El año de la recuperación que no termina de llegar para España
El Gobierno lo fía todo en 2022 al efecto de los fondos UE, y los expertos advierten de los problemas de ejecución
La presión fiscal, las cuentas públicas y la desconfianza del consumo son las preocupaciones de los economistas
Las apariencias engañan, que se dice, pero en esta ocasión no sucede así. La economía española parece que no despega como esperaba el Gobierno ... y la apariencia es también una realidad constatada por todas las instituciones y casas de análisis . Nuestro país ... cayó más que el resto de Europa a causa de la crisis del Covid-19 y mientras el resto de grandes Estados miembros recuperan ya su nivel de PIB prepandemia , en España habrá que esperar aún a 2023. El Ejecutivo vuelve a estimar que este ejercicio será el definitivo para la recuperación total, y los economistas no hacen más que dudar de que eso vaya a convertirse en verdad. Las incertidumbres y amenazas están en su pico.
El consenso de los analistas del panel de Funcas estima que en 2021 se creció en torno al 4,8% , frente al 6,5% que esperaba el Gobierno. Para 2022, el Ejecutivo calcula un alza del 7% y el consenso habla del 5,7%. Las diferencias son enormes, y el único que mantiene el optimismo está sentado en La Moncloa.
Las razones de que el rebote español no cumpla las expectativas no obedecen a un solo factor. Son casi una tormenta perfecta: debilidad del consumo, inflación , cuellos de botella, encarecimiento de materias primas, nuevas variantes del virus, lentitud con los fondos europeos... Todo suma, o más bien resta en este caso, para que España no alcance cifras pre-Covid hasta 2023, retrasándose un año la recuperación respecto a lo que se auguraba hace apenas unos meses. Así, varios de los grandes economistas de nuestro país, reunidos en un documento de trabajo de EY Insights titulado ‘España 2022. Un año por delante ’, dan cuenta de que los riesgos no son aislados.
![El año de la recuperación que no termina de llegar para España](https://s3.abcstatics.com/media/economia/2022/01/09/evolucion-economia-espanola--510x950.jpg)
Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, lanza la voz de alarma sobre el triunfalismo del Ejecutivo: «Los cálculos del Gobierno se basan en un escenario de robusto crecimiento del PIB que, a la luz de las últimas previsiones (...), parece un tanto optimista». Entre sus principales preocupaciones, si no la primera, están las cuentas públicas. «España terminaría 2022 con una posición fiscal complicada que exigiría un plan serio de consolidación en ejercicios posteriores», alerta De la Fuente. Y esto después de que en 2020 el déficit español cerrara en un histórico 11%, igual que la deuda pública en el 120% del PIB. El desfase en las cuentas en el primer año de pandemia fue de récord, y en 2021 se estima que el déficit se moderó al 7,5% según el Banco de España, mientras que la deuda continuó estancada en máximos, 120,4%.
Para 2022, el déficit quedaría en el 4,8% del PIB según el supervisor bancario, y la deuda en el 115,7% . Unos datos que, para De la Fuente, obligan a pensar en un plan para atajar el problema, como también exigen el Banco de España y la Airef y ante lo que el Ejecutivo se resiste. Este último experto advierte también del incremento que se verá este año y siguientes en la presión fiscal, más teniendo en cuenta que en febrero se presenta el informe para la reforma fiscal encargado por el Gobierno . Más impuestos para castigar a las empresas, como denuncian los empresarios y expertos, cuando la recuperación sigue amenazada.
Inflación y suministros
Como condicionante de las cuentas públicas y el PIB español aparecen como grandes riesgos la inflación y los cuellos de botella en las cadenas de suministro. Sobre ello advierte Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que sostiene que ambos factores seguirán marcando con fuerza 2022 . A su juicio, el «gran atasco», especialmente en el caso de los componentes tecnológicos, tiene una solución «incierta». «Es todavía pronto para presagiar una resorción de los cuellos de botella o una inversión de la espiral de costes energéticos», estos últimos culpables de la mayor inflación en tres décadas.
Es por ello que «la persistencia de fuertes tensiones en los costes aboga por una priorización en el despliegue de los fondos europeos», resalta Torres, dado también el impacto negativo que todo ello tiene sobre la economía. Los expertos no esperan cierta solución en los cuellos de botella y la inflación hasta al menos primavera, y hay quien augura problemas incluso hasta 2023.
Una tesis similar mantiene Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, quien añade las variantes del virus como amenaza creciente: «El reciente agravamiento de la pandemia, con la propagación de las nuevas variantes, podría ser un lastre más persistente para el crecimiento. Asimismo, la senda futura de los precios de la energía y el ritmo de resolución de los cuellos de botella en la oferta constituyen riesgos para la recuperación y para las perspectivas de inflación».
Ante esta situación, los expertos ponen fe en los fondos europeos. Pero no más fe que el Gobierno, que lo fía todo al impulso que le darán a la economía; CEOE, por su parte, ha advertido recientemente sobre la lentitud de ejecución. Igual que constatan los economistas, como Raymond Torres y Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, sobre el fracaso de ejecución que han supuesto en 2021. «Todavía vamos retrasados con los fondos UE. Deberían ir de menos a más para tomar una velocidad de crucero, aunque los inicios han sido lentos», defiende Torres.
Apoyo empresarial
Pese a todo, Coronil destaca que los fondos europeos no son la panacea para la economía española. «España debería poner el foco en que tenemos que ser un nuevo país de atracción de inversión y aprovechar la fortaleza y los conocimientos de los sectores industrial y de servicios. Hay que dar un paso más allá de los fondos, con reformas estructurales y apostar por crear tejido empresarial », afirma. Ello pasa, a su juicio, por crear un marco regulatorio, fiscal y laboral competitivo que favorezca a las empresas. «Para ello es necesario menor presión fiscal», añade.
Mercedes Pizarro, directora de Economía del Círculo de Empresarios, coincide con los riesgos que constatan sus colegas economistas y llama también a generar «un entorno económico y social que evite barreras y ruidos innecesarios». «Un entorno que propicie la actividad económica, el desarrollo empresarial, siente unas bases sólidas para transformar el modelo productivo y favorezca la necesaria puesta en marcha de reformas estructurales vitales para nuestras empresas y el conjunto de la economía española», destaca.
Todo ello en un escenario en el que el consumo tampoco termina de despegar. Así lo atestiguan los dos últimos trimestres de PIB conocidos (segundo y tercero de 2021). Sí que se ha ido liberando parte de la demanda embalsada, pero sigue estando al ralentí, lastrando la recuperación. De hecho, como señala Coronil, el excesivo ruido político y los factores como los cuellos de botella, la inflación y el aumento de la presión fisca l no ayudan, sino todo lo contrario.
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