaciones a esa brecha de consumo privado con Europa puede venir del estancamiento en los niveles de bienestar de los españoles. Los últimos datos sobre PIB per cápita proporcionados por Eurostat no solo retrataban la distancia sideral que separa a España de los principales países de la UE en este indicador sino que revelaba un fuerte estancamiento en los niveles previos ya no a la pandemia sino a la gran crisis financiera, cuando Zapatero ambicionaba el 'sorpasso' a Italia y la equiparación con los niveles de Alemania.
Los información de la oficina estadística europea, Eurostat, revela que la renta per cápita española se situó en 2022 en 24.590 euros, sensiblemente por debajo de los 27.860 euros de Italia, los 33.230 euros de Francia o los 35.860 euros de Alemania. La brecha en este campo con la media europea lejos de acortarse se ha ensanchado.
No ha ayudado que entre 2021 y 2022 la evolución de los salarios en España haya estado a la cola de los países europeos según los datos proporcionados por Eurostat, que atribuye a España una subida media del 3% en el periodo mientras las retribuciones medias en Europa lo hicieron al 4%.
La evolución de los salarios no deja de ser la otra cara de la moneda del estancamiento de la productividad, uno de los problemas endémicos de la economía que la fuerte generación de ocupados no solo no ha resuelto sino que ha agravado. Lo que dicen los datos es que se trabajan más o menos las mismas horas que antes de la pandemia, pero con un millón y pico más de ocupados, un cambio de paradigma bueno para las estadísticas de empleo, pero parece que no tanto para la productividad de la economía española.
La reflexión es que la baja productividad contiene las alzas de salarios de las empresas y lastra el consumo de los hogares, en una espiral no resuelta, pese a los mensajes sobre la mejora de la calidad de los empleos, y que amenaza con condicionar el crecimiento de la economía española.
Así lo advierte el director del servicio de estudios de la Cámara de España, Raúl Mínguez. «El sector exterior ha sido el que ha impulsado el desempeño de la economía en los últimos trimestres, pero ya hay un cierto agotamiento de la capacidad de nuestra presencia en los mercados internacionales para generar crecimiento. A partir d ahora el consumo interno tomará el relevo y será el que determine el crecimiento de la economía, y hay que recordar que es una variable que está muy influida por la política monetaria de cada momento».
Incertidumbre a futuro
Los analistas vienen advirtiendo de que la transmisión de las subidas de los tipos de interés a la economía real está siendo aún muy parcial y que será a partir del segundo semestre y el año que viene cuando impacte en toda su magnitud, elevando el coste de la financiación de los agentes económicos y, probablemente, maniatando la actividad económica doméstica.
A España esta situación le coge con el consumo privado deprimido por la inflación, la contención salarial y el agotamiento del ahorro acumuladas en la pandemia, y la inversión empresarial abúlica pese a la inyección de recursos de los fondos europeos. Es aquí donde emerge el otro lastre acumulado este lustro: la crecida de la deuda pública y la mochila de déficit, que unida a la reinstauración de las reglas fiscales restringirá de manera importante el margen del sector público para tirar del carro.
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