¿Qué salidas le quedan a España?
1- Acelerar las reformas
Los inversores rehuyen la deuda española porque consideran que las reformas emprendidas por el Gobierno son insuficientes o están por terminar. Según los expertos, deben realizarse nuevas medidas de ajuste fiscal —como la implementación de un techo de gasto autonómico—, así como culminar la reforma financiera, de la cual «aún queda por delante un importante trabajo de saneamiento y reestructuración de entidades». Además, resulta necesaria una adaptación de la reforma laboral —un año después de su aprobación no ha creado empleo— así como de la negociación colectiva, cuya reforma, hace apenas un mes, «no fomenta el empleo ni la recuperación económica».
2- Adelanto electoral
No son pocos los que consideran que el 20-N es demasiado tarde. Las vacaciones parlamentarias, en agosto, y la disolución de las Cortes, el 27 de septiembre, deja —descontando festivos— apenas 19 días a sus señorías para terminar los compromisos pendientes. Según Cristóbal Montoro, portavoz económico del PP, «deberían haberse convocado elecciones en septiembre; hay tiempo de sobra».
3- Apresurar las medidas del Eurogrupo
En su última cumbre (21 de julio), los ministros de economía de la eurozona acordaron flexibilizar el Fondo de Rescate Europeo, facilitando que compre deuda de países con problemas, algo «clave» para acabar con sus dificultades de financiación. No obstante, este mecanismo debe ser aprobado por los parlamentos nacionales de los países del euro, algo que llevaría de tres a cuatro meses.
4- Solicitar el rescate
Sería poco deseable porque, a cambio, supondría medidas de ajuste más duras. Consistiría en prestarnos dinero a un interés más bajo del que se paga en los mercados para colocar deuda, o bien facilitarnos el acceso a una línea de crédito especial.
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