Puertas al campo
Con su finura intelectual habitual Gabriel Rufián lo explicaba bien hace unos días. «O paramos el país o nos quedamos sin país». Brillante. Lástima que no acompañó la cita con la respuesta a esta pregunta: ¿Qué país nos quedará después de parar el país?
Coronavirus Espana, última hors en directo
![Yolanda Díaz, ministra de Trabajo](https://s1.abcstatics.com/media/economia/2020/03/28/yolanda-diaz-kgIB--1248x698@abc.jpg)
El país se encuentra atrapado por la pandemia en medio de dos frentes que le atenazan. Por un lado, están las cifras de contagios y muertes que no remiten , aumentan cada día la angustia general y trasladan una sensación de miedo e impotencia. El Gobierno colabora a ello mostrando cada día sus increíbles debilidades de gestión. Por otro, las cifras del empleo amenazan con provocar una herida terrible en el tejido económico del país, ese sobre el que tendremos que apoyarnos en cuanto pase la pandemia. Para lo primero, el Gobierno se plantea endurecer las condiciones del confinamiento , prohibiendo la actividad de todas aquellas industrias que no sean consideradas esenciales. Con su finura intelectual habitual el diputado Gabriel Rufián lo explicaba bien hace unos días. «O paramos el país o nos quedamos sin país». Brillante. Lástima que no acompañó la cita con la respuesta a esta pregunta: ¿Qué país nos quedará después de parar el país?
Pero ayer, el Consejo de Ministros no se atrevió a seguir el ejemplo italiano, supongo que preocupado ante la dificultad de determinar qué o quién es esencial y aterrorizado ante las consecuencias negativas y, probablemente, permanentes que causaría la medida. Así que optó por una vía intermedia. Decretó la prohibición de despedir y la obligación de prorrogar los contratos temporales que venzan en estas fechas. La idea la presentó la ministra de Trabajo. Nadie más adecuado para ello, pues es cierto que Yolanda Díaz no ha despedido jamás a ningún trabajador . Entre otras razones, porque nunca antes contrató a un trabajador.
El Gobierno asegura que ya ha establecido a través de los ERTE los mecanismos suficientes para que las empresas puedan sobrevivir mientras dure el parón. Ya, pero no es seguro que eso sea suficiente para algunos y será manifiestamente insuficiente para muchos. Estas actuaciones, que pretenden parar los acontecimientos con simples declaraciones y decretos irreales, son un desastre. Si cree que, con prohibir los despidos se solucionan las cosas se equivoca. Si fuera tan fácil debería haber sido más ambiciosa y prohibir al coronavirus que nos siga infectando. Así habríamos solucionado de un plumazo todos nuestros problemas.
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