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Turquía dice SÍ a la nuclear pese a los riesgos sísmicos

Según los geólogos, más del 90 % del territorio turco es proclive a sufrir un terremoto, al estar situado en la confluencia entre la placa euroasiática y la placa iránica

Turquía dice SÍ a la nuclear pese a los riesgos sísmicos AFP

Daniel Iriarte

La semana pasada, el ministro de Energía turco, Taner Yildiz , anunció que las negociaciones en curso con Japón para la construcción de una planta nuclear «se habían visto afectadas negativamente tras el terremoto de magnitud 9 y el tsunami» que asoló aquel país en marzo, y que afectó al complejo de Fukushima. Una manera suave de decir que habían sido suspendidas: Turquía ya no se fía de los japoneses, hasta ahora uno de los socios favoritos para impulsar su programa nuclear civil.

Eso no quiere decir que lo hayan cancelado. Todo lo contrario: « El terremoto de Japón no afectará a nuestros planes de construir dos centrales nucleares », declaró Yildiz dos días después del desastre. «Debemos aprender de las lecciones de la tragedia de Japón, y trabajamos en este sentido», aseguró entonces. Por ahora no parece haber cambiado de idea.

Dos futuras centrales nucleares

El gobierno turco aspira a la construcción de dos centrales nucleares en 2013 , que se espera estén operativas en cinco años , con un coste de unos 20.000 millones de dólares cada una y con una vida útil de 60 años . Para la primera cuenta con el apoyo de Rusia , cuya compañía de energía nuclear AtomStroyExport se hará cargo de la construcción de la planta de Akkuyu, en el puerto mediterráneo de Mersin.

La segunda está planeada en el puerto de Sinop, en el Mar Negro (precisamente la que iba a construir Tepco, la compañía japonesa responsable de Fukushima 1), y se espera que para 2023 sean ya tres las plantas en funcionamiento . La última podría ser instalada en la región de Tracia, lo que ha cabreado a los vecinos búlgaros.

Turquía importa entre el 70% y el 72% de la energía que consume. Dado que el país creció más de un 8% en 2010 y las expectativas son que este año lo siga haciendo a más de un 4%, el Ministerio de Energía calcula que el incremento de la demanda energética será anualmente de unos 4 o 5.000 megawatios. En los últimos cincuenta años, los sucesivos gobiernos han intentado iniciar un programa de energía nuclear en cuatro ocasiones, sin conseguirlo. Hasta ahora.

Turquía, zona de riesgo sísmico

Por supuesto, no todos en Turquía están de acuerdo con la idea. Primero, porque el país ya experimentó de primera mano lo que significa un desastre nuclear cuando, en 1986, les llegaron las cenizas radiactivas de la no tan lejana Chernobyl (en aquella época, el presidente golpista Kenan Evren aseguró a la opinión pública turca que «la radiactividad es buena para los huesos»). Y segundo, porque el país está en una de las zonas con más riesgo sísmico del planeta.

Según los geólogos, más del 90 % del territorio turco es proclive a sufrir un terremoto , al estar situado en la confluencia entre la placa euroasiática y la placa iránica (algunos expertos indican que también la arábiga y la africana pueden llegar a afectar). En Estambul, los movimientos sísmicos de pequeña escala son más que frecuentes, y desde el siglo IV d.C. se han registrado quince grandes seísmos. Las autoridades esperan un gran seísmo , tal vez de 7 u 8 en la escala Richter , con epicentro en el mar de Mármara, en los próximos años.

«Es inevitable, una certeza. Sabemos la escala. Sabemos el lugar. No sabemos exactamente cuanto, pero hay un 65% de probabilidades de que haya ocurrido para 2030 », explica el profesor Okan Tuysuz, director del Instituto Eurasia de Ciencias de la Tierra de la Universidad Técnica de Estambul. En 1999 , un terremoto de magnitud 7’6 en la vecina Izmit acabó con la vida de casi 20.000 personas . Desde entonces se ha multiplicado el número de investigaciones geológicas en este país, hasta entonces prácticamente inexistentes.

«No podemos decir que no habrá un terremoto, claro que puede haberlo, y nuestro país está en una zona sísmica», ha dicho el primer ministro, Recep Tayyip Erdogán. «Claro que todas las inversiones pueden tener resultados negativos, pero no puedes dejar de invertir sólo porque pueda haberlos. Estamos tomando todas las precauciones», afirmó.

Las autoridades turcas aseguran haber exigido garantías de máxima seguridad a los constructores rusos para la central de Akkuyu. «Fabricaremos un edificio (que aloje la planta nuclear) de lo más fuerte y resistente. Turquía no ha experimentado nunca un terremoto de magnitud 9, pero construiremos la planta de Akkuyu para que pueda soportarlo », afirmó hace unos días el ministro Yildiz, quien aseguró que los reactores de Fukushima estaban obsoletos, mientras que en el nuevo proyecto se utilizará únicamente tecnología de última generación. «No iremos a por lo más barato», declaró.

El ministro Yildiz justifica el proyecto

Pero abundan las voces críticas, tanto dentro como fuera del país. «Lo ocurrido en Japón muestra que la energía nuclear nunca puede ser totalmente segura» , dice Pinak Aksogan, de Greenpeace Turquía. «Hay tres razones por los que las plantas nucleares son siempre vulnerables: desastres naturales, errores humanos, y fallos de construcción. Estas cosas nunca pueden evitarse. Así que la insistencia de Turquía es totalmente ilógica», asegura. Tras el desastre de Fukushima, 20.000 personas firmaron la campaña antinuclear de la sección turca de esta organización en los dos primeros días.

De modo que el ministro Yildiz está haciendo todo tipo de piruetas dialécticas para justificar el proyecto . «Las enfermedades coronarias reducen la esperanza de vida en 2.100 días, fumar en 2,3 años, la pobreza en 700 días y el alcohol en 130 días», dijo recientemente en una entrevista, mientras que «la gente que reside cerca de una central nuclear sólo vive de media 43 minutos menos que alguien que no lo hace» , aseguró, sin explicar de dónde había sacado dichas estadísticas. En cambio, «la esperanza de vida de un soltero es seis años menor que la de alguien casado», lo que, según el ministro, implica que los efectos sobre la salud de una planta nuclear son muy inferiores al peligro de quedarse soltero. Con o sin terremotos.

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