Sánchez fracasa en la gestión y las empresas reciben menos del 7% de los fondos europeos
El tejido productivo percibe unos 1.500 millones de los 22.800 millones que el el Ejecutivo dice que tiene autorizado
La banca traslada a Calviño su preocupación por el fiasco y avisa que esto no despegará hasta después de verano

La gestión de los fondos europeos es el claro ejemplo de que la Administración más que facilitar, lo lía todo. En España hay dinero autorizado, comprometido, reconocido, pagado... pero nadie en el Gobierno de Pedro Sánchez sabe cuánto ha llegado ya a las ... empresas y la economía real. O al menos no lo comunican . No existe una cifra oficial de fondos efectivamente ejecutados, de gasto final, y ello empuja a analistas y empresarios a realizar sus propios cálculos con la información disponible, que es bastante raquítica.
La conclusión que ha obtenido ABC por varias fuentes distintas es que al tejido productivo apenas han llegado entre 1.300 -cálculo realizado por el Instituto de Estudios Económicos - y 1.500 millones de euros -estimación procedente de fuentes empresariales-. Sea como fuere, la foto no sale favorable para el Ejecutivo. En los Presupuestos Generales del Estado de 2021 se incluyó una previsión de gastar unos 24.200 millones de los fondos; las cantidades averiguadas por este periódico señalan que solo ha llegado a la economía entre el 5,4% y el 6% de esa cantidad. Utilizando la jerga del Gobierno , el panorama no cambia apenas. Se han autorizado -un término utilizado por la Administración- unos 22.800 millones de euros de gasto; la cantidad que ha llegado a la economía apenas supone entre el 5,7% y el 6,6% de ello.
La única manera de acercarse a un dato oficial sobre ejecución real de los fondos son los 104 millones que figuran en un informe de agosto de 2021 de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), dependiente del Ministerio de Hacienda . En los informes de los siguientes meses -solamente hay disponible hasta noviembre- desaparece la referencia a los datos reales de gasto final . Y ni siquiera ese dato sirve para cuantificar lo que ha llegado al tejido productivo ya que en ese epígrafe de agosto de 104 millones euros también se incluye lo destinado a «unidades públicas», otro concepto difuso.
«Moderado» impacto en 2021
Así las cosas, un reciente informe de EY Insights señala que 2021 se cerró con un impacto «modesto» de los fondos europeos en la economía (el Banco de España lo estima en solo tres décimas de PIB ), y que solo se había acelerado ligeramente el proceso en las últimas semanas del año. Asimismo, el documento tira de las orejas al Gobierno por dar a entender en ocasiones que cuando habla de ‘pagos’ se traduce en ejecución, cuando no es así, ya que dentro de los ‘pagos’ están las transferencias a las comunidades autónomas (11.000 millones), y eso de por sí no tiene impacto económico.
¿Qué es lo que está ocurriendo con los fondos? Que no llegan a la economía real, al tejido productivo, y la preocupación de que España está perdiendo el tren de la transformación está instalada ya en las empresas. La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa , alertó hace escasos días de que se necesitan agilizar los procesos y eliminar las trabas burocráticas. Además, reclamó transparencia y fiscalización en la gestión de las partidas.
La banquera fue muy clara en términos genéricos. Y yendo al detalle el problema es todavía mayor. Las entidades financieras, que conocen al dedillo a sus clientes, aseguran que las empresas están preocupadas sobre cómo se está desarrollando todo lo relacionado con los fondos UE .
Fuentes bancarias explican que los problemas son muchos y se los han transmitido al Gobierno , tanto de manera individual como a través de las patronales del sector, para que solucionen el atasco, el desánimo y se empiece a funcionar. «No veremos que esto arranque hasta después del verano», vaticinan esas mismas fuentes, en contacto permanente con el tejido productivo.

En la banca se quejan de que las reglas del juego sobre los fondos no están claras, que la burocracia es enorme y que el Gobierno lo intenta controlar tanto todo desde La Moncloa que está poniendo en riesgo el éxito del efecto transformador del dinero.
«Hay un problema de expectativa y realidad. Está muy bien, llegarán 70.000 millones de fondos, pero luego el dinero no llega a las empresas , las reglas no están claras y acabas sin saber qué pasa», comentan. Por ejemplo, en la banca lamentan que están saliendo multitud de líneas muy pequeñas de 10, 20 o 30 millones que no tienen un objetivo claro. Está todo tan atomizado que las compañías no entienden que haya una estructura ni estrategia.
Retraso de inversiones
Asimismo, se está dando el problema de que solo se está concediendo apenas diez días en algunos casos para optar a una ayuda o licitación. Con ese margen de maniobra, a veces ni siquiera las grandes empresas pueden optar. «Las empresas, incluso las pymes, quieren invertir y están pendientes de la línea que les venga bien, a ver cuándo sale. Pero nunca sale... y terminan retrasando las inversiones porque tienen la expectativa de que llegarán los fondos», comentan fuentes bancarias.
En el sector financiero conocen de primera mano los problemas, ya que todas las entidades tienen equipos específicos para fondos europeos. Incluso ellos se topan con el muro del Gobierno, que promete un proyecto pero luego termina siendo otro o acaba llegando tarde (como ejemplo citan el llamado Kit Digital ). Y en la banca no dudan en hablar de desánimo en las pymes, y desconocimiento sobre el plan de recuperación. A todo ello, además, se une que el Gobierno ha orillado al sector financiero para que no tenga ningún papel relevante en los fondos europeos, lo cual no ha sentado bien en el gremio.
Del lado empresarial las cosas no están mejor. Fuentes empresariales se quejan de la lentitud y de la opacidad con la que se están gestionando las partidas que llegan de Europa . Se llevan las manos a la cabeza al relatar cómo de los 24.200 millones presupuestados el pasado ejercicio finalmente sólo autorizaron, a cierre de 2021, 22.100 millones, de forma que más de 2.000 millones no se han utilizado y han sido incluidos como remanente para este ejercicio en la Ley de Presupuestos . ¿La justificación del Gobierno cuál ha sido? Estas mismas fuentes relatan que el Ejecutivo «no ha tenido tiempo» para hacer llegar 2.000 millones a la economía. Una ineficaz gestión, unida a falta de personal está detrás del fiasco en la gestión.
Los temores que tienen ahora las empresas es que se produzca una fuga de inversiones a países vecinos que están siendo más eficientes en la gestión. Así lo aseguró la CEOE en su primer informe de seguimiento de los fondos, en el que avisaba de que una administración más eficaz en países como Francia , donde en el mes de agosto ya se habían desembolsado el 30% de los recursos del plan, Italia o Portugal podría provocar una fuga de inversores hacia países más eficaces.
La confusión y las críticas aumentan entre las grandes empresas cuando se habla de los Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) . Los proyectos se presentaron a bombo y platillo como la gran esperanza, pero hoy no existen convocatorias en los tres previstos: vehículo eléctrico y conectado, salud de vanguardia y energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.
Las entregas del ‘maná europeo’ vienen condicionadas a cómo se hayan empleado los fondos. España ha recibido ya 19.000 millones y una vez analizados los deberes, nuestro país seguirá recibiendo remesas. Entre 2021 y 2023 está prevista la recepción de casi el 80% de las transferencias previstas , un ingente caudal que irá acompañado de otros 38.000 millones en concepto de fondos estructurales europeos.
La magnitud del volumen de ayudas preparadas por la UE , que multiplican por cuatro las inyectadas el último lustro, y los problemas mostrados en España para asumir la última hornada de fondos comunitarios generan desconfianza respecto a la capacidad de digestión del dinero. Escuelas de negocios como Esade ya han situado a España a la cola de países en capacidad para certificar los fondos europeos recibidos para llevar a cabo sus propios proyectos. Recuerda que a finales de 2019 apenas se habían validado proyectos por un importe equivalente al 35% de los fondos solicitados. Y se pregunta: «Si gestionar 56.000 millones en siete años está generando tantos retrasos y, al parecer, incapacidad, ¿qué pasará con una cantidad cuatro veces mayor y para un periodo similar?».
El riesgo de la ejecución
Con la inyección que supondrá el plan de recuperación , Gobierno y empresas se enfrentan a un reto descomunal, dado que han de ser capaces de poner en marcha miles de proyectos para evitar que una parte del dinero quede sin ejecutarse. Que estos recursos llegue a pymes y autónomos , con menos recursos para preparar los proyectos, es ahora un gran foco de preocupación teniendo en cuenta la situación tan delicada por la que atraviesa el tejido productivo en España por la pandemia.
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