Grecia vuelve a poner en jaque a la eurozona
Caída generalizada en las bolsas del Viejo Continente; el Ibex, el índice más castigado, retrocede un 2%
Standard & Poor's ha rebajado en dos escalones el «rating» de la deuda a largo plazo de Grecia, desde «BB-» a «B», una suerte de suspenso en toda regla. O lo que es lo mismo, una inversión a todas luces desaconsejable. Por si fuese poco, no descarta un mayor agravio en los próximos meses. La agencia ha recordado que ya en marzo avisó de que podría rebajar la nota del país si su comportamiento fiscal era peor de lo esperado. Efectivamente, Grecia no cumplió en 2010 con sus objetivos de ajuste y su vuelta a los mercados se complica. Pero la decisión final de la agencia de calificación crediticia se sostiene en un pilar: las dudas que sobre el futuro de la economía helena han ido apareciendo a los largo de los últimos días y que el pasado fin de semana han despertado, de nuevo, todas las alarma de la eurozona.
Todo empezó el pasado viernes como un rumor. El semanario alemán «Der Spiegel» aseguraba que Grecia no podía seguir adelante y que estaría pensando en abandonar el euro. Los líderes de la Unión Europea, uno a uno pero al únisono, lo desmintieron a lo largo de la tarde. Aunque esa misma noche se celebró en Luxemburgo una reunión cuasi secreta entre el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia, España, Luxemburgo y del propio propio país heleno. Se habló de la sucesión de Jean Claude Trichet en el Banco Central Europeo y del inminente rescate a Portugal. Ahora ya se da por hecho que el futuro de Grecia también estuvo sobre la mesa: sólo una año después de recibir ayuda externa por 110.000 millones de euros, esta no ha sido suficiente. La economía griega podría necesitar entre 20.000 y 30.000 millones más para afrontar sus compromisos de cara a 2012. Esto es, Grecia estaría al borde de ser rescatada de nuevo.
Falta de consenso
S&P explica en un comunicado que su rebaja del «rating» griego refleja la creciente opinión entre los principales acreedores de la zona euro de que será necesario ampliar el vencimiento del pago de la deuda correspondiente a los préstamos bilaterales por valor de 80.000 millones de euros otorgados en mayo de 2010 al país por la Comisión Europea. Asimismo, la agencia cree que, como parte de esta ampliación, los gobiernos acreedores de la eurozona buscarán probablemente un «trato comparable» al de los acreedores comerciales en el sentido de que se amplíe de forma similar el vencimiento de sus bonos y sus préstamos.
En este contexto, la agencia baraja como «mejor opción» una reestructuración de la deuda griega, tanto de la comercial como de la correspondiente a las ayudas de sus socios europeos. Eso sí, con una quita que los expertos de S&P sugieren podría ser del 50%.
Pero cualquier solución se antoja complicada por las discrepancias de los socios comunitarios de cara a lanzar un segundo salvavidas a Grecia en un año. Reino Unido ya ha manifestado su negativa. Y Finlandia, por ejemplo, está meditando si ayudar o no a Portugal. Alemania y Francia, por su parte, son los dos países que encabezarán el «sí» a reflotar, otra vez, a Atenas. Quizá por lo que se juegan: sus bancos son los más expuestos a la deuda griega.
Los mercados, nerviosos
En medio de esa maraña de las dudas, las discrepancias y las declaraciones de las autoridades, los mercados actúan ya como suelen hacerlo: registrando los temores, más o menos infundados, de los inversores. Todas las bolsas del Viejo Continente han abierto a la baja; el parqué peor parado ha sido el madrileño, que a media tarde se ha dejado ya un 2%, en buena parte por el peso de la banca en el Ibex. También sufren el riesgo país de los periféricos de la zona euro: el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán —referente de solvencia—, se mueve ya en torno a los 217 puntos básicos. Y el euro acelera su caída: está ya por debajo de los 1,43 dólares.
Ver comentarios