Montero avisa de que bajará el déficit del 3% con una subida masiva de impuestos
Hacienda prepara el nuevo programa de estabilidad contando el impacto de su revolución fiscal
![María Jesús Montero, ministra de Hacienda](https://s1.abcstatics.com/media/economia/2022/01/26/montero-U27624500355FpB-1248x698@abc.jpg)
El déficit público cerró en 2020 en el 11%, el Gobierno espera que este año la cifra ya sea de ‘solo’ el 5% y confía en que el desfase en 2024 se reduzca hasta el 3,2%. Estos son los planes que tenía el Ejecutivo ... desde abril de 2021, cuando se actualizó el programa de estabilidad. Ahora el escenario es distinto y el Ministerio de Hacienda augura que el déficit bajará del 3% en 2024. ¿Cómo? Subiendo los impuestos, porque de bajar el gasto, nada.
El departamento dirigido por María Jesús Montero así lo reconoce en una respuesta que da a una de las recomendaciones de la Autoridad Fiscal (Airef). «Se está trabajando para incorporar a esta senda fiscal la mejora estructural del saldo público que supondrán las medidas de los componentes 27, 28 y 29 del plan de recuperación» , señala el documento. Dichos componentes se refieren a la lucha contra el fraude fiscal, a la mejora de la eficacia del gasto público y a la revolución fiscal que prepara el Ejecutivo para el ejercicio que viene.
En este sentido, Hacienda reconoce que la reforma fiscal que está preparando supondrá «una mejora permanente de recaudación», con el objetivo de equiparar la misma a la de nuestros pares europeos. Esto, en teoría, supondría incrementar la recaudación en hasta 80.000 millones de euros. Por todo ello, el ministerio es claro sobre lo que espera. «Con estas reformas en los ingresos y gastos públicos se va a mejorar la situación estructural de las finanzas públicas y es muy probable que el déficit público español vuelva a situarse por debajo del umbral del 3% en el corto-medio plazo», dice la respuesta de Hacienda.
Se trata de la primera vez que el departamento de Montero fija abiertamente el objetivo de cumplir con las que hasta ahora eran las reglas fiscales europeas -3% máximo de déficit- y que ahora están suspendidas por la pandemia, pero que regresarán, aún se desconoce con qué nivel de exigencia, ya en 2023.
La fórmula escogida por el Gobierno para minorar el desfase en las cuentas está, en buena medida, en una subida masiva de impuestos. Asimismo, hay que recordar que la Airef y el Banco de España llevan más de un año exigiendo al Ejecutivo el diseño de un plan de consolidación fiscal para encarrilar el déficit y la deuda públicos, y Montero ha optado por atacar desde el lado de los ingresos y no de los gastos.
Esta decisión se verá plasmada en el nuevo programa de estabilidad, que el Gobierno debe enviar a Bruselas el próximo mes de abril, aunque antes llegarán las conclusiones del grupo de expertos que formó Hacienda para acometer una gran reforma fiscal.
Fuentes no oficiales del Ministerio de Hacienda admiten que la intensidad de la reforma fiscal que se anuncia para 2023 dependerá en gran medida del ajuste inercial que permitan los ingresos extra que aporten la recuperación económica y la inyección de inversiones de los fondos europeos, que también dejarán un buen puñado de cientos de millones de euros en la arcas de Hacienda. Deslizan que cuánto más se cierre la brecha de ingresos con la media UE de forma ‘natural’ menos medidas fiscales se adoptarán.
Lo que está abierto a debate dentro del Gobierno es el alcance de la reforma fiscal, o dicho de otro modo el número de figuras tributarias que habrá que ajustar al alza, pero en ningún caso el principio general de que el ajuste presupuestario debe hacerse a golpe de subidas de impuestos.
El componente 28 del plan de recuperación enumera el amplio abanico de posibilidades que baraja el Gobierno para generar nuevos ingresos fiscales y cumplir los objetivos que se le exijan en materia de consolidación presupuestaria. Ahí se incluyen los nuevos impuestos sobre las transacciones financieras (tasa Tobin) y sobre determinados servicios digitales (tasa Google), sobre los que el Gobierno aún mantiene grandes esperanzas pese a que no han terminado de levantar el vuelo en materia de recaudación; la armonización al alza de la imposición de la riqueza (Patrimonio, Sucesiones y Donaciones) ; las reformas en Sociedades para acercar su recaudación a la media europea; y todo el paquete de medidas de fiscalidad ambiental que el Ejecutivo ya ha empezado a desplegar con el impuesto de matriculación, la reforma del impuesto sobre gases fluorados y las nuevas figuras sobre los residuos en vertederos y los plásticos de un solo uso.
La parte del león de la subida fiscal, sin embargo, podría venir más de la poda de beneficios fiscales en los grandes impuestos (Renta, Sociedades e IVA) que de las nuevas figuras. El Gobierno ha trasladado a Bruselas en diferentes documentos oficiales su confianza en obtener hasta 5.000 millones de euros extra a base de liquidar ayudas fiscales existentes en estos impuestos y que según la Airef no cumplen el objetivo por el que fueron creados.
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