Grecia, peor que al principio

La posibilidad de que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional tengan que acudir de nuevo al rescate de Grecia, ahora que se cumple un año del primer auxilio que le concedieron por 110.000 millones, pone en serias dudas la eficacia de los rescates financieros en la eurozona.

El error es que en mayo de 2010 se pecó de optimismo al pensar que con la línea de préstamos concedida, Grecia ganaba tiempo para «poner en orden la casa», o lo que es lo mismo, reducir el déficit, la deuda, reducir el fraude fiscal y hacer reformas estructurales. Pasado ese tiempo, que se calculaba podría ser en 2012, se contaba con que Grecia podría volver a financiarse en los mercados de capitales, tal y como hacen el resto de países.

Sin embargo, los pronósticos no se han cumplido ya que lo único que ha conseguido el país heleno hasta ahora es rebajar un 5% el déficit público en un año, fruto de un draconiano plan de ajuste. La deuda pública, por contra, ha pasado del 112% del PIB al 150%. Todo este cóctel de factores ha hecho que los inversores vean casi imposible que Grecia pueda captar en el mercado los 30.000 millones que necesita para completar los créditos que tiene ya concedidos, fruto del rescate de la UE y el FMI hace un año, y hacer frente a los pagos correspondientes al vencimiento de la deuda de 2012. Los tipos de interés de los bonos griegos a 10 años estaban ayer en el mercado al 15%, un precio inasumible para el Tesoro heleno.

Ante esta situación los líderes europeos han activado de nuevo el mecanismo de respuesta rápida ante las crisis de deuda, que supone combinar reuniones al más alto nivel, como la mantenida el viernes en Luxemburgo por los países más grandes de la Eurozona, y los análisis sobre el terreno de los técnicos de la troika (BCE, CE y FMI). El propio Gobierno griego ha planteado varias opciones para solventar la situación, como la ampliación de los plazos de amortización de su deuda, la rebaja de los tipos de interés o que se faculte al Fondo de Estabilización Financiero de la Eurozona a comprar bonos griegos en el mercado. Desde el Eurogrupo su presidente, Jean-Claude Juncker, ha admitido que habrá que ayudar de nuevo a Grecia, lo que supone reconocer que la estrategia de los rescates puesta en marcha hace un año ha dado unos resultados cuando menos limitados.