Las pensiones no volverán a ganar poder adquisitivo con la propuesta de Escrivá
La nueva fórmula liga las pensiones al IPC anual medio y las blinda de bajadas

Evolución de las nóminas de pensionistas
En % de variación anual
Variación del IPC
Variación de la nómina de los pensionistas
3,2
1,8
2,4
2,0
2,0
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1,7
1,6
-0,8
-3,2
-1,4
+0,6
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-1,75
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0,25
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0,7
+0,45
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-0,3
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2009
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Fuente: Elaboración propia
ABC

Evolución
de las nóminas de pensionistas
En % de variación anual
Variación del IPC
Variación de la nómina de los pensionistas
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Fuente: Elaboración propia
ABC
El Gobierno ha puesto ya sobre la mesa de negociación con los agentes sociales su propuesta para revalorizar las pensiones, una de las cuestiones más importantes y espinosas de la próxima reforma, y, según la misma, los jubilados no volverán a ganar poder adquisitivo ... . Eso sí, tampoco lo perderán. La fórmula presentada por el Ministerio de Seguridad Social , a la que ha tenido acceso ABC, plantea blindar el poder de compra de los pensionistas con la congelación de sus rentas en los momentos en que los precios caigan pero a cambio de compensar esta ganancia en el siguiente trienio. Esta fórmula evitaría que se repitieran situaciones como la de 2020, en la que los pensionistas han ganado 1,2 puntos de poder adquisitivo tras haber recogido una subida del 0,9% en sus pensiones mientras los precios han cerrado en el -0,3%.
En concreto, el artículo 58 de la norma, sobre «revalorización garantía de poder adquisitivo de las pensiones», establece que las jubilaciones contributivas se revalorizarán al comienzo de cada año de acuerdo con el IPC medio de los doce meses previos a diciembre del año anterior –esto es, de noviembre a noviembre– lo que supone una novedad con respecto a la metodología actual, que vincula la pensiones al IPC del mes de noviembre de cada año.
Pero además, la norma contempla qué hacer en un escenario de IPC negativo y fija que «el importe de las pensiones no variará al comienzo del año» pero que «la diferencia será absorbida por terceras partes en la revalorización que corresponda aplicar en los ejercicios siguientes en los que el resultado sea positivo». Esto significa que, por ejemplo, en un ejercicio con inflación negativa del -0,3%, como el actual, las pensiones quedarían intactas al comenzar el año pero en los tres años posteriores –suponiendo una inflación del 1%– su revalorización quedaría limitada al 0,9% en cada ejercicio para compensar la ganancia de poder adquisitivo del año en que los precios cayeron.
Esta propuesta del Gobierno llega en un momento en que los pensionistas acaban de elevar su poder de compra al mayor ritmo de los último once años, pues frente al IPC del -0,3% en que cerró 2020 , la primera vez en terreno negativo desde 2016, los pensionistas han visto subir sus pensiones el 0,9%, lo que ha engrosado su capacidad de compra en 1,2 puntos. Las estadísticas demuestran, en cualquier caso, que incluso con el azote de las dos últimas crisis, los pensionistas solo han perdido poder adquisitivo en cuatro de los últimos once años.
El índice de revalorización es una de las novedades de la reforma de pensiones que el ministro de Seguridad Social quiere sacara adelante con más celeridad. Según el propio ministro, su intención es sacar adelante esta reforma en dos fases. La primera de ellas se espera que llegue al Congreso durante el primer trimestre y la intención es que incluya tanto la fórmula de revalorización propuesta como el nuevo sistema de incentivos para acercar la edad de retiro real a la legal, otro de los grandes caballos de batalla de Escrivá de cara a cuadrar el sistema. El ministro ya ha avanzado en varias ocasiones que el actual mecanismo de desincentivos para el retiro prematuro es «regresivo», pues afectaría de manera mucho más leve a las pensiones más altas y tiene mayor impacto en las más bajas.
Un consenso clave
En cualquier caso, la propuesta del ministro debe ser consensuada por los agentes sociales, que hoy mismo retomarán las negociaciones en una nueva cita para seguir avanzando en esta línea. El entendimiento con empresarios y sindicatos en torno a esta reforma es vital para el Gobierno, pues el consenso –y no solo las reformas– es precisamente una de las condiciones impuestas por Bruselas de cara a la llegada de los fondos . Se trata de no repetir lo errores de la crisis financiera, en la que se impusieron muchas reformas que dispararon el descontento social y el desapego de la población con el proyecto europeo.
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