Un plan oculto
Hay una sencillez y pragmatismo en el plan de Draghi que es todo futurismo y lírica en el de Sánchez

La digitalización, precisamente una de las directrices que Pedro Sánchez le ha impuesto a su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia , es la que ha impedido que los españoles conozcan, nada más ser aprobado por el Consejo de Ministros, el contenido que el Gobierno ... ha remitido a Bruselas a cambio de los 140.000 millones que espera conseguir. Según la ministra-portavoz, los técnicos están adaptando el documento al formato que exige la Comisión y eso, a criterio del Gobierno , justifica que se limite la transparencia de un documento del que depende la vida y hacienda de millones de españoles.
Debe ser una de las pocas veces en que lo aprobado en un Consejo de Ministros se mantiene en secreto con un subterfugio tan banal. He oído a un funcionario afirmar que nadie lo ha publicado, como si Bruselas tuviera mejor derecho a concerlo que los parlamentos nacionales y los ciudadanos.
En Italia, Mario Draghi ha convertido el anuncio de su plan en un momento de rearme moral y cívico de su país. Cuatro grandes reformas (fiscalidad, justicia, Administración Pública y competencia) con tres sesgos (juventud, brecha de género y desarrollo del sur del país) estructuran un programa que no sólo implica dinero europeo (191.500 millones más 15.500 de los fondos de cohesión), sino un aporte nacional de 30.000 millones adicionales . En total, un esfuerzo de casi 250.000 millones de euros .
Comparado con las cuatro directrices, 10 políticas palanca, 30 componentes, 102 reformas y 110 inversiones del plan español, lo de Italia es modesto, por no hablar de cómo las 217 páginas presentadas hace pocas semanas se han convertido en 2.000 folios. Hay una sencillez y pragmatismo en el plan italiano que es todo futurismo y lírica en el español. Mientras Draghi quiere mejorar y optimizar el país que ya tiene (la justicia, la Administración), Sánchez sueña con construir un país distinto, digital, ecológico, con perspectiva de género. Ni hablar de la fiscalidad, donde el expresidente del BCE no se le ocurre hablar en este momento de la crisis de aumentar la carga fiscal, mientras aquí no cesamos de idear nuevos impuestos y tasas (autovías). Y el plan italiano contiene el que quizá sea el concepto más atractivo para los economistas, la mejora de la competencia , un aspecto que en el plan español directamente no está pese a que es probable que las rigideces en ese aspecto sean las primeras que empiecen a tensionar los precios en nuestro país.
Draghi tiene una gran ventaja: se ha encontrado la reforma de las pensiones ya hecha por Giuseppe Conte . Sánchez , en cambio, ha terminado de derogar la del PP y está obligado a hacer otra para cuadrar los números. Y es precisamente ese aspecto, el de las pensiones, que junto a las medidas laborales y fiscales constituye el núcleo de las exigencias de Bruselas , el que probablemente ha hecho que la digitalización del plan de recuperación español esté resultando oscura y dificultosa. jmuller@abc.es
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete